Un ‘trabajo de verano’ que ayuda a conseguir empleo

Parte del programa de la Ciudad para emplear a jóvenes durante las vacaciones está dedicado a algunos que son vulnerables y que les permite ingresar en el mercado laboral

“Aún no lo puedo hacer muy deprisa pero ya se hacerlo”. Ciera Morales, descendiente de puertorriqueños, daba estas explicaciones hace unos días mientras empezaba a desarmar un computador con entusiasmo. Esa era su primera tarea. La segunda, volverlo a ensamblar.

Ese uno de los ejercicios prácticos que hace en el centro de formación que Techie Youth tiene en Bushwick, en Brooklyn, y en el que está recibiendo clases desde el 11 de julio para completar, en seis semanas, un proceso de formación que le permitirá empezar a trabajar como asistente técnico de apoyo en computación, si es lo que desea. Para ella, y para los 70 chicos que acuden a estas clases, es una puerta abierta desde el verano a un empleo.

Morales, alumna de high school, está recibiendo esta formación gratis y de hecho cobra $9 la hora por las clases que toma porque este curso es uno de los trabajos del Programa de Empleo Juvenil de Verano de la Ciudad de Nueva York (SYPE). Este programa abona el salario mínimo a estos trabajadores, y alumnos en este caso, de verano.

La mayor parte de los jóvenes que participan en el SYPE, en marcha desde 1963 y financiado este año con $92 millones, trabaja en moda, instituciones culturales, parques, campamentos, museos, entre otros, y acceden a estos trabajos veraniegos mediante una lotería cuya participación se abre en marzo. Hay una minoría que no participa de este proceso de selección, que son jóvenes calificados como vulnerables por su situación social y en vez de trabajar van a formarse a esta organización sin ánimo de lucro, Techie Youth. Se trata de personas que tienen una discapacidad, están en acogida en hogares temporales, no tienen casa o tienen problemas con la justicia.

Esta organización fue co-creada hace tres años y presidida por Eric David Benari, un ex empleado de Yahoo que ahora es responsable de tecnología (CTO) y tiene como misión dar una formación a jóvenes acogidos en hogares temporales (foster care). Para Benari, el sector de tecnología es una gran oportunidad para estos jóvenes porque se puede aprender rápido. “Además esta profesión se basa en el mérito, a nadie le importa quién eres si haces bien tu trabajo y es muy sencilla en el sentido de que no hay que dar determinada imagen corporativa para integrase en el trabajo, no hay que esconder los tatuajes…”, explicó.

Eric David Benari. cofundador y presidente de "Techie Youth"./ Mariela Lombard
Eric David Benari, cofundador y presidente de Techie Youth muestra los materiales de trabajo de las clases de tecnología de computación./ Mariela Lombard

Benari cree que todo el mundo tiene el potencial de aprender y tener un trabajo sin tener que pasar por la universidad y que puede ser pagado con $50,000 o $60,000 al año como inicio.

“Los chicos que están en esa clase”, explicó Benari señalando el pequeño local donde se imparte la formación. “Vienen de ambientes muy duros. Sus historias no son los de la mayoría de los jóvenes”.

Una historia ejemplar

Morales dice que entre ellos no hablan mucho de sus problemas o sus historias, las dejan fuera del salón de clases. Pese a ello, decide compartir la suya para ejemplificar su proceso de superación. Esta latina de segunda generación dice que durante mucho tiempo fue acosada (bullied) en la escuela por su peso. “Intenté suicidarme más de una vez”, confiesa para luego añadir que tuvo el apoyo de su familia que siempre estuvo a su lado y de la tecnología. “Mi high school tiene un buen programa de tecnología y me encanta, me quita todo el estrés”.

Alumnos en clase con el profesor Mr. E, Estefano Riojas, del programa Techie Youth Summer./ Mariela Lombard
Alumnos en clase con el profesor Mr. E, Estefano Riojas, del programa Techie Youth Summer./ Mariela Lombard

La joven dijo haber recuperado su autoestima. “La gente que me acosaba no está en mi vida, ahora solo me centro en mi misma y no en lo que la gente dice”, explicó con una sonrisa. Su evaluación de este verano es muy positiva. “¿Quién no querría aprender tecnología cuando además es gratis y te pagan por ello?”, dijo. Morales explicó que usará este dinero para ir a clase el año que viene y ahorrar para la Universidad. Sabe que con este programa puede empezar a trabajar pero quiere seguir su formación.

