3 puntos clave sobre elección de nuevo miembro en la Corte Suprema

Quien se sume al órgano supremo de justicia de EEUU equilibrará o inclinará la balanza hacia el conservadurismo

Especialistas y congresistas consideran que, hasta ahora, todos los perfiles manejados son conservadores.

Especialistas y congresistas consideran que, hasta ahora, todos los perfiles manejados son conservadores. Crédito: thedailybeast.com

El nombramiento de un nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos es un tema que quizás veas lejano a tu vida cotidiana, pero hay un impacto directo a corto, mediano y largo plazo.

I. ¿Por qué?

Cuando hay encendidos debates sobre temas que impactan a toda la población o casos en tribunales cuyos resultados no convencen a ninguna de las partes, la Corte es la última opción jurídica, y cuando los ministros deciden, su determinación puede aplicar a casos similares o delinean políticas públicas a nivel local, estatal y federal, todo basado en los principios de la Constitución.

Uno de los temas más polémicos que podría tratar en la era del presidente Donald Trump sería el aborto como parte de la planificación familiar, ya que el republicano busca modificar los lineamientos que permiten la interrupción legal del embarazo en todos los estados y son éstos, decisión tomada en la Corte, los que deben especificar los casos, pero no prohibirlo.

También pueden tener determinaciones importantes y determinantes en temas como migración o derechos civiles.

El presidente Trump nominará esta a noche a su candidato para ocupar el puesto, que es vitalicio, en la Corte, pero la o el candidato deberá ser ratificado por el Senado, proceso que podría tardar entre dos y tres meses.

Es el Comité de Asuntos Judiciales, presidido por el republicano Chuck Grassley, el que debe ratificar o rechazar al ministro, cuya posición es vitalicia. Su fundamento está explicado en el Artículo III de la Constitución.

Actualmente preside la Corte John G. Roberts Jr., y son miembros, Anthony M. Kenndy, Clarence Thomas, Ruth Bader Ginsburg, Stephen G. Breyer, Samuel A. Alito Jr., Sonia Sotomayor y Elena Kagan, indica el web oficial.

¿Qué podría bloquear la decisión? Una resistencia intensa de los demócratas, aunque el Comité está integrado por 20 miembros, 11 republicanos y 9 demócratas.

La postura de Grassley es que “se debe respetar el resultado de las elecciones y tratar al candidato del presidente bajo el mismo criterio que a otros presidentes”, es decir, aprobar a quien Trump nomine.

II. Los pasos a seguir

  1. Trump remite al Comité del Senado a su candidata o candidato. Este es el primer filtro, pues el Pleno tiene la decisión final.
  2. Los miembros del Comité deben tener una pre-audiencia e investigan a los aspirantes, quienes deben llenar un amplio cuestionario. Los senadores deben revisar las declaraciones públicas de los aspirantes, escritos, decisiones, etc.
  3. Audiencia de confirmación.- Puede durar varios días, con al menos un par de días para que el Comité interrogue directamente al candidato y otros días para interrogar a los testigos. Después del proceso, los senadores pueden presentar más preguntas por escrito.
  4. Voto del Comité.- El comité vota sobre si aprueba el candidato y después entrega su “recomendación” al Pleno.
  5. Voto del Pleno del Senado. Estiman que sea en abril.

III. Los aspirantes

Se habla de al menos dos candidatos, pero parece que Thomas Hardiman lleva ventaja, según varios expertos y fuentes del equipo del presidente Trump. Los siguientes son perfiles resumidos de The Daily Beast.

Thomas Hardiman. El juez Thomas Hardiman tiene una visión muy estrecha de las libertades civiles. Afirmó que no existe un derecho constitucional para grabar a los oficiales de policía durante detenciones. Es menos extremista, pero, por ejemplo se ha manifestado en contra de campañas contra cáncer de mama, al prohibir una pulsera con la leyenda “I ♥ Boobies”.

William Pryor. Es un jurista distinguido con varias posiciones de extrema derecha. Pryor ha justificado la esclavitud, la segregación y campos de internamiento japoneses. Defendió esta afirmación en sus audiencias de confirmación judicial de 2003. Está en contra del aborto y ha abogado mantener “en silencio” a quienes son detenidos. Tiene una posición preocupante y extrema en cuestiones de justicia penal como detención y fricción, vigilancia y seguridad nacional, policía militarizada y encarcelamiento masivo.

Diane Sykes. La jueza Diane Sykes tiene un sólido y unilateral historial conservador. Ella ha votado para limitar la responsabilidad corporativa por defectos de producto, y complicar que los empleados demanden  bajo la Ley de Americanos con Discapacidades. Además de tener una postura discriminatoria hacia la comunidad LGBT.

Steven Colloton. El juez Steven Colloton tiene un expediente judicial está abiertamente contra el aborto. Avaló una ley de Dakota del Sur que exigía clínicas de aborto para decirles a los pacientes que los abortos afectan a un “ser humano no nacido”. Es ubicado con un compromiso pro-empresarial, anti-laboral y anti-derechos civiles. Una de sus polémicas decisiones fue permitir que policías permitan a perros-policía morder a presuntos delincuentes.

Joan Larsen. Es una jueza no federal. Trabajó en el Departamento de Justicia y abogó para que los detenidos no impugnaran su detención. Ella lo niega, pero grupos en defensa de derechos humanos la ubican a favor de la tortura.

Con información de The Daily Beast

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