Un penalti en el último minuto castiga a NYCFC
El equipo de Patrick Vieira remontó y se quedó en la orilla por culpa de una pena máxima en el 90'
La conexión hispanoamericana que hilaron David Villa y Maxi Morález para deleitar a los 22,000 espectadores que se acercaron el miércoles al Yankee Stadium se vio cortocircuitada por un gol de penalti en el último minuto de Víctor Vázquez. Toronto llegó a la Gran Manzana sin Bradley, sin Altidore y con solo media hora de Giovinco, pero les bastó para empatar y no ceder espacio en la clasificación ante New York City FC.
La primera parte fue totalmente socialista, con el juego volcado por la izquierda de ambos ataques. Jack Harrison recorrió innumerables veces la diagonal a pie cambiado que debería estar señalizada con su nombre en El Bronx. Morgan picó una y otra vez, el extremo inglés siempre terminaba yéndose por dentro, nunca probó la línea de fondo, pero tampoco lo necesitó.
El lateral zurdo de Toronto se vengó a los once minutos de partido atacando la espalda de Harrison y encontrando el 0-1 en una pelota lateral rebotada que pedía ser empotrada en el marco de Sean Johnson.
Didn't take long for @torontofc.@ashtone_m applies the finish! #NYCvTOR https://t.co/FoGlzj6sgm
— Major League Soccer (@MLS) July 19, 2017
El partido cambió pasada la media hora con el italiano, una vez más, como protagonista. Los canadienses eligieron la espalda de Harrison para volver a hacer daño a los celestes. En tres toques y sin tocar el césped del templo de los Yankees, Giovinco se encontró con un gol tan fácil que la mandó por encima del travesaño y se golpeó la cadera en el choque con Chanot. Ahí se terminó el partido para él.
El equipo de Patrick Vieira seguía llegando desde la carretera de la izquierda y continuaba perdonando por medio de Tommy McNamara. Maxi Morález, que volvía al once titular, durmió a la defensa a ritmo de recortes y golpes de cintura; y era cuestión de tiempo que el balón decidiera acampar en las redes. Harrison recogió un balón que estaba enredándose en la frontal del área, se lo cedió a David Villa y el capitán citizen engatusó el balón con el empeine para hacer un 1-1 que fue cloroformo para los canadienses de cara al descanso.
HT. #NYCFC 1-1 @torontofc.
— New York City FC (@newyorkcityfc) July 20, 2017
Perfect timing on that @Guaje7Villa equalizer… #NYCvTOR pic.twitter.com/ncHfSsGvF1
Siguiendo la línea de remontadas trazada por el New York City en las últimas semanas, el equipo se sacó las cadenas que supone un gol en contra y jugó mucho más cómodo. A punto estuvo de aguarle la fiesta un gol en fuera de juego de Jay Chapman, pero el línea corrigió su error a tiempo. La afición de El Bronx está aprendiendo a convivir con los imprevistos, y el susto duró lo que quisieron David Villa y Maxi Morález.
Callens diseñó la conexión hispanoamericana con una pelota que dibujó una curva de vértigo en paralelo a la cal antes de llegar al tacón de Villa, que la acolchó y se la cedió a Morález. El argentino la devolvió al primer toque y se abrió a la derecha para crearle el espacio a David. El 7 encaró a una defensa que seguía pensando en la espuela anterior, esperó, sentó a un defensor y regaló el 2-1 a su amigo Maxi, que se anotó el gol de la remontada y el tercero en su casillero particular.
That Villa-Moralez combo. 2-1. #NYCvTOR https://t.co/6uWhzrERgS
— Major League Soccer (@MLS) July 20, 2017
Pero el equipo se echó atrás. Toronto asfixió y a los de Patrick Vieira no les llegó el aire. El director técnico francés confesó a El Diario que el equipo estaba cansado pese a llegar del parón internacional. Los aficionados del conjunto de Nueva York tenían ganas de irse a dormir con una sonrisa, pero el destino les arrebató la victoria que tenían agarrada con las dos manos.
El colegiado decretó pena máxima en un forcejeo que es pan de cada día en cualquier área en la que se practique fútbol, y Víctor Vázquez no iba a perdonar un penalti en el último minuto. La inspiración hispanoamericana contagió también al único español en la plantilla canadiense, y los de Vieira quedaron con un punto que ni les contenta ni les impulsa de cara a la crucial visita de Bastian Schweinsteiger y sus Chicago Fire planificada para el sábado.