Krampus: la demoníaca antítesis de Santa Claus

La leyenda del Krampus, una criatura infernal que castiga a los niños malos en Navidad, ha evolucionado de cuento tradicional centroeuropeo a nuevo icono de la cultura popular.

Con el nuevo año recién iniciado va siendo hora de despedirnos, muy a nuestro pesar, de la temporada navideña. Villancicos junto al árbol, luces por toda la ciudad y, por supuesto, sacos y sacos de regalos con los que el bueno de Santa Claus alegra las fiestas a millones de niños de todo el planeta durante la jornada del 25 de Diciembre. Los que hayan sido buenos tendrán los presentes que hayan pedido como premio a su conducta ejemplar, pero aquellos cuyo comportamiento haya dejado que desear habrán tenido que conformarse con un pedazo de carbón… ¡de caramelo, si tienen suerte!

Postal de 1900, Saludos del Krampus

Y así deberían sentirse: afortunados. Porque de acuerdo a la leyendas de algunas regiones de Europa, las mismas que vieron nacer al afable San Nicolás (o San Niklaus, que evolucionaría más tarde en el internacional Santa Claus), el castigo por no comportarse con propiedad debía ser bastante más severo: ni más ni menos que la visita del Krampus, un ser de pesadilla que forma parte del folklore de países como Austria, Eslovenia, Alemania o la República Checa desde hace cientos de años.

Krampus en Kaplice, República Checa (Fuente David W. Cerny, Reuters, 2014)
Krampus en Kaplice, República Checa (Fuente David W. Cerny, Reuters, 2014)

Concebido como el opuesto más absoluto al benevolente Santa, el Krampus (del alemán krampen, “garra”) es representado generalmente como un terrorífico demonio humanoide con cuernos de cabra y una gran boca repleta de colmillos que tortura a los niños malos de diversas formas, desde secuestrarlos metiéndolos en su saco hasta azotándolos con látigos y cadenas. ¡A su lado, el Grinch es todo un angelito!

Tarjeta vienesa de 1911 (Fuente, Getty)

Sus raíces pueden rastrearse en las mitologías nórdica (siendo el hijo de la diosa Hela) y grecorromana (adquiriendo su aspecto de los faunos, sátiros y demás seres con aspecto de cabra). Sin embargo, el objetivo de tan siniestra criatura, es, pese a lo directo de sus métodos, bien noble: concienciar a los castigados de su mala conducta y reconducirlos por el buen camino. Una solución drástica a un problema atemporal.

Hasta hace no mucho, la figura del Krampus tan sólo era conocida en el viejo continente, donde cada noche del 5 de Diciembre recorre las calles junto a San Nicolás en lo que se denomina el Krampusnacht, evento que se sigue celebrando en la actualidad y en el que determinadas personas que han bebido más de la cuenta se disfrazan de demonios y persiguen a cualquiera que encuentren por la calle (en ocasiones empujando o atacando de forma violenta a los infortunados viandantes). No resulta extraño que la exaltación a un ser de apariencia y costumbres tan salvajes fuera prohibida tanto por la Iglesia Católica como por las potencias fascistas durante la Segunda Guerra Mundial.

Krampus

Curiosamente, hoy en día la figura del Krampus ha resurgido con fuerza más allá de Europa para recuperar lentamente su rol en las fiestas navideñas. El principal detonante de esta pequeña krampus-manía es la película de mismo nombre estrenada a comienzos del pasado mes de Diciembre. Pero no fue el primero. Semejante honor corresponde al artista, ilustrador y propietario de la revista Blab! Monte Beauchamp, quien publicó entre 2004 y 2010 varias postales del demonio navideño en diversos medios. A partir de ahí su fama creció exponencialmente, protagonizando episodios de series de televisión como Scooby Doo o Supernatural hasta finalmente dar el salto a la gran pantalla.

Imagen de la película Krampus (2015)
Imagen de la película Krampus (2015)

Así que ya sabéis… ¡sed buenos en 2016 si no queréis recibir la inesperada visita del Krampus a final de año!

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