Es tiempo de la resistencia
Se vienen tiempos oscuros con el nuevo gobierno
A unos cuantos días de que Donald Trump se convierta en presidente de este país –no por la voluntad del pueblo, sino por la decisión del Colegio Electoral-, tenemos todos los signos para anticipar que se acerca un tiempo complejo, oscuro. Desde la confirmación de un gabinete con millonarios y personajes de la derecha radical, hasta las bravuconadas que desde Twitter nos obsequia Trump casi a diario, pasando por su atroz conferencia de prensa, son hechos que nos señalan con suficiente claridad el camino que habrá de tomar esta administración.
Son tiempos históricos. Todo tiempo por definición es histórico, por supuesto, pero hay momentos en que los pensamientos y las acciones poseen mayor peso y consecuencia que otros. Son tiempos también en los que será más difícil evitar asumir las responsabilidades que a cada uno de nosotros nos corresponden. No se trata de ser catastróficos, pero sí de estar preparados para días duros. Subestimar esa posibilidad me parece no sólo irresponsable, sino tristemente idiota. Tenemos lo que sucedió ya con la media vuelta que Ford realizó para no establecerse en México por intimidación directa de Trump. Esto es sólo el principio.
Difiero profundamente de aquellos que piensan que nuestras comunidades no deben involucrarse y deben rehuir cualquier situación que las saque de las sombras. Al contrario, creo que este es el momento de actuar, de salir a la calle, de hacer oír fuerte y claro nuestras voces. Es el tiempo de la resistencia. Y resistencia significa en primer lugar no aceptar y denunciar cualquier forma de intimidación y agresión de los racistas.
Hemos visto una degradación del discurso y del lenguaje político. Las crisis tienden a generar un nuevo lenguaje Esta lo ha empobrecido. Alt.right y post-truth no son otra cosa que fascismo y mentira, respectivamente. A estas abreviaciones monosilábicas, opongamos la belleza resonante, luminosa y plena de sentido de la palabra resistencia.
En mis conversaciones con líderes de las comunidades de Nueva York y Los Ángeles he notado preocupación e incertidumbre ante lo que se aproxima. Pero también he notado un ánimo de enfrentar con valentía lo que viene, pensando en las mejores maneras de proteger y apoyar a nuestra gente. La resistencia debe crear unidad y solidaridad.
Es el momento inaplazable de movilizar un bloque amplio, plural y nacional en torno a una agenda de defensa activa de los derechos de las comunidades inmigrantes en EEUU. Varias organizaciones, las más serias y comprometidas, ya lo están haciendo. Hay que ampliar esa acción. Es el tiempo de las alianzas.
Los siguientes cuatro años nos van a probar como países, como comunidades y más importante, como individuos.
(Gaspar Orozco es diplomático de carrera)