Cartas abiertas denuncian censura en Havana Film Festival New York
Importantes intelectuales y cineastas denuncian el tratamiento que recibiera la película "Santa y Andrés" en el HFFNY. También la Human Rights Foundation envía carta abierta a su directora ejecutiva
Setenta y siete prominentes cineastas, artistas e intelectuales, entre los que se encuentran Andy García, Paquito D’Rivera, Tania Bruguera y Coco Fusco, reaccionaron con una carta abierta enviada a diferentes medios de prensa en la que llaman la atención por el tratamiento que recibiera una de las películas enviadas a concurso este año al Havana Film Festival Nueva York que concluye el próximo 7 de abril.
A la par, el escritor y profesor Enrique del Risco, comenzó una petición pública que será entregada al New York Council for the Arts. haciendo un llamado a las instituciones públicas y privadas de la ciudad a retirarle el apoyo financiero a dicho evento.
Según reportes de la prensa, “Santa y Andrés”, una produccción del realizador cubano Carlos Lechuga fue sacada de concurso y programada en una discreta exhibición especial debido a lo que la directora ejecutiva de este festival, Carole Rosenberg, definiera vagamente en una conversación telefónica con el Nuevo Herald de Miami, como los “tonos políticos de lo que se ha publicado en internet”. Una frase que en realidad esconde la expectativa que ha generado la cinta en las redes sociales, principalmente por el antecedente de haber sido vetada arbitrariamente en la isla por tratar de manera poco ortodoxa algunos temas sensible de la historia reciente del país.
Aparentemente el equipo del filme en disputa no estuvo de acuerdo con esta decisión de los organizadores del festival, que definieron como unilateral, y acordaron posteriormente retirar la cinta del evento, según publicó en exclusiva el portal de la revista Variety.
La cinta de Lechuga traía el precedente de haber sido vetada por el oficialista Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, lo cual alimenta las suspicacias, y es el reclamo central de los firmantes: “Si nos provoca repulsa que estas cosas ocurran en Cuba, más intolerable se nos hace que en los Estados Unidos se reproduzcan tales prácticas autoritarias. Mucho más cuando se invoca la necesidad de tender puentes entre ambos países, como ha hecho la directora ejecutiva del festival, Carole Rosenberg, para justificar su colaboración con las autoridades cubanas en la doble censura a “Santa y Andrés”.
Aunque ninguna de las partes involucradas en este affair ha respondido hasta el momento a las solicitudes de El Diario, es comprensible la preocupación expresada en la denuncia de que ciertas prácticas autoritarias contagiosas que en otros países son consistentes con la naturaleza ideológica de sus sistemas puedan replicarse sin consecuencias legales en la ciudad en la que se estableciera el concepto de “libertad de prensa” cuando todavía era una colonia británica en 1734.
Esta es, al menos, la mayor preocupación del legendario músico Paquito D´Rivera. “Yo, como tantos otros cubanos escapamos del castrismo y del “socialismo real” huyendo, entre tantas otras atrocidades de la censura y las prohibiciones, por lo que considero mi deber oponerme con todas mis fuerzas a cualquier tipo de limitacion de mis libertades personales y colectivas en una sociedad que se considera democrática”, comentó a El Diario, D´Rivera, uno de los firmantes de la carta, quién el año pasado fue víctima de esta peligrosa tendencia, al ser “vetado” de un concierto organizado en La Casa Blanca, aparentemente para no incomodar al gobierno de La Habana, y luego reinvitado tras escribirle una carta al presidente Obama alertando sobre lo que consideraba un acto de “discriminación política”.
En esa oportunidad, en su memorable y contundente carta al expresidente Obama, D´Rivera escribía: “Me preocupa que este acto de discriminación política se produzca en un evento en su casa, que es la casa de todos los americanos, por lo que tiene de simbólico y también de ejemplar. Y me preocupa porque me es más fácil soportar –por dolorosa y humillante que sea– la discriminación individual a mi persona, que la idea de que en nombre de la convivencia con otros Gobiernos, independientemente de su carácter opresivo, se desprecien principios de convivencia básicos por los que tantas generaciones de americanos han luchado durante siglos y que son modelo y esperanza de convivencia para buena parte de la humanidad”.
La lista de firmantes la encabeza el cineasta Orlando Jiménez Leal, codirector junto a Sabá Cabrera Infante del polémico cortometraje PM, cuya censura en 1961 marcó de súbito e inesperadamente el fin de la luna de miel de la intelectualidad cubana con el naciente régimen, un episodio que cerró con el famoso discurso de Fidel Castro conocido como “Palabras a los intelectuales”, que estableció la política cultural del Gobierno Cubano hasta la fecha.
