Vigilantes de los consumidores de NYC

El Departamento de Asuntos del Consumidor, como el resto de las agencias, nunca pregunta por el estatus migratorio de quien necesita sus servicios

Rolando Ramos lleva casi 30 años yendo de compras. Realmente no compra nada pero va a las tiendas, de todo tipo, y fijándose en muchos detalles y en ocasiones trata de hacer una compra que luego anula.

Es su trabajo, Ramos es uno de los inspectores del Departamento de Asuntos del Consumidor (DCA) y su labor consiste en ir de local en local verificando que se respete la ley para que los consumidores estén seguros.  Además de vigilar que las licencias estén en el lugar apropiado, a la vista y que sean originales, se fija en que todos los productos tengan su precio de forma detallada o que si no lo tienen estén identificados de tal manera que por su nombre se puedan encontrar en un menú que indique lo que se va a pagar por ellos. Cuando pide el recibo de compra mira que esté toda la información en él (fecha, taxes, cantidad a pagar…)

Con él, y con El Diario, la recién nombrada comisionada de Asuntos de Consumidor, Lorelei Salas, hizo una ronda de inspecciones en Myrtle Avenue en Buhswick (Brooklyn) una importante zona comercial. En la panadería El Charro, estuvo comprobando que su dueño, el mexicano Antonio Aquino, tuviera bien puestos los precios y la fecha de caducidad de las tortillas que vende, entre otras cosas.

Ramos no anuncia su visita nunca pero se termina identificando, algo que no parece alterar a Aquino que sigue atendiendo en un local lleno de aroma de pan mexicano a un buen número de clientes. “No tenemos ningún problema, siempre tratamos de estar al día”, explica el dueño de esta empresa familiar. Salas, que apenas hace tres semanas tomó posesión del cargo al frente de esta agencia para los consumidores, se identificó también para saludar a Aquino y explicarle que el departamento está haciendo un tour para asegurarse de que todo el mundo conoce las legislaciones y las aplican.

Ramos explica que visita unos 10 o 15 negocios cada día como promedio y cuando hay muchos clientes no quiere intervenir para evitar interferir con la labor del comercio. Reconoce que hay momentos tensos pero “es la labor del inspector rebajar el tono de estos”.

Salas explica que su departamento va a seguir en su línea de reducir las multas que pagan los empresarios por faltas y de hecho hay abiertos casos sobre “faltas curables”, es decir, que se pueden rectificar en 30 días, como se comprometió el alcalde Bill de Blasio. “Yo no puedo llevarme el mérito porque apenas he empezado hace unas semanas pero la agencia ha tenido grandes logros durante esta administración a la hora de reducir las penalidades que afectan también a muchos pequeños negocios de inmigrantes”, dice.

“Estoy muy comprometida en continuar este camino de educar a los negocios más y solo penalizar cuando haya que hacerlo porque sea una violación que pone en peligro a los consumidores. Queremos que se nos vea como aliados”, explica. Salas, que ha trabajado en asuntos de inmigración, vivienda y empleo en distintas organizaciones como Catholic Migration Services o Make the Road New York además de distintos puestos de la administración explica que ha visto desde ese lado como muchos pequeños negocios de inmigrantes no sabían cómo cumplir con la ley “tal vez  importaban las prácticas de negocios de sus países, que aquí no son legales. Por eso quiero continuar en este camino de educar a los negocios más y solo penalizar cuando haya algo grave”.

Lorelei Salas, comisionada de asuntos de consumidores junto a Elina Tatis, consejera de uno de los Centros de Empoderamiento Financiero de este DCA./ A.B.N.
Lorelei Salas, comisionada de asuntos de consumidores junto a Elina Tatis, consejera de uno de los Centros de Empoderamiento Financiero del DCA./ A.B.N.

El otro asunto que cae dentro de esta comisionada hispana (nacida en Perú) es la ayuda financiera a quienes viven en la ciudad. El DCA tiene centros de empoderamiento financiero que asesoran, a través de acuerdos con organizaciones, de forma gratuita sobre gestión de presupuestos personales, ayudas con deudas e historia crediticias entre otras cosas.

