El caso del bebé con respirador artificial que une al papa Francisco y Trump

En esto, los dos líderes están de acuerdo

Connie Yates y Chris Gard con su bebé Charlie, en un hospital de Londres.

Connie Yates y Chris Gard con su bebé Charlie, en un hospital de Londres.  Crédito: DPA

LONDRES – Charlie Gard es un bebé británico de 11 meses que nació con una enfermedad genética extremadamente rara. Es ciego y sordo, y no puede respirar ni moverse por su cuenta. Tiene el síndrome de depleción de ADN mitocondrial encefalomiopático, una condición que se cree afecta a sólo 16 chicos en el mundo.

El hospital londinense que está tratando a Charlie fue a los tribunales para pedir permiso para sacarlo de la asistencia médica que lo mantiene todavía con vida pese al deseo de su familia que quiere llevarlo a Estados Unidos, donde cree que un tratamiento experimental tiene la oportunidad, aunque remota, de salvarle la vida.

Tres tribunales de Gran Bretaña fallaron a favor del hospital, al igual que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que la semana pasada rechazó una solicitud de los padres para oír el caso, en la cual argumentaban que el hospital estaba violando el derecho del bebe a la vida.

El caso cobró mayor notoriedad en los últimos dos días, luego de que el papa Francisco y el presidente norteamericano,Donald Trump , aportaran sus opiniones.

Anteayer, Francisco expresó su solidaridad con los padres del chico y ayer, el hospital pediátrico del Vaticano se ofreció a tratar a Charlie. De igual modo, Trump ofreció, mediante un tuit, “ayudar al pequeño #CharlieGard”, sin especificar en qué consistía esa asistencia.

El papa Francisco y Trump le dieron otra dimensión a una cuestión bioética y legal extraordinariamente difícil que enfrenta a la institución médica y judicial de Gran Bretaña con los deseos de la familia. No está claro ahora si la postura de los padres -que en los últimos días parecían haber aceptado la finalidad de la decisión- cambió a la luz de las nuevas declaraciones.

Los padres de Charlie, Connie Yates y Chris Gard, ambos de 30 años, estuvieron librando una larga y emocionalmente desgarradora batalla legal para mantener a su hijo vivo, y recaudaron más de 1.7 millones de dólares para ayudar a financiar el tratamiento experimental en Estados Unidos.

Charlie es tratado en Great Ormond Street Hospital desde octubre. El hospital dijo que estaba actuando en el mejor interés del chico. “Cuando los padres no están de acuerdo sobre el futuro tratamiento de un hijo, es un proceso legal estándar pedir a los tribunales que tomen una decisión”, dijo en un comunicado.

Tres tribunales –el Tribunal Superior, el Tribunal de Apelación y el Tribunal Supremo de Gran Bretaña– tomaron partido por el hospital. El Tribunal Supremo dictaminó que Charlie sufriría un daño significativo si su dolor se prolongaba sin ninguna perspectiva realista de mejora. Además dijo que la terapia experimental no sería eficaz. Los tribunales de apelación británicos estuvieron de acuerdo.

En ese momento, los padres de Charlie llevaron el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que protege el derecho a la vida, y argumentaron que el hospital estaba bloqueando el acceso a un tratamiento de prolongación de vida en los Estados Unidos.

El tribunal europeo dictaminó que los tribunales británicos habían tomado en consideración las opiniones de los padres de Charlie y de los expertos médicos, y había llegado a la conclusión de que “lo más probable es que Charlie estuviera expuesto a dolores continuos, sufrimiento y abatimiento, y que el tratamiento experimental, sin perspectivas de éxito, no ofrecería ningún beneficio y continuaría causándole un daño significativo”.

El hospital no indicó cuándo cortaría la asistencia médica a Charlie, pero en una declaración justificó su postura. “Uno de los factores que influyeron en esta decisión fue que el cerebro de Charlie resultó estar extensamente dañado a nivel celular. El clínico en los Estados Unidos no revertirá el daño cerebral que ya ha ocurrido”, dijeron.

Para Charlie y su familia, la decisión de la corte europea parece haber puesto fin a un arduo viaje legal. En declaraciones a periodistas británicos el viernes -antes de las declaraciones del Papa y de Trump-, la madre de Charlie dijo que la familia estaba preparándose para darle el último adiós a su hijo.

Un antecedente en Estados Unidos

Caso Terri Schiavo

La mujer americana quedó en estado vegetativo después de un paro cardíaco. Su esposo, que era el tutor legal, trató de retirar el tubo de alimentación, pero los padres de Terri no estuvieron de acuerdo. Siete años después, en 2005, los tribunales dictaminaron a favor del esposo. En ese caso, también el papa (Juan Pablo II) y el presidente (George W. Bush) intercedieron en el tema -Bush hasta firmó un acta permitiendo a las cortes federales interceder en el caso-, pero sus acciones no afectaron el resultado.

(Con información de agencia AFP y The New York Times)

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