La semana pasada el cineasta cubano Carlos Lechuga anunció que su película “Santa y Andrés” había sido excluida de la competencia del 18vo Havana Film Festival de Nueva York que se celebrará en esa ciudad del 30 de marzo al 7 de abril. No es la primera vez que la película de Lechuga sufre censura. Ya el pasado diciembre había sido vetada del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba. Tal exclusión, aunque injustificada, obedecía a cierta lógica: “Santa y Andrés” muestra la represión y el hostigamiento contra un intelectual homosexual cubano décadas atrás. De manera que la censura de las instituciones culturales cubanas contra la película de Lechuga venía a confirmar la misma naturaleza represiva del Sistema. Pero si es lógico que en Cuba el régimen rechace su propio reflejo resulta inconcebible que una institución cultural de Nueva York emule a una dictadura.
Nosotros, cineastas, artistas y creadores denunciamos y rechazamos enérgicamente que artistas cubanos sean censurados no solo en su país de origen sino también en los Estados Unidos, nación en la que tantos artistas de todo el mundo han buscado refugio frente a la violación de su derecho de expresarse y de crear y difundir sus obras. Si nos provoca repulsa que estas cosas ocurran en Cuba, más intolerable se nos hace que en los Estados Unidos se reproduzcan tales prácticas autoritarias. Mucho más cuando se invoca la necesidad de tender puentes entre ambos países, como ha hecho la directora ejecutiva del festival, Carole Rosenberg, para justificar su colaboración con las autoridades cubanas en la doble censura a “Santa y Andrés”.
Establecer lazos con las instituciones de un régimen dictatorial, al tiempo que se cierra el paso a las voces más críticas y libres del país, no es tender puentes sino trampas a la libertad. Colaborar con los represores es un ataque a la libertad en cualquier lugar y en cualquier tiempo, pero lo es más en Nueva York, la ciudad donde José Martí, el Padre Varela y Reinaldo Arenas y tantos otros intelectuales han vivido y creado libremente.
Hacemos además un llamado a instituciones privadas y públicas que patrocinan el festival a no financiar prácticas contrarias al espíritu libertario e inclusivo de la ciudad de Nueva York y de la Constitución de los Estados Unidos.
Orlando Jiménez Leal
Andy García, actor, productor, director
Susana Pérez, actriz
León Ichaso, cineasta
Iván Acosta, dramaturgo y cineasta
Olatz López Garmendía, cineasta
Rolando Díaz, cineasta
Roberto San Martín, actor
Tania Bruguera, artista visual
Orlando Rojas, cineasta
Lester Hamlet, cineasta
Alysa Nahmias, cineasta
Paquito D’Rivera, músico
Manuel Castedo, president del Centro Cultural Cubano de Nueva York
Mari Rodríguez Ichaso, cineasta y periodista
Gustavo Pérez Firmat, escritor
Carlos Eire, escritor
Adriana Bosch, cineasta
Manuel Arce, guionista y productor
Camilo Vila, cineasta
Carlos Alberto Montaner, escritor y periodista
Raúl Kim, cineasta
Rosie Inguanzo, actriz
Humberto López y Guerra, cineasta
Rafael Almanza, poeta
Humberto Calzada, pintor
Estela Martinez, cineasta
Didier Santos, cineasta
Reny Díaz, productor
Alina Rodríguez, cineasta
Arístides Falcón-Paradí, cineasta y escritor
Pablo A, Medina, artista visual
Mabel Cuesta, escritora y profesora
Lilo Vilaplana, cineasta
Miguel Sirgado, periodista y editor
Pedro Monge Rafuls, dramaturgo y editor
Iraida Iturralde, poeta
Lourdes Gil, escritora y profesora
Perla Rozencvaig, profesora
Carlos Espasande, director de arte
Alejandro Ríos, crítico cinematográfico
Pablo F. Medina, escritor
David Oquendo, músico
Alfredo Triff, músico y escritor
Aurora de Armendi, artista visual
Eliécer Jiménez, cineasta
Alexis Romay, escritor
Valerie Block, escritora
Carlos Alberto Aguilera, escritor
Lizabel Mónica, escritora
Kenya Dworkin, profesora, escritora, editora
Coco Fusco, artista y profesora
Néstor Díaz de Villegas, escritor, crítico de cine
Luis Cruz Azaceta, artista visual
Alberto Lauro, poeta
Adriana Méndez Rodenas, crítica literaria
Ángel Delgado, artista visual
Elvis Fuentes, curador
Geandy Pavón, artista visual
Gladys Triana, artista visual
Alejandro Aguilera, artista visual
Orlando Luis Pardo Lazo, escritor
Enrique Del Risco, escritor
Alejandro Anreus, crítico de arte
Ana Olema, productora
Maya Islas, poeta
Juan Antonio Blanco, escritor y profesor
Armando Añel, escritor y periodista
Lourdes Zayas- Bazán, profesora
Eduardo Zayas- Bazán, escritor y profesor.
Rudely Cepero, escritor y profesor
Carlos Sotuyo, escritor y profesor
Nils Longueira, crítico de cine
Michel G. Nunez, periodista.
