Mónica en lo alto del podio
NY aplaude a la guerrera boricua que vistió de oro olímpico en el Desfile Puertorriqueño
Color y sabor a Caribe. Y ese ritmo boricua en la sangre que le da un plus de energía y fuerzas para llegar a los lugares lejanos de la cancha. Mónica Puig a pleno, con un sol que quema como el de Puerto Rico. Como quemaba en aquel verano de Río de Janeiro cuando la guerrera boricua inscribió el nombre de su isla en el Olimpo de los grandes que pueden ir vestidos de oro a lo más alto del podio en la cita más grande del deporte.
El Desfile del Orgullo Puertorriqueño pone esta vez entre sus halagados a Mónica Puig, la naciente estrella del tenis que batalla en el circuito con la matrícula de honor de ser la campeona olímpica reinante.
Con apenas 23 años da la batalla sin tregua en un circuito en el que los nombres latinos casi se pierden en la vorágine de las rutilantes rubias de Europa del Este cuando no en medio de la tiranía de una leyenda como Serena Williams.
“Yo soy boricua pa’ que tu lo sepas”, es el grito de Puig en la batalla por subir escalones en una WTA que la tiene ranqueada de 41, pero que le hace un guiño cuando la valiente hija de Borinquen mira hacia lo más alto y sus ojos se cruzan con Angelique Kerber.
¡Nombre conocido!
Sí, la poderosa campeona alemana a la que Mónica Puig le arrebató el oro olímpico aquella tarde de 2016 en Río de Janeiro. Ella es la número uno del mundo.
Hay un largo trecho de coeficientes y datos que separa a una y otra, pero que no mide de ninguna manera lo que ha ocurrido en la pista. En el campo de guerra.
Por eso Puig sabe que le queda mucho techo para crecer y llegar a estar entre las mejores.
Hay cosas que corregir y pasos que ajustar, cosas que ella misma admite, aun en la victoria.
“Hay momentos en los que voy a tener que mirarme en el espejo y superarme. Mi equipo me ayuda y me anima. Poco a poco voy a reencontrarme, entenderme mejor y crecer. Lo que aprendo en la pista es lo que más me va a enseñar”, dijo la tenista tras vencer a la italiana Roberta Vinci por 6-3, 3-6, 6-2 en París.
“Creo que me meto demasiada presión”, ha dicho la guapa boricua que pasará por Nueva York para cosechar el cariño y los aplausos de sus seguidores que la verán en cada minuto de sus vidas como la primera deportista que dio un oro olímpico a Puerto Rico.