Ariel Barnes de 15 años, hijo de madre puertorriqueña y con raíces dominicanas, contó que esta es una gran experiencia para él y le gusta aprender algo práctico “porque hay gente por ahí que asume que las minorías hacemos siempre cosas malas”. A Barnes le interesa la fotografía, la moda (tiene alguna experiencia como modelo), la cocina y quiere ir a la universidad. En el programa de Techie Youth se siente bienvenido y a gusto. Se queja de que en otros lugares “mucha gente se hace una idea de mi por cómo visto o como soy pero ni apariencia no me define”.

Igual que Morales, Barnes dice que no habla con sus “pares” de sus problemas “porque no me gusta inmiscuirme” pero sabe que comparte espacio con personas que lidian con vidas muy difíciles que pueden mejorar este verano. “No solo aprendemos cómo funciona el computador, también cómo presentarnos en una entrevista de trabajo o buscar un empleo”. Él mismo es reacio a dar detalles de su situación pero explica que problemas familiares le llevaron hasta el foster care, una situación de la que espera salir pronto.

Ariel Barnes, estudiante en Techie Youth./ Mariela Lombard
Ariel Barnes, estudiante en Techie Youth./ Mariela Lombard

Benari dijo que se dio cuenta del problema que era el foster care para los jóvenes que ya están en esa situación por un trauma y que luego dependiendo del estado, entre los 18 y los 21 años, dejan de recibir ayudas públicas. Es un problema que duele porque ningún menor es responsable sino víctima de la situación que le lleva a la acogida temporal y como dice el fundador de Techie Youth muchos de ellos terminan viviendo en las calles, en refugios, con problemas de adicción o comportamientos criminales.

Este profesional puso en marcha su organización para entrenarles en tecnología de computación  y ayudarles a una carrera en un sector que con apenas unos años de buena experiencia puede llegar a proporcionar unos ingresos de incluso seis dígitos. La organización tiende lazos con empresas de tecnología para abrir más el camino al trabajo.

El programa, que durante el año ha dado cabida a jóvenes en acogida en las tiendas de Microsoft en Manhattan y Long Island, se financia con donaciones  para montar unas clases que precisan de equipamiento tecnológico y mucha dedicación de unos profesores que no dan clases “como las darían en la universidad, tienen que conectarse con los alumnos de otra manera porque si no se irían”. De hecho, no todos acaban este programa que Benari dijo que tiene un costo de más de $300 por alumno pero es gratis para ellos. “Pero quienes acaban, se pueden poner a trabajar inmediatamente”.

Benari quiere expandir Techie Youth en 2017 y para ello le gustaría recibir más donaciones. Con ello podría aceptar más jóvenes del programa SYEP en cuanto tenga más espacio (ahora tiene todo milimetrado para dar cabida a los chicos en el pequeño salón de clases) en 2017 a otras ciudades donde haya un centro tecnológico como Boston, Chicago o Las Vegas que tenga puertas abiertas para ellos.

Delante o detrás de los $50,000

“No puedo recordar ni un solo mál día de trabajo duro”. Estefano Riojas transmite entusiasmo y eso es parte de su labor como profesor de Techie Youth y consejero de los jóvenes que acuden a este programa. Él mismo participó del SYEP “cuando el metro costaba 50 centavos”.

Descendiente de dominicanos y aficionado a la cocina, este hombre al que sus alumnos le llaman Mr. E, ha trabajado durante añós en los departamentos de tecnología de bancos como Chase Barclays pero ha decidido usar sus conocimientos, experiencia y entusiasmo a enseñar a otros. El día que El Diario fue a su clase no solo se habló de computación sino de cómo dar una buena impresión y estar enfocado en una entrevista de trabajo. Su mensaje es que las empresas no les van a contratar por las capacidades que pueden aprender sino por quienes son y por ello tienen que estar seguros de que muestran convicción, confianza y pasión.

Ariel Barnes con Mr. E. Estefano Riojas, instructor de computación./Mariela Lombard
Ariel Barnes con Mr. E. Estefano Riojas, instructor de computación./Mariela Lombard

Su objetivo es que ganen confianza en sí mismos porque con ella “incluso cambia su lenguaje corporal”. Y Mr. E particicipa de la ide a de dejar el camino abierto a unos chicos que en muchos casos terminan con trabajos mal pagados. “Quiero que sepan que si no van a la Universidad o no tienen un GED son capaces de tener una buena vida en el sector de la tecnología”, explica antes de lamentar que muchos chicos con vidas difíciles terminen en la cárcel.

“Quiero que trabajen y ganen $50,000 al año y que no cuesten al estado $50,000 por estar tras las rejas, cuanto antes aprendan y tengan confianza mejor porque con la edad sus oportunidades se reducen”. Mr. E, trabaja incansablemente y con buen humor en este programa que dice que es “una necesidad desesperada” y explica que le entristece que la gente “no vea la grandeza de estos jóvenes”.

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