La FIFA se refunda 111 años después
Dos de cinco son los candidatos con reales posibilidades de ocupar la silla del máximo organismo
El Hallenstadion de Zúrich, Suiza, donde Pink Floyd, The Rolling Stones, Queen, U2, Green Day, Oasis, Led Zepelin, Guns N’ Roses, AC/DC y Metallica, entre otros, han atiborrado sus 13,000 espacios en gradas y otros tantos en pista, ahora dejará de ser un centro de fiesta y libertad de esparcimiento para convertirse en el histórico palacio de la convención más importante de la FIFA desde su fundación en 1904.
Los últimos meses han sido los más convulsos en la historia del organismo rector del fútbol.
Una erupción cuyo final aún desconocemos ha dejado un enorme cráter en el corazón de la otrora institución deportiva más poderosa del planeta.
Por primera ocasión son cinco los candidatos en busca de la silla máxima ubicada en un suntuoso despacho en la colina de Zürichberg, un boscoso paraíso suizo, donde por 17 años despachó Joseph Blatter, el ex presidente del organismo suspendido por seis años de todo cargo ejecutivo relacionado al balompié tras un “pago desleal” a Michel Platini, ex titular de la UEFA (también sancionado) y máximo rival del suizo para hacerse cargo de la FIFA tras su renuncia como consecuencia de los múltiples arrestos a funcionarios de altísimo rango de su organigrama.
En la disputa por la presidencia de este viernes, sólo dos de los cinco aspirantes al cargo, hoy ostentado de forma interina por el camerunés Isaa Hayatou, cuentan con reales posibilidades de ganar.
Un jeque, el gran favorito
El jeque de Bahrein, Salman bin Ibrahim al-Khalifa, llega al día crucial con ventaja gracias a contar con el apoyo de las federaciones de Asia y África, las de mayor peso por el número de afiliados.
De hecho, este es un punto donde Europa busca un cambio.
Si bien un saludable ejercicio de democracia debe otorgar el mismo peso a las poderosas federaciones del Viejo Continente que a un pobre organismo de África, lo cierto es que la cantidad de sufragios, la ambición de los dirigentes y la falta de control no sólo en el continente negro, sino en Asia, Centroamérica y el Caribe fueron determinantes en votaciones en favor del caído Blatter, quien desde hace años dejó de ser del gusto de los ingleses, holandeses o alemanes, por ejemplo.
Al-Khalifa, pese a contar en apariencia con las preferencias de una mayoría de federaciones, posee un punto altamente tóxico para la muy dañada imagen de la FIFA: es un jeque árabe y representa a un territorio donde el atropello a los derechos humanos es un tema permanente y sin intentos para solucionarse por parte de los involucrados.
De hecho, la elección de la Copa del Mundo de Qatar 2022, que él ha apoyado, ha sido muy cuestionada, además de su cada vez más oscuro proceso de elección, por la cantidad de muertes y las infrahumanas condiciones de los inmigrantes que trabajan en la construcción de los estadios del certamen.
“Urge separar el fútbol de los negocios”, es la declaración de intenciones de este candidato, quien ha sido señalado en días anteriores como un peligro para el organismo.
“Estarían eligiendo a un hombre que tenía excusas para identificar y sancionar a los futbolistas que protestaban contra un gobierno que mataba a gente, y sería un acto de suicidio internacional de la FIFA elegir a Salman”, declaró para la Cadena Ser de España el investigador para Bahrein de Human Rights Watch, Nicholas McGeehan.
Infantino, el burócrata suizo-italiano
Gianni Infantino es el actual secretario general de la UEFA, lo cual deja claro quién lo apoya.
Es el candidato del bloque europeo afín a su líder en desgracia Michel Platini, víctima, sostienen en el organismo regidor del fútbol del Viejo Continente, de una trampa de Blatter y sus aliados para tirarle de la carrera presidencial; lo cual lograron.
Infantino apoya la idea de tener funcionarios independientes en los puestos clave de la FIFA como vigías de las acciones del presidente y el Comité Directivo, además de sugerir la idea de una Copa del Mundo con 40 plazas, lo cual permitiría tener mayores posibilidades a seleccionados cuyo nivel futbolístico jamás les ha permitido clasificar al certamen.
Esta reforma, que Infantino desea implementar para la Copa Mundial de 2026, asegura representaría un aumento en comercialización, expectativa, audiencia e ingresos para la FIFA y las federaciones involucradas.
Sin embargo, el dirigente suizo, señalado como burocrático y aburrido, requiere de un actor fundamental para alcanzar su victoria: el príncipe jordano Ali bin al Hussein.
Bin Hussein, un hombre clave
El príncipe jordano solicitó al TAS el aplazamiento de la elección de este viernes, pero el Tribunal de Arbitraje Deportivo (por sus siglas en inglés) lo desestimó.
Hussein es un elemento poderoso, no por los votos captados, sino por ser protagonista de una sorpresa hace un año cuando desafió al caído Blatter al forzar a una segunda ronda electoral en el proceso en el que el suizo resultó reelecto para un quinto mandato, el cual ya no cumplirá.
Hussein es directo como un escopetazo: “Quiero transformar la FIFA en una organización de servicio para el fútbol, en la que coloquemos como prioridades a las asociaciones, los clubes y los jugadores”.
El jordano no tiene opciones de ganar, pero sí de influir en una sorpresa en favor de Infantino si es capaz de obtener de última hora apoyos de Asia y África, bastiones del jeque Al-Khalifa, quien sin duda podría resentir la pérdida de estos votos.
Dos candidatos ornamentales
El francés Jerome Champagne, ex secretario general adjunto de la FIFA, y el sudafricano Tokyo Sexwale, completan la quinteta de aspirantes a encabezar el balompié mundial, pero sus opciones son completamente nulas.
Los candidatos con protagonismo
Salman bin Ibrahim al-Khalifa, jeque de Bahrein…
“En cuanto a las acusaciones (por haber reprendido deportistas y solapar la violación de derechos humanos), sólo puedo decir que se hicieron sin pruebas y sólo por razones políticas”.
Gianni Infantino, secretario general de la UEFA…
“Estoy convencido de que tenemos que salir de esta crisis con una FIFA más respetada, más democrática. El papel de la FIFA no es sólo editar las reglas del juego ni organizar la Copa del Mundo, sino gobernar el juego”.
Ali Bin Al Hussein, príncipe de Jordania…
“Vengo de una parte complicada del mundo. Mi formación se especializó en gerenciamiento de crisis. Eso es necesario ahora. Nada me intimida. Voy a luchar por el fútbol. Soy el único candidato que no necesita un abogado”.
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