Cinco escenarios que tiene Colombia después del “no” en el plebiscito por la paz
Desde modificar la Constitución hasta renegociar lo pactado con las FARC, éstas son algunas alternativas que tiene el país tras el rechazo de los votantes a lo acordado en La Habana
Los colombianos le dijeron “No” -si bien con un margen mínimo- al acuerdo con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pero tanto el gobierno, como los insurgentes y los líderes de la oposición encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, insisten en que quieren que haya paz.
Ahora bien, como le dijo a BBC Mundo César Rodríguez Garavito, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes y director de la ONG Dejusticia: “políticamente la realidad es que un acuerdo que venía siendo entre dos partes ahora va a ser entre tres partes“.
Y negociar entre tres es potencialmente más complejo y lento que entre dos.
El presidente Juan Manuel Santos dijo este lunes: “tendremos que actuar con prontitud y poner límites de tiempo, pues la incertidumbre y la falta de claridad sobre lo que sigue ponen en riesgo todo lo que hasta ahora se ha construido”.
Descartada la opción de implementar lo negociado en La Habana, estos son los escenarios alternativos que suenan con mayor fuerza y sobre los que negociarán las fuerzas políticas de Colombia.
Todos viables jurídicamente, todos costos políticamente. Algunos más riesgosos y uno trágico.
ESCENARIO 1 – RENEGOCIAR
Es lo que pedía el Centro Democrático, la formación del ahora senador Uribe, durante la campaña por el “No”: revisar los acuerdos para modificar esencialmente los puntos de justicia que permiten evitar penas de prisión y los de participación política de las FARC, que le garantizan diez escaños en el Congreso (cinco en el Senado y cinco en la cámara de Representantes) por dos períodos consecutivos.
Para Garavito la renegociación es lo más deseable y factible: “jurídicamente esa alternativa es también la más viable, la más simple, porque implicaría firmar un nuevo acuerdo y pasarlo por una nueva vía de legitimación que podría ser un nuevo plebiscito”.
De hecho la propia Corte Constitucional dejó abierta la puerta para esa alternativa.
Para Alejo Vargas Velásquez, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Diálogos de Paz de la Universidad Nacional de Colombia, también es la mejor solución.
“Esa circunstancia implicaría que los negociadores del gobierno se sentaran con algunos delegados del ‘No’ y representantes de las FARC para tratar de encontrar soluciones”, dijo.
Marcos Criado De Diego, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Externado de Colombia y de la Universidad de Extremadura (España), ve como opción alternativa a un diálogo tripartito una renegociación en el Congreso que luego se le comunique a las FARC.
“Es lo que pasó con los paramilitares cuando estaban reunidos en el Ralito”, le dijo a BBC Mundo en referencia al proceso de desmovilización de ese grupo armado a mediados de la década pasada.
Álvaro Uribe, artífice principal del “No” al acuerdo de paz
Pero De Diego duda que la mayoría del legislativo, cercano a Santos, acepte esa vía.
“Renegociar es una salida muy improbable”, le dijo a BBC Mundo por su parte Ariel Ávila, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación.
“Nadie negocia por menos que lo que consiguió”, explicó.
Ávila cree que ni el presidente le cederá la negociación al uribismo, ni el uribismo querrá rescatarla, ni las FARC querrán moverse de lo que ya han conseguido.
En ese sentido, Jorge Restrepo, director del Centro de Estudios para el Análisis de Conflictos (CERAC), cree que la clave sería torcerle la voluntad a las FARC: “han dicho que el acuerdo no se puede cambiar”.
Para Ávila una variante es la del pacto nacional, que de uno u otro modo están convocando el Centro Democrático y el gobierno. Ambos ya han constituido comisiones para reunirse a dialogar.
Timochenko dice que las FARC seguirán apostando por la paz
“Todas las fuerzas políticas se sientan”, explica, “llegan a un acuerdo de modificar pequeñas cosas, y van y lo hablan con las FARC“.
El problema de negociar es que difícilmente alguien va a aceptar renunciar a ventajas que ya ha acordado.
Luego convocar a un plebiscito y, dice Ávila, tal vez terminar en una situación como la de España, donde todavía no se ha formado gobierno después de meses: “votar hasta que esto se solucione”.
Es muy difícil estimar cuánto puede durar esta solución, si es la que se sigue.
ESCENARIO 2 – ASAMBLEA CONSTITUYENTE
Las propias FARC habían alzado la bandera de la constituyente cuando el gobierno insistió -y los convenció- con el plebiscito y el Centro Democrático también señaló su interés por seguir esta vía.
Las FARC piensan en una Constitución que las incluya, como la de 1991 incluyó a la desmovilizada guerrilla del M19 entre los constituyentes. El Centro Democrático en una menos progresista.
