¿La cercanía de Maradona a Infantino y la FIFA es casual?

El fuerte acercamiento del 'Pelusa' a la FIFA, a la que siempre combatió, supone una búsqueda de mayor influencia, incluso a nivel local

Diego Maradona y Lionel Messi, los dos talentos más importantes de la historia del fútbol argentino, mantienen una relación opuesta con la FIFA de Gianni Infantino. El Diez regala sonrisas y se abraza con el presidente; es el inicio de un romance, luego de meses de coqueteos a escondidas. La Pulga, en cambio, pasó de ser el niño mimado de Joseph Blatter a desairar a la FIFA al no presentarse en la gala de los premios The Best (ex Balón de Oro) que la entidad entregó el lunes por primera vez.

“Desde que se fue Blatter, en la FIFA sabían que Diego quería acercarse, tener un rol más activo”, cuenta una fuente que camina la vidriada sede de la entidad, a metros del zoológico de Zúrich. “Infantino aprovechó el momento. Su perspicacia lo motivó a acercarse a Maradona, por lo que cada vez que coinciden en un evento no dudan en mostrarse juntos”, agregó el informante. “El torneo de fútbol que jugamos el lunes fue idea de un futbolista”, contó Infantino en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de la FIFA, cuando el Mundial de 48 equipos ya era un hecho. Ese futbolista era Diego Armando Maradona.

“Este es el espíritu que quiere la nueva FIFA, que quiere el presidente Infantino, quien se divirtió con nosotros”, explicó Maradona, transpirado luego de jugar los tres partidos del torneo. Y perder dos. Esa “nueva” FIFA lo incluye. Y a Maradona le encanta sentirse protagonista: Infantino lo quiere como embajador en Sudamérica y Centroamérica. Esa función es como el anillo de bodas de un matrimonio que recién se consagra.

Pero con Maradona, se sabe, nada es definitivo. “Yo llegué a FIFA para limpiar la AFA. Y lo voy a hacer. Si tengo que pisar cabezas, lo haré. No voy a perdonar a nadie“, dijo a Radio Rivadavia.

“Diego nos sorprendió a todos por su simpatía. No lo esperábamos”, se confiesa un integrante del Consejo de la FIFA que pide anonimato. Diego sabe que tiene que hacer méritos, y que aquel Diego sacado, iracundo, explosivo, no le hace nada bien a una FIFA que quiere bajar los decibeles y volver a hablar de fútbol. La postal del Diez bajo la nieve, con el brazalete de capitán y la pelota dominada representa ese nuevo paradigma. Porque Maradona es el fútbol.

¿La presencia de Maradona en Suiza fue gratuita? ¿Cuánto cobra por su nuevo cargo? Diego ya aclaró que no llegó aquí por el dinero. Infantino recalcó que a todos los futbolistas que vinieron a Suiza para los premios se les pagó el viaje y el alojamiento. “Se divirtieron. Pregúntenles si la pasaron bien”, chicaneó el presidente de la FIFA ante la consulta por el estipendio a los viejos cracks.

“Es importante que reconozcamos el importante rol de los jugadores. El fútbol no es sólo asunto de los ejecutivos, de los directivos“, apuró el presidente de la FIFA. Si Maradona tiene un cargo rentado, recién se sabrá cuando la entidad madre del fútbol desglose los gastos de 2016. Y siempre que esté dispuesta a contar cuánto recibe el ex astro del seleccionado argentino.

En tanto Maradona pasó de odiado a amado por la FIFA, Messi recorrió unos metros del camino inverso. Ya no es el preferido de la federación. Si lo fuera, si se sintiera parte de la nueva conducción, no hubiese decidido junto al resto de los capitanes del Barcelona boicotear la ceremonia de entrega de los The Best y no viajar a esta ciudad. Pudo más el cansancio luego de su partido con Villarreal, el domingo. Y, también, pudo más la bronca de los futbolistas contra lo que entienden es una campaña en su contra del arbitraje. Está claro: si a Messi le importara la FIFA, se habría tomado un avión privado como hizo siempre. Esta vez, además de una relación más fría con el management del fútbol, se le sumó la certeza de que iba a perder el premio. El combo fue letal.

Infantino se enteró de que los futbolistas del equipo catalán no viajaban recién después de jugar los partidos bajo la nieve. La sorpresa fue mayúscula. Hubo llamados. Barcelona, que había comunicado a través de sus redes sociales que se trataba de una decisión consensuada para preparar el partido de ayer contra Athletic de Bilbao, por la Copa del Rey, pidió disculpas. El daño a la ceremonia, a los premios, ya estaba hecho.

¿Quién fue uno de los primeros en criticar a Messi por su faltazo? El mismísimo Maradona, que ahora sí dice presente cada vez que la FIFA lo llama. Y cuando hay que defender a Infantino, el Diez acude sin dudarlo: “Estoy decepcionado… acá sí la puede pelear. Desde casa mirando la TV no se le puede pelear a nadie”, despotricó después de entregarle el premio al mejor DT del año al italiano Claudio Ranieri.

La ausencia de Messi debe entenderse más como un mensaje hacia adentro que hacia afuera. Fue más para la directiva de Barcelona que para los gerentes de la FIFA. Los futbolistas del club catalán pretenden que el club ponga la cara por ellos. Mientras no lo hagan, ellos no están dispuestos a ponerla por el club. La primera perjudicada será la marca Barcelona. La segunda, la FIFA. Al menos, hasta que Infantino, el hombre que sedujo a Maradona, decida acercarse a Messi.

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