De la cuna a la universidad: organización hispana ayuda a hijos de trabajadores del campo

La NMSHSA desde 1969 atiende las necesidades de decenas de miles de niños migrantes y sus familias

WASHINGTON.- Como hijo de trabajadores agrícolas migrantes mexicanos, Cleo Rodríguez vivió una vida de sacrificios, y ahora mediante su organización practica a diario la filosofía de fomentar una “cadena de favores”, ayudando a miles de hijos de familias como la suya, desde la cuna hasta la universidad.

El gobierno mexicano le entregará este viernes el premio “Ohtli” por esa labor.

En el marco de las celebraciones por el “Cinco de Mayo”, Rodríguez recibirá hoy en Washington el “Premio Nacional Ohtli”, el galardón máximo que otorga el gobierno de México a individuos que promueven la prosperidad y empoderamiento de los mexicanos y los latinos en Estados Unidos.

Rodríguez dirige desde 2011 la “National Migrant And Seasonal Head Start Association” (NMSHSA), que desde 1969 atiende las necesidades de decenas de miles de niños migrantes y sus familias.

Cleo Rodríguez, director de NMSHSA, atesora una taza (esquina derecha) con la imagen de su madre, Felicitas, quien trabajó en el campo durante 18 años, y ahora tiene 88 años y sigue inspirando su trabajo. (Foto: María Peña/Impremedia)

En entrevista con este diario horas antes de recibir el medallón, Rodríguez afirmó que recibir el premio “Ohtli” es un importante reconocimiento al “compromiso y dedicación” de los programas que brinda su organización a los hijos “de la gente que pone alimentos en nuestra mesa, los trabajadores agrícolas”.

“Me sorprendió la noticia del premio, pero estoy muy agradecido porque creo que nuestros programas trabajan muy duro, y es un honor recibirlo“, dijo.

Rodríguez muestra con orgullo fotos de sus padres, quienes trabajaron recogiendo algodón en los campos del suroeste de EEUU. También él trabajó varios veranos en la cosecha de frutas en el Valle del Río Grande en Texas, y fue el primero en su familia en asistir a la universidad.

Yoni Castillo participó en el programa de “Headstart” de la NMSHSA en Oregón, y años más tarde también hizo una pasantía en la Casa Blanca a través de esa organización. Ahora estudia en la Universidad Willamette. (Foto: Suministrada)

“Mis padres de niño siempre me decían, trabaja con la mente, no con las manos, y ese mensaje caló… pero pienso que uno tiene la responsabilidad de tender una mano a la siguiente persona, empoderarla, ayudarla a subir, y eso hacemos en esta organización”, dijo Rodríguez, licenciado en Ciencias de  la Universidad estatal de Texas.

La NMSHSA, con sede en la capital estadounidense, opera en 39 estados y ofrece cada año servicios preescolares de “Headstart”  a 32,000 niños de familias campesinas migrantes, y a unos 2,500 hijos de trabajadores temporales. Estos programas atienden a niños desde bebés hasta cinco años de edad, y proveen también servicio de transporte.

Según Rodríguez, el clima de miedo a la deportación en la era de Trump ha afectado la inscripción en los programas preescolares de “Headstart”, iniciados en 1965 durante la presidencia de Lyndon B. Johnson, en el marco del combate a la pobreza.

Armando e Ivon García, dos hermanos que hicieron pasantías con NMSHSA y se reunieron con la legendaria líder sindicalista, Dolores Huerta. (Foto: Suministrada)

Es un reto mayúsculo, tomando en cuenta que menos del 20% de los más de 160,000 niños elegibles participan en programas preescolares para hijos de trabajadores del campo.

Desde 2012, con fondos privados que recaudó Rodríguez, la NMSHSA también ofrece un programa de pasantías de verano para jóvenes que durante el verano trabajan en la cosecha de frutas y verduras, y también cursan estudios universitarios.

En la oficina de Rodríguez cuelgan numerosas fotos que resumen y definen su trabajo, de jóvenes que viajan a la capital estadounidense por primera vez, y son “transformados” por la pasantía, ya sea en el Capitolio, agencias del gobierno, empresas privadas o en organizaciones no gubernamentales.

Rodríguez recibe cada verano en Washington a jóvenes universitarios que también realizan labores agrícolas. (Foto: Suministrada)

“Al recogerlos en el aeropuerto, se les ve nerviosos, un poco inseguros, pero ver su transformación y aprendizaje a lo largo del verano es algo maravilloso. Claro, también necesitan mentores, gente que los aliente y los guíe, y esta pasantía les ayuda a definir sus carreras”, observó.

Es que, llegar hasta las puertas de una universidad para empezar a romper el ciclo de pobreza, es un importante logro para estos jóvenes, tomando en cuenta que debido a muchos factores, incluyendo la naturaleza de las labores del campo, muchos no se gradúan de secundaria.

Entre los muchos consejos que da a los jóvenes, está el que Rodríguez recibió de Newlyn Moore, su propia mentora en la universidad, una profesora ya jubilada: crear una “cadena de favores”. Es decir, pagar la ayuda recibida ayudando a otros.

Rodríguez viaja con frecuencia a estados como Oregón, donde su organización ofrece servicios de “Headstart”. (Foto: Suministrada)

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