¿Año de Esperanza?

Todos los días escuchamos en la radio o la televisión a alguien alegando que, con la llegada de Donald Trump a la presidencia, este año que a penas comienza va a ser uno terrible para nuestra comunidad latina.  Asustan a muchos, diciéndonos que Trump es racista y que buscará deportar a todos los indocumentados.

No creo, sin embargo, que debiéramos hacerle mucho caso a estas personas. Donald Trump no es racista ni va a impulsar políticas de odio hacia grupos minoritarios.  También ha dejado bastante claro que no quiere deportar a aquellos indocumentados que no tengan antecedentes penales.  Lo que hemos estado escuchando es la típica retórica simplista y radical que usan los demócratas y ciertas elites de izquierda dentro de nuestra comunidad para que nuestra gente no apoye a un presidente republicano.

Es cierto que yo no voté por Donald Trump, pero no lo hice porque pensara que, de ser electo, se convertiría en un presidente autoritario.  Por el contario, estaba de acuerdo con la inmensa mayoría de sus propuestas.  No lo hice sencillamente porque tenía serias diferencias con su política sobre inmigración.  El día de las elecciones salí a votar, pero dejé la papeleta en blanco.

Dicho esto, Trump ganó y pienso que, por el bien de la nación, es importante que pasemos la página y lo apoyemos.  Hay que reconocer que muchas de las políticas del presidente electo mejorarán grandemente nuestra calidad de vida.  

La desregulación de la economía y la reducción drástica en los impuestos corporativos que Trump propone, por ejemplo, tienen el potencial de producir un “boom” económico que lleve a la creación de cientos de miles de nuevos empleos bien remunerados para nuestra gente; lo que serian buenísimas noticias si consideramos que bajo Obama, los latinos han permanecido estancados, sin experimentar una mejoría real en su condición económica.  La tasa de pobreza de los latinos sigue siendo mucho más alto que el promedio nacional y el ingreso medio de nuestros hogares considerablemente más bajo que el de los blancos y asiáticos.

En cuanto a la inmigración, desde su elección Trump ha dado la impresión de que quiere abordar la situación de los indocumentados de una manera constructiva.  En la primera entrevista que otorgó después de ser electo, habló sobre la mayoría de los indocumentados de una manera muy positiva, diciendo que son gente extraordinaria y que hará una determinación sobre su futuro después que se atienda el tema de la seguridad fronteriza y se remueva a aquellos indocumentados involucrados en actividad criminal.  Mas aún, recientemente, dijo que buscaría una solución justa para los más de 700,000 “soñadores” que se beneficiaron de “DACA”, el programa del presidente Obama que los protege de ser deportados pero que no les da un status legal.

En fin, que contario a lo que dicen por ahí, el 2017 puede acabar siendo un año de esperanza.  Lo que la  izquierda no puede tragar es que Donald Trump, la persona que ellos quisieron desprestigiar totalmente ante nuestra comunidad, termine haciendo muchos más por nosotros que su ídolo, el presidente Obama.  Mientras tanto, mantengamos la calma y démosle una oportunidad a nuestro nuevo presidente.

Por Alfonso Aguilar

El autor es presidente del Latino Partnership for Conservative Principles.

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