Corazón donado se convierte en un irónico regalo del destino que salva a la leyenda Rod Carew
El latinoamericano con más hits en la historia de Grandes Ligas pide a los hispanos cuidar de su sistema cardiaco
Ningún beisbolista latinoamericano ha bateado más hits en Grandes Ligas que Rod Carew. El panameño ha sido igualmente un fuera de serie por su clase como ser humano y por su simpatía.
El pasado 16 de diciembre, la leyenda de los Angels y Mellizos recibió un trasplante de corazón. Después de la maratónica cirugía en el hospital de UCLA en Los Ángeles, Carew, de 71 años, bromeó que ahora que tiene un corazón joven podía pensar en un posible regreso al béisbol.
“Me levantaron”, le dijo Carew a este diario sobre cómo fueron sus primeros días con un corazón de 29 años. “Ellos quisieron que yo caminara tan pronto posible porque me decían que yo no estaba enfermo, y yo me reía de eso. Pero me tenían caminando y haciendo cosas en vez de acostarme”.
Resulta que el corazón que ha reanimado la vida de Rod Carew, quien en septiembre de 2015 sufrió un masivo ataque cardiaco, fue un regalo del destino.
El vital órgano fue donado por Konrad Reuland, un exjugador de la NFL cuya historia es conmovedora.
Dolor de cabeza fatal
Konrad, un ala cerrada de los Jets de Nueva York (2012-13) y Ravens de Baltimore (2015), visitó a su familia para pasar el Día de Acción de Gracias el pasado noviembre, algo que debido a su carrera no había podido hacer en cerca de una década. Después de la gran cena familiar, Konrad quiso ir a hacer un poco de ejercicio. Desafortunadamente, mientras estaba calentando en la caminadora algo terrible le ocurrió.
“Sintió un ‘click’ detrás de su ojo izquierdo. Se convirtió en el peor dolor de cabeza que hubiera tenido”, relató Austin Reuland, su hermano menor. “Quince minutos después de llegar al hospital le descubrieron un aneurisma cerebral en un sitio muy complicado”.
Konrad, que no había presentado ningún síntoma previo al aneurisma (hinchamiento y rompimiento de una arteria en el cerebro), falleció el 12 de diciembre.
Antes de morir, Konrad tuvo un mensaje final para su madre, Mary: “Voy a deshacerme de esta cosa con la ayuda de Dios. Él tiene algo grande reservado para mí, pero para que eso suceda tengo que lograrlo”.
Konrad no pudo salir adelante, pero previamente había accedido a donar sus órganos y tejido humano. Carew se benefició del corazón y un riñón de Konrad. Una mujer en sus 60’s recibió el otro riñón y un hombre en sus 50’s el hígado.
‘Somos familia’
La donación de órganos se realiza con mucha discreción. No siempre los beneficiarios conocen acerca de sus donadores. Pero Carew, que tras el ataque cardiaco de 2015 sobrevivió gracias a una bomba ventricular mientras conseguía un corazón, conoció a la familia Reuland, y luego los Carew y los Reuland unieron esfuerzos para luchar por la causa del cuidado cardiovascular y la de la donación de órganos.
“Es bueno que yo puedo hablar en español también para que la gente latina entienda, esto es muy importante. Yo quiero que ellos vayan y se chequeen el corazón, que coman bien, que tomen su medicina y así van a seguir viviendo”, dijo Carew, quien dirige la campaña de cuidado cardiaco “Heart of 29”, la cual está tratando de incorporar a las Ligas Mayores. El 29 fue su número como pelotero y causalmente la edad del corazón que le fue trasplantado.
El 4 de abril, día que hubiera sido el cumpleaños 30 de Konrad, Rod y su esposa Rhonda acompañaron a los Reuland en una visita a la tumba del exjugador de la NFL.
“Es reconfortante saber que una parte de mi hermano sigue aquí, latiendo, respirando, ayudando a alguien más sobrevivir”, dijo Austin Reuland, el hermano, quien a su vez juega fútbol americano. “Rod ha dicho que quiere ser parte de nuestras vidas mientras siga con vida y eso significa que también estamos con Konrad”.
Carew lo dijo así: “Ahora las dos familias somos lo mismo… somos familia”.
Lo inspiró cuando era niño
Lo irónico de la historia es que el miembro del Salón de la Fama de Cooperstown ya había conocido a Konrad… 18 años atrás.
Una tarde, Carew fue a recoger a sus hijos a la escuela St. John’s Episcopal en Rancho Santa Margarita, en el Condado Orange, cuando por alguna razón Konrad, entonces de 11 años de edad, se encontró con él y platicaron.
“Mi mamá lo recogió de la escuela y todo lo que Konrad habló fue sobre Rod Carew”, relató Austin Reuland. “Al conocer a Rod ese día, todo lo que Konrad quería en la vida era ser un atleta profesional. Realmente tuvo un gran impacto en él a su corta edad y saber que ahora él tiene un impacto en Rod… es una locura cómo funciona este mundo”.