Trump intenta atacar a Bill Clinton, pero éste crece en popularidad en la contienda
Donald Trump no se está beneficiando con sus ataques personales contra los Clinton
WASHINGTON.- Por más que lo intente, el virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump, no ha logrado que el turbulento pasado matrimonial de Bill Clinton afecte la campaña de la demócrata Hillary Clinton, a una semana de la recta final de las primarias.
El expresidente logró fuertes victorias en California en 1992 y 1996, pero Trump se ha enfocado en los antiguos problemas matrimoniales de Clinton, y en su cuenta en Twitter recientemente lo calificó como “el peor abusador de una mujer en la historia política de EEUU”.
Pero Clinton no solo no ha respondido a esas provocaciones sino que, al parecer, esa conocida táctica del “Trumpismo” no ha tenido impacto ni entre los votantes ni entre los donantes de la contienda. Todo lo contrario, los partidarios de la pareja demócrata destacan la era de paz y prosperidad que vivió el país durante los dos mandatos de Clinton.
De hecho, Bill Clinton (1993-2001) a veces parece generar más entusiasmo que la precandidata, recorriendo de punta a punta California, el estado más poblado del país y que tendrá en juego 475 delegados.
Mañana miércoles, el exmandatario participará en un acto electoral en Union County College, en Nueva Jersey, que también realizará primarias el próximo 7 de junio.
Como ya lo hizo en actos electorales en lugares como Pomona, Delano y Chula Vista, en California la semana pasada, se prevé que el exmandatario promueva los planes de su esposa para “romper las barreras” que impiden el ascenso social de los residentes en Nueva Jersey.
En su apretada agenda en California, también Hillary Clinton participará en eventos para movilizar el voto entre el jueves y el lunes próximo, cuando participará en el concierto “Ella está con nosotros” (“She´s With Us Concert”), que contará con estrellas como Cristina Aguilera, Andra Day, John Legend, Ricky Martin y Stevie Wonder.
Según un promedio de encuestas de “Real Clear Politics”, Clinton y Trump se encuentran prácticamente en un empate técnico, y ambos tienen tasas de aprobación y desaprobación similares. Clinton y Trump tienen unos niveles de desaprobación de 37,6% y 35,4$, respectivamente, mientras que sus niveles de desaprobación son del 55,8% y 58%, respectivamente.
COBERTURA ESPECIAL DE LAS ELECCIONES
El carisma de Clinton
Con su cabello blanco, su voz ronca y su perenne sonrisa, Bill Clinton sigue recibiendo baño de multitudes -no ha perdido su habilidad de conectar con los votantes-, y así intenta generar entusiasmo entre los votantes, de cara a los comicios del próximo 8 de noviembre.
Según una encuesta de marzo pasado de Bloomberg, el 58% de los estadounidenses mantiene una opinión favorable de él, contra un 36% que opina lo contrario. Entre los demócratas, la tasa de aprobación fue del 87% en enero pasado, según una encuesta de YouGov.
Un portavoz de la campaña de Clinton, Jorge Silva, dijo a este diario que “cada día que tengamos al (ex)presidente Clinton haciendo campaña, dando testimonio en nombre de su esposa, es un buen día para la campaña”.
“El estará haciendo campaña esta semana, dando discursos, participando en actos en iglesias. Es un invaluable suplemente para nuestra campaña”, señaló Silva.
Trump vuelve al ataque
Desde que lanzó su candidatura en junio de 2015 y durante todo el proceso de primarias, Trump logró eliminar uno a uno a sus 16 rivales, recurriendo a ataques personales, motes, y hasta falsedades.
Los motes que puso a sus rivales republicanos fueron abono de los programas de comediantes y lograron calar en la opinión pública: llamó “Little Marco” al senador por Florida, Marco Rubio; “Lyin´ Ted” (“Ted el mentiroso”) al senador por Texas, Ted Cruz, y acusó al exgobernador de Florida, Jeb Bush, de tener una “baja energía”.
En ese sentido, al estratega demócrata, Federico De Jesús, no le sorprende que Trump ahora ensaye con motes como “Crazy Bernie” para tachar de “loco” al senador Bernie Sanders, o “Crooked Hillary”, para vincular a Clinton con la corrupción.
“Creo que Trump está tratando de provocar una reacción desproporcionada de los Clinton, con asuntos que ya se litigaron en la palestra pública en la década de 1990 y que nunca lograron socavar la popularidad del presidente Bill Clinton”, dijo de Jesús.
Los líos de faldas de Bill Clinton, en particular el escándalo sexual que implicó a la entonces becaria, Monica Lewinsky, “eran asuntos privados, pero sus detractores quisieron usarlos en una cacería de brujas política”, señaló el experto.
En esta contienda, Clinton ha mantenido una singular disciplina de mensaje, destacando las cualidades y el liderazgo de la exsecretaria de Estado, así como su propuesta de futuro para la prosperidad de EEUU, y contrastando toda su experiencia con la de Trump.
Según observadores, en la contienda general es más que probable que, sin caer en ataques personales al estilo Trump, la campaña de Clinton intente desacreditarlo y cuestionar su aura de empresario exitoso, aprovechando su historial de fracasos financieros.