Qué debe pasar para que Estados Unidos levante el embargo a Cuba
Si bien es la primera vez en 25 años de votaciones contra el embargo en la ONU que EEUU no apoya su propia ley, pero tampoco la elimina
Se trata de un hecho sin precedentes pero que no significa el fin de embargo de Estados Unidos hacia Cuba.
Estados Unidos se abstuvo este miércoles en la votación de la Asamblea General de Naciones Unidas que cada año condena el embargo estadounidense hacia la isla.
Si bien es la primera vez en 25 años de votaciones contra el embargo en la ONU que EEUU no apoya su propia ley, es sabido que el gobierno del presidente Barack Obama no la respalda.
Pero tampoco la elimina.
En enero de 2015, Obama pidió por primera vez en el discurso del Estado de la Unión que el Congreso pusiera fin al embargo contra Cuba.
“Cuando uno hace algo que no funciona durante 50 años, es hora de probar algo nuevo”, dijo Obama como parte de su alocución.
“Este año, el Congreso debería iniciar el trabajo de poner fin al embargo”, enfatizó.
Pero a tres meses de que Obama termine su mandato, el embargo está lejos de llegar a su fin.
Relaciones diplomáticas
Después de casi 50 años de enemistad, Cuba y Estados Unidos restablecieron relaciones diplomáticas, abrieron embajadas en ambos países y Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en funciones en viajar a Cuba en más de 80 años.
Además, se restablecieron los vuelos comerciales y cruceros a Cuba y la isla fue retirada de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Todas estas medidas tienen el objetivo de reducir el impacto que tiene el embargo a Cuba, quitarle los dientes a una medida que sólo puede ser eliminada por los congresistas.
¿Quién lo elimina?
El embargo sólo puede ser retirado en el Capitolio y no por el presidente con sus medidas ejecutivas pues se trata de una ley.
De hecho, son seis leyes separadas las que dictan los términos del embargo. Dichas normas se extienden desde la Ley de comercio con el enemigo de 1917 a la Ley de reforma y mejora de las sanciones comerciales de exportación del año 2000.
Y ha permanecido en vigor por contar con el apoyo de la mayoría republicana en ambas cámaras del Capitolio.
Y ahí está el primer gran escollo.
En el Congreso hay un grupo de férreos defensores de esta medida histórica, en particular dos pesos pesados del Senado como Robert Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, y Marco Rubio, republicano de Florida.
Ambos tienen ascendencia cubana y ambos han sido figuras importantes en el Comité de Relaciones Exteriores de esa cámara, que juega un rol fundamental a la hora de tomar decisiones de política internacional.
Su peso hace pensar que es poco probable que el Congreso avance hacia la eliminación total del embargo, pero su oposición no significa que el gobierno de Barack Obama no continúe teniendo una influencia considerable para que los efectos del embargo se reduzcan.
Aunque se requiere una acción por parte del Congreso para levantar formalmente las sanciones, el presidente tiene poderes significativos a su disposición para hacer que las restricciones comerciales y de viajes, por ejemplo, pierdan fuerza.
Mientras el Congreso esté en manos republicanas, es difícil que se levante el embargo.
Pero si en la próxima elección esta balanza de poder se girara al lado demócrata, entonces el escenario sería otro.
Qué quiere la opinión pública
En Estados Unidos hay crecientes voces que abogan por el fin del embargo y que tienen el potencial de ayudar a abonar el terreno para una eventual decisión en ese sentido.
La actual candidata a las elecciones presidenciales, Hillary Clinton, argumentó en su biografía Hard Choices (Elecciones difíciles) y en entrevistas que las restricciones no responden a los intereses estadounidenses actuales ni a promover el cambio en la isla caribeña.
Además, 44 ex altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos, empresarios e intelectuales enviaron en 2014 una carta abierta al presidente Barack Obama pidiéndole que suavice su política hacia Cuba.
Y según una encuesta del centro Pew en 2015, una mayoría de los estadounidenses, el 54%, tenía una visión favorable sobre la isla, el 73% aprobaba el restablecimiento de relaciones y una amplia mayoría, el 72%, también apoyaba el fin del embargo hacia Cuba.
Medio siglo de sanciones
El embargo contra Cuba se originó en el año 1960, tras la decisión del gobierno cubano de estatizar todos los bienes pertenecientes a empresas extranjeras en el país, aumentar los impuestos a las importaciones estadounidenses y establecer relaciones comerciales con la Unión Soviética.
La respuesta del presidente estadounidense de entonces, Dwight D. Eisenhower, significó el recorte de las cuotas de importación de azúcar cubano, el congelamiento de los bienes cubanos en Estados Unidos, la imposición de un embargo comercial casi total y la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno de Fidel Castro.
El 7 de febrero de 1962, con John F. Kennedy ya de presidente, EEUU decidió imponer un embargo comercial completo, que restringía los viajes y el comercio.
De acuerdo con el gobierno cubano, las restricciones impuestas por EEUU significaron pérdidas de más de un billón de dólares para la isla durante los 50 años siguientes.
En marzo de 1996, el Congreso de Estados Unidos codificó el embargo contra Cuba con la aprobación de la Ley Helms-Burton.
La norma penaliza a las empresas estadounidenses que realicen negocios con la isla y establece que las sanciones sólo pueden ser levantadas si se cumplen algunas condiciones que incluyen la salida de Fidel y de Raúl Castro del poder, el establecimiento de elecciones libres, de la libertad de prensa y la liberación de todos los presos políticos.