Armando Guiller, escultor
Emilio Sánchez, periodista.
Jorge I. Domínguez-López, escritor, editor
Otra carta abierta: el mismo silencio por respuesta
Unos días después, el presidente de Human Rights Foundation, el excampeón del mundo y gran maestro de ajedrez Garry Kasparov, y el director de dicha fundación, el cineasta y activista de derechos humanos venezolano Thor Halvorssen enviaron otra carta abierta dirigida a la directora ejecutiva del Festival en la que pedían a los organizadores reconsiderar la decisión. Pero, a juzgar por el calendario del evento, tampoco esta solicitud fue considerada.
Carole Rosenberg
Directora ejecutiva
Festival de Cine de La Habana Nueva York
Vía correo electrónico
Estimada Sra. Rosenberg,
La Fundación de Derechos Humanos (HRF) expresa su profunda decepción por la censura de la película “Santa y Andrés”, sacada de la competencia en el XVIII Festival de Cine de Nueva York (HFFNY). HRF le pide a usted ya la HFFNY que reconsideren esta decisión y que permitan a “Santa y Andrés” competir en el festival.
“Santa y Andrés”, del director cubano Carlos Lechuga, cuenta la improbable amistad que se desarrolla entre un novelista gay sometido a arresto domiciliario por el régimen de Castro y la campesina procastrista enviada a vigilarlo.
La exclusión de la película de Lechuga de la competencia del HFFNY, programado para el 30 de marzo al 7 de abril, se hizo pública a mediados de marzo. A modo de explicación, su organziación sin fines de lucro declaró que “como cultivadores de la diplomacia cultural” HFFNY censuraba a “Santa y Andrés” con el fin de “permanecer lo más apolíticos posible y evitar la controversia”.
Sra. Rosenberg, la HRF considera que su decisión de censura está lejos de ser “apolítica”. Las evidencias indican que “Santa y Andrés” fue excluida de la competencia de HFFNY después de recibir una llamada telefónica del instituto cinematográfico cubano, una organización controlada por la dictadura castrista. Es un hecho que el pasado mes de diciembre, el Festival de Cine de La Habana y su árbitro estatal, el Instituto del Arte y la Industria Cinematográfica (ICAIC), reguladores de la industria filmica, censuraron de manera similar a “Santa y Andrés”. Su comportamiento le ha convertido en un testaferro, cooperando con la dictadura que desde hace 57 años gobierna a Cuba.
El HFFNY proclama su “reputación de enriquecer y expandir la visión de la cultura latina en los Estados Unidos”, y asegura que exhibe películas que “reflejan fuertes identidades culturales y sociales enraizadas en sus respectivos países”. Sin embargo, en el caso de “Santa y Andrés”, el HFFNY no defiende ninguna visión enriquecida y ampliada – sólo impone la censura y la ceguera obligada ante el sufrimiento de los reprimidos por el régimen dictatorial cubano. Aquí, una película que refleja sin fisuras un aspecto desgarrador de la identidad social cubana no aparece, como lo prometió HFFNY, sino que es silenciosamente suprimido.
La censura de “Santa y Andrés” contrarresta con los principios esenciales que el HFFNY pretende apoyar, excluyendo sin sentido el rico arte latino. En este mismo mes, “Santa y Andrés” ganó el premio al Mejor Largometraje de Ficción Iberoamericana y sus actores Lola Amores y Eduardo Martínez recibieron el Premio a la Mejor Actriz y la Mención Especial Premio Maguey, respectivamente, en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Una semana antes, ambos actores principales ganaron los premios de Mejor Interpretación en el 34º Festival Internacional de Cine de Miami.
Como muchas otras dictaduras, la dictadura cubana ha considerado durante mucho tiempo cualquier expresión crítica del régimen, dentro o fuera de Cuba, como un acto de subversión que debe ser castigado o la que se debe impedir su publicación. Hace apenas unos meses, Roberto Smith, actual director del ICAIC controlado por la dictadura, justificó la censura de “Santa y Andrés” en La Habana por “presentar una imagen de la Revolución que la reduce a una expresión de intolerancia y violencia contra la cultura, usa irresponsablemente nuestros símbolos patrióticos y hace referencias inaceptables al compañero Fidel”.
Sra. Rosenberg, ¿usted y la HFFNY creen que es “irresponsable” exponer la horrible persecución de cientos de escritores, intelectuales y artistas disidentes, incluyendo a muchas personas LGBTI en los años 60 y 70 por el régimen de Castro porque puede molestar a los empleados de “Compañero Fidel” y su régimen de medio siglo? La comunidad artística de la ciudad de Nueva York, compuesta por tantos activistas y defensores de los derechos humanos, espera una respuesta suya.
Sinceramente,
Thor Halvorssen
Director y CEO
Garry Kasparov
Presidente