Mi niña es tímida

Este comportamiento se puede mejorar y superar con un entorno familiar de seguridad que no caiga en la sobreprotección

La intervención efectiva de los padres es importante en la modificación del comportamiento que no permite el buen desarrollo del menor tímido.

La intervención efectiva de los padres es importante en la modificación del comportamiento que no permite el buen desarrollo del menor tímido. Crédito: Shutterstock

Callados, vigilantes y reacios. Así son los menores tímidos que se muestran incómodos, temerosos y avergonzados en situaciones con personas que no conocen o son el centro de la atención.

Esto lo sabe muy bien Ana María Torres, radicada en Los Ángeles, quien desde que su pequeña Catalina cumplió ocho meses de edad tuvo que educarse sobre este comportamiento debido a que la bebé casi se ahogaba con un llanto desesperado cada vez que recibían visitas en casa, iban de visitar a sus amigos, salían de compras o a cenar en algún restaurante.

“Fue todo un proceso para ayudar [a Catalina] a que se sintiera segura fuera de su entorno familiar”, cuenta la madre colombiana. “Con mi esposo, leímos muchos libros y hablamos con su pediatra desde que notamos sus primeras señales de timidez y, por suerte, lo hicimos a tiempo porque ella es hoy una adolescente habladora, extrovertida y una excelente deportista”.

Se nace o se hace  

“Uno nace o no con un temperamento tímido”, dice la psicóloga Elizabeth Delicio, con práctica en Miami, Florida. “Hay niños que desde muy pequeñitos son súper extrovertidos, no tienen drama, y otros que son callados, reservados, introvertidos”.

Y es que como explica la terapista de niños, individuos y parejas, la combinación de lo”natura” (lo que traemos genéticamente)  y  lo “nutura” (lo que recibimos de nuestros padres y del medio ambiente donde nos criamos) determina lo que somos.

“Si el niño genéticamente nace tímido, esto no lo podemos cambiar”, detalla Delicio. “Pero sí podemos incentivar su comportamiento para que tenga un mejor desarrollo”.

Intervención

Una personalidad reservada o tímida no constituye un problema en sí. Solo lo es cuando el comportamiento tímido impide que el niño se interrelacionarse, vaya a la escuela y participe en actividades necesarias para su desarrollo y aprendizaje.

“Hay que buscar ayuda profesional de inmediato cuando el niño manifiesta problemas para ir a la escuela, no puede defenderse, le dan ataques de pánico o de ansiedad”, alerta la psicóloga.

Cómo animar al menor

Los padres que aceptan y apoyan al hijo tímido, sin sobrepotegerlo, lo ayudarán a que se sienta más cómodo con las interacciones sociales y logre superar sus dificultades. Y para ello, los expertos en el tema recomiendan:

  • Resaltarle siempre sus cualidades y habilidades. Los elogios sinceros —como por ejemplo que dibuja o juega futbol muy bien—  son una de las armas más poderosas para fortalecer la autoestima del niño.
  • Darle un buen ejemplo. Los adultos son los encargados de enseñarle a los menores, con sus acciones, los modales de saludar y saber presentarse cuando se conoce a una persona nueva.
  • Aceptarlo y brindarle seguridad. Los menores temerosos y reservados se convertirán en personas seguras al ser queridos y respetados tal como son.
  • Darle tiempo y no empujar. El niño tímido necesita tiempo para superar sus dificultades con los demás.
  • Exponerlo a nuevas actividades.  Los especialistas en el tema aconsejan animarlo y exponerlo, con el apoyo  de la persona adulta, a actividades sociales, formativas o lúdicas.
  •  Sin burlas. Nunca hay que ridiculizar, tildar o burlarse del niño tímido. Esto es contraproducente en todos los sentidos de su desarrollo.

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