La siempre crujiente jícama

La chef Doreen Colondres te enseña a usar este vegetal típico de México y Centroamérica

Seguro que la has visto en el mercado y has pensado que es una variedad de papa, de malanga o de nabo gigante. Si no la conocías, desde hoy sabrás que ese tubérculo se llama jícama o nabo mexicano, y no podrás resistir la tentación de llevártelo a casa.

La jícama es típica de México y Centroamérica. Su planta es una enredadera con fama de venenosa, así que solo su raíz es comestible. Su piel es fina, de color marrón, y encierra una pulpa crujiente y refrescante, parecida al melón verde, a la pera asiática o a la castaña de agua que usan los japoneses. Tanto es así que en muchos restaurantes orientales usan jícama en lugar de esta castaña en platos de sushi.

Elige jícamas no muy grandes, firmes y pesadas, y de piel saludable. Entera se conserva bien en un lugar fresco y oscuro, por una o dos semanas. Antes de consumirla, pela la piel y también la primera capa de pulpa, porque a veces suele ser demasiado fibrosa.

Si no la usas inmediatamente, ponla en un recipiente hermético, cubierta con agua fría y unas gotitas de limón, para mantenerla crujiente en la nevera y evitar que se ponga negra.

Antes de consumirla, pela la piel y también la primera capa de pulpa, porque a veces suele ser demasiado fibrosa./Shutterstock
Antes de consumirla, pela la piel y también la primera capa de pulpa, porque a veces suele ser demasiado fibrosa./Shutterstock

Agrégala a ensaladas de frutas, a vegetales o a un mix de hojas verdes. Aportará un bocado jugoso, crujiente y algo dulce a cualquier plato. Yo la corto con mandolina para usarlas como tortilla de tacos o en rodajas a cuchillo, y luego les doy forma con un cortador de galletas.

Arriba les pongo ensalada de mariscos, ceviche o tartar para servir de aperitivo. Disfrútala como snack, rociándola con jugo de limón y chile en polvo (eso es un clásico en México), o cortada en finas tiras dentro del guacamole. También queda riquísima cuando la mezclas con cebolla roja, tomate, mango, limón y cilantro. Pruébala hasta en un ceviche o jugo.

Si quieres bajar un poco de peso, la jícama será tu perfecta compañera, ya que tiene muy pocas calorías, mucha fibra y vitamina C. Y, para colmo, ¡nos llena de energía!

Dale un toque crujiente y muy saludable a tus platillos. ¡La Cocina No Muerde, y la jícama, tampoco!

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Ensalada de atún en crujiente jícama

JicamaReceta

Más fácil y saludable que esto nada.

La jícama tiene propiedades fascinantes, entre ellas es uno de los alimentos que más aporta energía al cuerpo humano, es baja en calorías, no tiene colesterol y tiene buen contenido de fibra.  Muy típica de Latinoamérica, México particularmente y Asia. Es súper crujiente y su sabor es dulce pero delicado, siendo hasta una opción perfecta para los diabéticos, ya que su contenido glucémico es bajo.  Lo mejor es que no la tienes que cocinar y que te puede durar en la nevera varias semanas.

Diviértete con ella en la cocina… hasta dentro de una ensalada es rica.

Rinde: 14-18 piezas

Ingredientes:

1 jícama grande o 2 medianas peladas y cortadas en rodajas finas o cuadros con la ayuda de un cortador de galleta

2 latas de atún pequeñas (yo uso Wild Albacore Tuna)

2 cucharadas de yogurt griego

1 aguacate mediano majado

1 diente de ajo

2 cucharadas de aceite de oliva

1 cucharadas de cilantro

El jugo de 1/2 limón

Sal y pimienta a gusto

Preparación:

Mezcla todos los ingredientes de la ensalada, luego sirve sobre cada rodaja de jícama y decora con cilantro.

Puedes substituir el atún por pollo o salmón y si gustas puedes añadirle a la receta 1/2 cebolla roja picadita bien pequeña.  Puedes también agregar más aguacate o yogurt según tu gusto.

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