Abner Mares, una vieja botella de leche y su regreso al ring para tratar de hacer historia
El mexicano quiere llegar a lo más alto, pero desde su perspectiva si pierde ante Cuellar podría tocar el punto más bajo de su carrera
En 2004, cuando regresó de los Juegos Olímpicos de Atenas en los que representó a México, Abner Mares le entregó a Richard Schaefer una botella de leche adornada con su firma y su fotografía.
Doce años después, el promotor mostró esa misma botella en la presentación de lo que será la primera pelea de Mares en más de un año y que también marcará el retorno de Schaefer al negocio del boxeo.
“El que Richard haya guardado esa botella por tanto tiempo representa algo muy grande para mí, porque quiere decir que desde muy joven me gané su respeto”, dijo el boxeador mexicano radicado en Los Ángeles, que el 10 de diciembre peleará ante el argentino Jesús Cuéllar por el campeonato de peso pluma de la AMB.
El combate que se efectuará en el Galen Center del campus de USC en Los Ángeles marcará el retorno de Mares a los cuadriláteros después de la derrota que sufrió en agosto del 2015 a manos de Leo Santa Cruz.
Después de ese pleito, el pugilista originario de Guadalajara volvió a aquejar problemas de la vista, mismos que llevaron a la Comisión Atlética del Estado de Nueva York a negarle el permiso para enfrentar a Cuéllar en junio pasado en Brooklyn.
“Estoy muy bien de mi vista, no hay ningún problema”, dijo Mares el jueves en la conferencia de prensa, a la que se presentó portando anteojos claros.
“Surgieron versiones que francamente estaban fuera de toda realidad, Abner está en perfecto estado físico, de no ser así la Comisión Atlética de California no le hubiera dado el permiso para pelear”, afirmó Schaefer.
El promotor, que regresa al negocio del boxeo después de su separación con Óscar de la Hoya hace dos años, dijo que el destino lo volvió a unir con Mares.
“Yo conocía a Abner cuando él tenía apenas 17 años de edad y regresó de los Juegos Olímpicos de Grecia. En esa ocasión me regaló esta botella de leche con su foto y yo la guardé porque siempre supe que algún día trabajaríamos juntos”, afirmó el presidente de Ringstar Sports.
Por el cuarto campeonato
El lugar donde se efectuó la conferencia de prensa, el piso 70 del edificio más alto de Los Ángeles, también fue tomado por Mares como una señal de buena ventura.
“De aquí ya solo queda el cielo, y ahí es a donde quiero llegar, a lo más alto”, dijo el boxeador de 30 años de edad que tiene una marca de 29-2-1 (15 KOs).
Mares busca vencer a Cuéllar para arrebatarle el cinturón y de esa manera conseguir su cuarto título mundial en cuatro categorías diferentes.
“Yo sé que la pelea contra Cuéllar es la más importante de mi carrera porque si gano me llevará muy alto, pero si pierdo, me llevará a los más bajo de mi carrera”, afirmó Mares.
Cuéllar, nueve meses en Los Ángeles
El rival del mexicano se presenta como uno muy complicado. Cuéllar, el único campeón argentino que hay en la actualidad, tiene tremenda pegada al sumar 21 nocauts en 28 peleas y de las cuales solo ha perdido una.
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“Voy a regresar con el título de campeón a mi país, nadie me lo va a quitar después de todos los sacrificios que he tenido que hacer”, aseguró Cuéllar, quien ha pasado nueve meses en Los Ángeles esperando la luz verde para enfrentar a Mares.
“Dejé todo en Argentina, por nueve meses he dejado mi casa, mi familia, lo he dejado todo para prepararme para esta pelea”, reveló el hombre de 29 años que tiene a Freddie Roach como entrenador.
“No regresaré a Argentina derrotado, no me lo puedo permitir después de todo lo que he pasado”.