¿Por qué son más republicanos los hombres blancos en Estados Unidos?

Tradicionalmente, los blancos y en particular los hombres, votan más republicano que demócrata. En 2012, el 90% del voto de Romney fue de votantes blancos. En la era de Trump, el tema racial tiene aún más importancia. ¿O es un asunto económico?

Este es, según los estudios, el típico votante que apoya a Donald Trump: de raza blanca, sin estudios universitarios y género masculino, y que además vive en zonas del país donde no tiene mucha cercanía con una fuerte población inmigrante.

Pero Trump no es el primer candidato republicano en depender del voto de los hombres de raza blanca: este, en realidad, ha sido el típico votante republicano desde hace décadas.

“El 90 por ciento de las personas que votaron por Mitt Romney en 2012 eran blancos”, dijo Sylvia Manzano, politóloga y encuestadora de Latino Decisions. “Esto no es nada nuevo”.

Entretanto, solo el 60 y pico por ciento de los votantes de Obama eran blancos y el resto eran votantes de las llamadas “minorías”.

COBERTURA ESPECIAL DE LAS ELECCIONES

Las encuestas de 2016 revelan que Donald Trump tiene un sólido apoyo entre los hombres blancos sin educación, pero podría perder por primera vez en la historia a los hombres blancos educados. También tiene un grave déficit de apoyo entre las mujeres y las minorías raciales, que tienden a ser más demócratas (ambos grupos).

Hace unos meses, un artículo de Político titulaba: “Donald Trump necesitaría 7 de cada 10 hombres blancos para ganar”. Esa es una proporción que Trump parece incapaz de ganar, según las cifras de hoy.

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La gran pregunta de los últimos días, especialmente después que Trump comenzó su llamado “esfuerzo” por atraer a las minorías, es esta: ¿qué motiva a tantos hombres blancos estadounidenses a inclinarse por el partido republicano y este año, por un candidato como Trump?

¿Se trata de un tema económico como señalan muchos o más bien domina el prejuicio racial y anti inmigrante que Trump ha estado removiendo desde que lanzó su campaña?

Durante décadas, y desde la época de Richard Nixon en los años sesenta, los republicanos usaron la llamada “estrategia del sur”, en la que el uso de temas raciales abiertos o velados por parte de sus candidatos contra los afroamericanos, le ganó a ese partido el sólido apoyo del sur blanco y conservador de los Estados Unidos.

Es una estrategia que ha sido exitosa pero cuya utilidad podría estar llegando a su fin, según los expertos, en particular debido al voto latino y de otras minorías y la creciente diversificación racial del país en general.

Además, Donald Trump tiene un problema que no han tenido otros republicanos como Romney (quien aún así, perdió las elecciones):  está en desventaja en el apoyo de los blancos con educación superior y su apoyo entre mujeres conservadoras sería menor que el de anteriores candidatos republicanos.

¿Economía o racismo?

La encuestadora Gallup emprendió hace algún tiempo un análisis a fondo de los casi 80,000 partidarios de Trump que han entrevistado para sus encuestas desde que comenzó la elección.

Como tenían todos sus datos, analizaron su nivel económico, donde viven y si están o no empleados.

La idea era tratar de probar la tesis de que lo que motiva a los partidarios de Trump es la crisis económica personal que sufren muchos estadounidenses, especialmente en las antiguas zonas industriales del país, donde han desaparecido muchos empleos.

Trump, en su retórica, cita constantemente el regreso a una “América grande”, donde las cosas sean como fueron antes y donde los inmigrantes indocumentados, los descendientes de mexicanos y los líderes de otros países, “no se aprovechen de nosotros”.

“Nos están matando, literalmente”, dice Trump a menudo en sus grandes mítines de campaña, refiriéndose a : México, China, cualquier otro país, las empresas que se llevan trabajo al exterior y los tratados de libre comercio.

Pero los resultados del análisis de Gallup fueron mixtos.

Para empezar, los votantes blancos más partidarios de Trump tienden más a estar empleados y tener ingresos más altos que los que no lo son. Por otro lado, sus partidarios son personas que tienden a ocupar trabajos de nivel obrero, donde tienen que competir más directamente con los inmigrantes.

Es un resultado contradictorio: compiten más con los inmigrantes, pero también tienen mayores ingresos que los que no apoyan a Trump.

Otro resultado interesante del análisis indica entre este grupo demográfico “típico”, el apoyo a Trump es más bajo cerca de la frontera y en zonas donde hay más inmigrantes. Es decir, muchos de sus partidarios ni siquiera viven o son afectados directamente por estos inmigrantes.

Un estudio realizado por el profesor Harland Prechel, catedrático de sociología económica y polítoca de Texas A & M University, señala que el creciente apego de los hombres blancos al partido republicano, que viene ocurriendo desde hace décadas, tiene que ver definitivamente con la economía.

“Hace 50 años, los hombres blancos en los Estados Unidos  tenían asegurado un buen trabajo en la economía de este país. Pero desde el declive del sector manufacturero, desaparecieron muchos trabajos y la economía en general ha crecido más lentamente”, dijo Prechel.

Con el tiempo, los hombres blancos se han solidificado como electorado republicano debido a que estos “se sienten abandonados por el partido demócrata, que ha apoyado más a las mujeres y las minorías”.

Estos últimos grupos ahora ocupan más trabajos que antes estaban asegurados a estos hombres “típicamente estadounidense” (según el estereotipo), apunta el investigador.

En otras palabras, los hombres blancos tenían unos privilegios y ventajas que hace décadas empezaron a perder, para dar paso a mayores oportunidades para otros grupos. Pero esto causa un resentimiento que se traduce en culpabilizar a ciertos grupos de lo que les ocurre.

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