“Este programa es vital para la comunidad emigrante, más la hispana en la que todavía hay mucho temor de examinar las finanzas personales y reconocer los límites financieros de cada uno. Hay que evitar tener recelo de admitir que, a veces, necesitamos ayuda para lidiar con nuestras deudas”.

La dominicana Elina Tatis, consejera de uno de estos centros que trabaja para Bedford Stuyvesant Restoration, explica que uno de los retos más frecuentes en la comunidad latina es la formación de historia crediticia, porque el crédito no se construye de la misma manera y muchos tienen que empezar desde el principio porque no se sabe el papel que juega la deuda en la vida de cada uno”.

En estos centros no se pregunta por el estatus migratorio de nadie y se aconseja que nadie tenga miedo de lidiar con los retos que plantea la deuda cuando se es indocumentado. “La agencia ha hecho un buen trabajo para diseminar el mensaje de que aquí no se pregunta cuál es el estatus migratorio”, reitera Salas.

Tatis explica que en la primera visita (se pueden pedir citas a través del 311 en español) se da asistencia financiera al cliente, se trata de ver la situación en la que está en cuanto a crédito y débito y en siguientes encuentros se puede hablar de objetivos financieros como establecer un presupuesto, mejorar los ingresos, rebajar gastos… “Lo que hacemos es revisar los informes crediticios con cada persona para que entiendan como funciona”.

Claramente Tatis disfruta de los frutos de su trabajo en el que cada día ayuda a una media de seis personas, “negociamos con los cobradores de deudas y eso tranquiliza mucho a quienes no saben navegar el sistema”. “Hemos tenido clientes que han pasado del refugio de desamparados a tener una casa en propiedad”, dice. “La mayor parte de la gente viene en momento de crisis y no son solo personas de bajos ingresos, hay jóvenes, clase media. Muchas personas lo hacen porque han oído que alguien ha usado el servicio”.

Retos financieros

Elina Tatis explica que buena parte de las personas que usan los servicios no usan los bancos o lo hacen poco y los principales problemas que ven son:

  • Pagos de préstamos de estudiantes
  • Cobros de deuda (y problemas de prescripción de esta)
  • Seniros que tratan de navegar el seguro social
  • Acoso

Una lista cargada de tareas

Peruana y neoyorquina, Lorelei Salas tomó posesión en mayo de su cargo al frente de la DCA. Su misión explica es “proteger a los consumidores, asistir o educar a los negocios que licenciamos y tenemos una nueva tarea que es ayudar a los trabajadores para que entiendan cuáles son sus derechos a través de la Oficina de la Política Laboral.

Ella trae mucha experiencia en este campo porque esta abogada ha sido directora de servicios legales para Catholic Migration Services (CMS), trabajó en Se Hace Camino Nueva York dirigiendo litigios y supervisando la prestación de servicios legales en las áreas de vivienda, inmigración y derecho laboral. Entre 2007 a 2012, ocupó diversos puestos directivos en el Departamento de Trabajo del Estado de Nueva York, y en 2009, el presidente Barack Obama la nombró Administradora de Salarios y Horas del Departamento de Trabajo.

“Tengo muchas ganas de empezar con esta oficina laboral, va a tomar tiempo pero quiero investigar cuánto podemos hacer y cómo podemos ayudar a los trabajadores”. Salas explica que ha habido muchos cambios a nivel estatal y en la ciudad en cuestiones laborales, con la subida del salario mínimo a $15, los días de enfermedad. “Simplemente con lo que hay en los libros sigue siendo un reto asegurar que la gente conozca sus derechos e independientemente de su estatus de inmigración”.

Salas explica que van a empezar a examinar la economía gig o en demanda (con consultores o trabajadores por horas) “aunque eso no es una cosa de NY sino global y trataremos de tener conversaciones con otras jurisdicciones”. Esta comisionada lo tiene claro. “tenemos mucho interés en apoyar a la clase trabajadora que es la que más dificultades tiene para vivir en esta ciudad de una manera plena.  Y dentro de los confines de nuestra autoridad vamos a examinar todas las ideas progresistas que hay para que este sea un lugar donde todas las personas, independientemente de su condición económica, no solo sobrevivan sino que prosperen”.

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