No obstante, ambos dejaron de hablar del tema a partir del domingo.
La alternativa de la constituyente es compleja.
Sólo puede convocarse de dos maneras fundamentales: mediante decisión del Congreso, con una serie de debates que pueden llevar un año (el Congreso puede verse forzado a darle trámite por recolección de firmas) o a través de un referendo (que puede ser convocado de diferentes formas) que tiene exigencias muy altas de participación.
Como solución de corto plazo es inviable.
Además se terminaría solapando con la campaña para presidenciales de 2018.
Y Ávila se pregunta también: “¿cómo le damos cupo a las FARC?”. Para él una constituyente es abrir una caja de Pandora.
Restrepo lo puso en términos tajantes: “tú no negocias el fin del conflicto a través de una asamblea constituyente”.
“Lo que sí puede suceder”, sugiere, “es que se acuerde en otra instancia, por ejemplo crear una reforma judicial -que modifique la Jurisdicción Especial para la Paz acordada en La Habana- o política y se le delegue esa negociación a una asamblea nacional constituyente”, dijo.
Pero eso inevitablemente implica que antes haya una renegociación de algún tipo del acuerdo, que genere el consenso necesario para llegar a una constituyente.
Así, podría haber una combinación de los escenarios 1 y 2: renegociar parcialmente y dejar temas más gruesos para la constituyente.
Además, ya hay parte del acuerdo de La Habana vigente, como el cese el fuego bilateral, que fue ratificado tanto por el gobierno como por las FARC.
Y en materia de garantías para los guerrilleros ya el senador Álvaro Uribe sugirió la posibilidad de otorgar amnistías a los miembros de las FARC que no hayan cometido crímenes graves.
ESCENARIO 3 – EL CONGRESO IMPLEMENTA LO ACORDADO DE FORMA AUTÓNOMA
En general, los expertos la consideran una opción inviable, a pesar de que se ha sugerido que la Corte Constitucional dice que acatar el resultado del plebiscito es sólo obligatorio para el presidente.
Políticamente es problemático, explica Garavito: “no va a haber ningún representante de la mayoría (legislativa oficialista) que lo vaya a hacer”.
Pero hay un problema más serio: “jurídicamente las leyes (que salgan del Congreso) las tiene que controlar la Corte Constitucional y las tiene que sancionar el presidente, y como él tiene la obligación de no implementar los acuerdos (debería decirles que no)”.
Lo que podría ocurrir es que el Legislativo busque implementar los acuerdos por vía ordinaria como si cada uno fuera una ley a tramitar en sí misma.
Pero eso los sometería a debates y modificaciones que podrían transformarlos completamente; sería casi imposible darle garantías a las FARC de que lo que saldrá de las cámaras tendrá algo que ver con lo acordado en La Habana.
En la hipótesis de que se admitiera que el Congreso sí puede implementar los acuerdos, De Diego se pregunta: “¿entonces para qué se llamó entonces a votar a los ciudadanos?”.
ESCENARIO 4 – DILATAR
“Creo que eso es lo que va a suceder”, dijo Restrepo. Es decir, dejar la situación más o menos como está, hasta después de las elecciones.
“Y esto se vuelve un asunto de campaña para 2018”, explicó. Así, quien gane la presidencia tendrá la legitimidad para implementar la solución que haya ofrecido de cara a las elecciones.
Entretanto, cree, se le pueden dar a las FARC garantías que permitan un proceso de desmovilización individual , algo que no está en los planes de la guerrilla, que negoció una desmovilización colectiva para dejar las armas como un colectivo cohesionado, de cara a la que iba a ser su transformación en partido político.
No obstante, Criado De Diego advierte que esta alternativa podría dar aire a las FARC para reorganizarse de cara a una vuelta a la clandestinidad.
Aunque los máximos dirigentes del grupo guerrillero aseguren que no no hay vuelta atrás en el camino del desarme, no necesariamente va a ocurrir lo mismo con sus hombres y mujeres que se encuentran en el terreno.
“Los riesgos son enormes de criminalización, de ruptura dentro de las FARC”, consideró Restrepo.
Cree que es probable que en este escenario se empiecen a desarrollar disidencias internas de las FARC.
ESCENARIO 5 – VOLVER A LA GUERRA
Esta sería la alternativa dramática.
“Hoy se ve distante, pero siempre es posible“, de acuerdo con Garavito.
Aunque también lo ve posible, Restrepo no cree que sea altamente probable: “porque tanto el gobierno como las FARC han entendido que el uso de la fuerza y la violencia no les va a servir para avanzar en el logro de un acuerdo”.
Sí podría ser una consecuencia del desgaste que puede llegar a ocasionar el escenario 4 o de que se vuelva favorito un candidato presidencial que prometa desmontar totalmente lo acordado y se muestre decididamente hostil hacia las FARC.