Jorge Campos, el ‘Cuau’, Klinsmann y Matthaus activaron el fútbol-nostalgia en México

Sendos partidos entre leyendas que disputaron los Mundiales de 1986 y 1998 hicieron las delicias de los asistentes a la plaza mayor mexicana

CDMX, México – Los mexicanos Jorge Campos y Cuauhtémoc Blanco y los alemanes Jurgen Klinsmann y Lothar Matthaus, que participaron en las Copas del Mundo México 1986 y Francia 1998, activaron este domingo el fútbol-nostalgia en el Zócalo de Ciudad de México al protagonizar un partido de leyendas.

Sobre la Plaza de la Constitución, que se ubica a unos pasos del Templo Mayor, en pleno centro de la ciudad, y enfrente del Palacio Nacional se levantó un estadio de fútbol desmontable, de reducidas dimensiones, para recibir a las 15,000 personas que asistieron al encuentro.

La idea era recordar, con un partido extraordinario llamado “Las Revanchas”, los encuentros en los cuales los alemanes eliminaron a los mexicanos en cuartos de final y octavos de final en 1986 y 1998.

Los dos equipos estuvieron dirigidos por el alemán Berti Vogts y el mexicano Manuel Lapuente, quienes llamaron a sus mejores hombres.

Los visitantes presentaron en su alineación a jugadores estrellas como Klinsmann, Matthaus, Pierre Littbarski, Andreas Brehme, Klaus Augenthaler, Thomas Berthold, Thomas Hässler y Olaf Marschall, mientras que por los locales se destacó la presencia de Blanco, el exguardameta Campos, Carlos Hermosillo, Manuel Negrete y Pavel Pardo.

La convocatoria que generó el partido fue tal que unos 2,000 aficionados no pudieron ingresar a la zona del estadio y presenciaron el duelo en pantallas de vídeo que se colocaron en las calles aledañas.

Sin mayor pretensión que pasar un rato en una cancha de fútbol, divertirse y reunirse para recordar viejos tiempos, los jugadores ofrecieron destellos de la calidad que los encumbró durante su etapa como profesionales en activo.

Los años, los kilos extra y las limitaciones físicas quedaron de manifiesto en ambos equipos, más marcadas en los mexicanos aunque en ambos conjuntos fueron reemplazadas por esfuerzo, empuje y simpatía, precisamente las risas fueron la constante dentro de la cancha luego de un acierto o un error de cada jugador.

No quedaron atrás las faltas ni los duelos entre algunos jugadores que se tomaron “en serio” el partido como el mexicano Alberto García-Aspe y su duelo con el alemán Pierre Littbarski, quienes se reclamaron de manera airada aunque al final se abrazaron.

Fue una reunión llena nostalgia y fútbol que resultó divertida para protagonistas y espectadores, quienes con sus alaridos y aplausos reconocieron las buenas jugadas de los dos equipos.

El encuentro se celebró en la modalidad fútbol-7 y con dos tiempos de 45 minutos, el primero lo jugaron los protagonistas de 1986 y el segundo los de Francia 1998.

En el primer tiempo Alemania derroto por 3-1 a México y en el segundo, México se impuso por 2-0 para después dar paso a los saludos y abrazos y la despedida en medio de la cancha bajo los aplausos del público que presenció la disputa de la Copa Ciudad de México.

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