Pandillas salvadoreñas no se deben a deportaciones sino a la pobreza en ese país

El primer estudio sobre pandillas salvadoreñas en una década explica el origen de las maras actuales y lo que motiva hoy a entrar o a querer salir de una

Las amenazas, la violencia y las violaciones contra las niñas y mujeres están entre las principales actividades de las pandillas en centroamérica.  (ORLANDO SIERRA/AFP/Getty Images)

Las amenazas, la violencia y las violaciones contra las niñas y mujeres están entre las principales actividades de las pandillas en centroamérica. (ORLANDO SIERRA/AFP/Getty Images) Crédito: ORLANDO SIERRA/AFP/Getty Images

Contrario al mito de que las pandillas en El Salvador se originaron de pandilleros deportados desde Estados Unidos, la composición de la violenta MS-13 y varias otras agrupaciones menores es casi enteramente salvadoreña, sin lazos a pandillas en Estados Unidos, reveló un estudio a fondo hecho por una universidad estadounidense.

Los pandilleros activos en El Salvador, hoy el día el país más violento del mundo que no está técnicamente en guerra, son en su mayoría nacidos y criados en El Salvador y su membrecía en estos grupos se debe principalmente a las condiciones de pobreza, desigualdad y desintegración familiar, apuntó el reporte.

Es la primera vez en una década que se hace un estudio científico de las pandillas en Centroamérica y es el primer estudio de este tipo que se hace en una universidad estadounidense. La investigación fue copatrocinada por la Universidad Internacional de Florida y la Fundación Nacional para el Desarrollo, una ONG salvadoreña.

Los investigadores entrevistaron a casi 1200 pandilleros, activos y “calmados” (que es una forma de decir que dejaron las actividades del “gang”) en prisiones, centros de rehabilitación y juveniles de El Salvador para realizar un perfil de las pandillas más importantes de ese país y su historia reciente.

El objetivo inicial de la investigación fue averiguar si es posible abandonar una pandilla, pero el análisis terminó dando muchos más detalles sobre quiénes son los pandilleros salvadoreños, qué los motiva a entrar una pandilla y qué puede llevar a tratar de dejarla.

La violencia pandilleril ha sido la causa de la más grande emigración de refugiados salvadoreños a otros países de la región y hacia estados unidos después de la guerra civil que tuvo ese país entre 1988 y 1992. Actualmente, El Salvador tiene la tasa de homicidios más alta del mundo en tiempo de paz y se calcula que hay 70,000 pandilleros distribuidos entre ese país, Honduras y Guatemala.

¿Quiénes son los pandilleros en El Salvador?

El Salvador, sin embargo, tiene la mayor cantidad de pandilleros: unos 30,000 activos en ese país y están altamente organizados, particularmente los dos grupos más poderosos : la Mara Salvatrucha (MS-13) y la Barrio 18 (18th Street Gang), hoy dividida en dos facciones rivales, los Revolucionarios y los Sureños.

La mayor parte de la violencia en El Salvador tiene que ver con las luchas entre esas tres pandillas por el control de territorio, señala el reporte de FIU.

La historia del pandillerismo en El Salvador, sin embargo, coloca la deportación de grupos originados en Los Ángeles y deportados a partir de la estricta ley migratoria IRAIRA de 1996, como uno de los factores de la formación de pandillas en El Salvador, aunque afirman que su existencia hoy tiene mucho más que ver con condiciones de pobreza y situaciones de violencia familiar, que con esos antecedentes.

Menos de 1% de la membrecía de las pandillas salvadoreñas es de personas nacidas en Estados Unidos y deportadas.

¿Cual es la principal actividad delictiva de los pandilleros?

El Salvador tiene una tasa de 104 homicidios por 100,000 habitantes, la más alta del mundo, pero la principal víctima del pandillero salvadoreños son las mujeres de su propio país y la violencia sexual o violación es una de las actividades más comunes, resalta el estudio.

Este es un tema constante en los casos de asilo de miles de mujeres con hijos menores de edad que llegan a Estados Unidos de ese país pidiendo protección y refugio: muchas han sido violadas, sus hijos amenazados o presionadas a convertirse en “novias de las pandillas”.

“En el pasado, la mayoría de la violencia sexual en El Salvador la cometía un miembro de la familia”, dice el reporte. “Hoy en día, sin embargo, la violación y asalto sexual se da principalmente por parte de pandilleros y también las fuerzas de seguridad”.

El número de feminicidios -asesinato de mujeres- continúa aumentando en ese país.

La pobreza y falta de oportunidades es un gran detonante

En El Salvador, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial, una cuarta parte de los jóvenes entre 15 y 24 años no estudian ni trabajan. Esta juventud es la más influenciada por pandillas. Otra característica común de los pandilleros es que provienen de la pobreza y la inseguridad económica, la mayoría de sus miembros no tienen empleo o fuente estable de ingresos.

La inmensa mayoría viene de familias de bajos recursos.

Gráfico explica las principales razones para unirse a una pandilla.  (Foto: reporte FIU)

Las pandillas son secuelas de la guerra civil

La guerra civil de 13 años que culminó en 1992 dejó un tejido social roto, grandes migraciones, muertes -en particular de varones- y la familia desintegrada se convirtió en realidad para una generación entera de salvadoreños. Esto no sólo afecta la capacidad económica del salvadoreño joven y vulnerable sino que genera carencias que las pandillas supuestamente llenan.

El indagar sobre las razones por las cuales un joven se une a una pandilla, el estudio halló que al menos la mitad alegan la compañía de otros jóvenes y pertenencia a un grupo como una de las razones, la obtención de nuevos amigos y “hermanos” y un mecanismo para escapar de sus casas. Sólo un 5% dijo que se unía a la pandilla para obtener recursos (económicos, drogas, mujeres).

“La gente joven se une a pandillas porque encuentran amistad, respeto y amor propio al participar en sus actividades, pero los datos muestran que la situación familiar es una razón aún más poderosa para escapar  y unirse a una de estas organizaciones”, señala el estudio.

Sí se puede dejar una pandilla, pero lleva un protocolo

Muchos pandilleros expresan la intención de dejar la pandilla, pero no es algo fácil de hacer. La permanencia en el grupo por largo tiempo y la edad son dos elementos que a menudo empujan a los pandilleros a querer dejar el grupo. Dos factores importantes: conseguir un empleo y entrar en una iglesia, son dos razones poderosas para querer dejar la pandilla, así como el bienestar de los hijos.

Dejar la pandilla no es fácil, pero es posible, e implica lograr el acuerdo de los superiores en el grupo al que se pertenece y seguir una serie de pasos, como dejar de participar en actividades y mantener “lealtad” a la pandilla. En la mayoría de los casos, dejar totalmente la pandilla no es bien visto y de hecho, 58% de expandilleros han recibido amenazas hacia ellos o sus familias por hacerlo.

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