Claves sobre la renegociación del “NAFTA 2.0” la próxima semana

Inicia una difícil tarea negociadora entre los tres socios comerciales

WASHINGTON.- Tras meses de retórica y recriminaciones, EEUU, México y Canadá se sentarán finalmente a la mesa la próxima semana para empezar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA en inglés), en medio de expectativas sobre cómo mejorar el pacto para sus empresas, trabajadores y consumidores.

El mes pasado, el titular de la Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR, en inglés), Robert Lighthizer, emitió un documento con los objetivos de EEUU para una nueva versión del pacto trilateral, puesto en marcha en 1994 para la integración económica de la región.

La primera ronda de negociaciones se llevará a cabo entre el 16 y 20 de agosto próximos en un hotel de la capital estadounidense, mientras que la segunda se hará en México a mediados de septiembre. No hay calendario para su conclusión.

EEUU llegará a la mesa de diálogo con su retórica de nacionalismo económico y su agenda de “Primero EEUU”, buscando un acuerdo que ayude a reducir el déficit con sus socios dentro del NAFTA, y mejore el acceso de productos “Hechos en EEUU” a los mercados en México y Canadá.

Es que, durante y después de la contienda, el presidente Donald Trump se ha quejado de que otros países han “sacado ventaja” de EEUU, y ha destacado en particular el déficit comercial con México.

Según cifras de USTR, el intercambio comercial de EEUU con México pasó de un superávit de $1,300 millones en 1994, a un déficit de $64,000 millones el año pasado. Y EEUU también mantiene disputas con Canadá respecto a exportaciones de productos lácteos, granos, y del sector vinícola, entre otros.

Tomando en cuenta las elecciones presidenciales en México, en las que el NAFTA con seguridad será tema de campaña, EEUU ha reconocido que su mejor “ventana de oportunidad” para lograr un nuevo acuerdo comenzará a cerrarse en enero próximo.

El reto para las tres naciones es negociar un acuerdo en el que todos “ganen”, minimizando los riesgos y concesiones y aumentando la creación de trabajos bien remunerados.

A continuación, un vistazo a algunas claves para entender lo que está en juego en la mesa de negociaciones para el pacto de 23 años:

Los principales negociadores.- Los tres países acudirán con un amplio equipo de expertos y asesores. El equipo de EEUU estará liderado por John Melle, un veterano en asuntos comerciales y actual subjefe de USTR. Mientras, el de México estará encabezado por el diplomático Kenneth Smith Ramos, quien negoció el primer NAFTA y dirige una oficina sobre el pacto desde la embajada mexicana en Washington.

El equipo de Canadá está bajo el mando de la ministro de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland.

Temas sobre el tapete para EEUU.-  En su lista de deseos, la Administración Trump incluye modificar las cláusulas relacionadas con las reglas de origen, para evitar que productos de países fuera del NAFTA y que son usados para ensamblar productos en la región, sigan entrando a EEUU libres de impuestos.

También quiere cambios para que los contratos gubernamentales den prioridad a empresas estadounidenses en obras de infraestructura,  pero eso terminaría reduciendo el campo de maniobra para estos negocios, si México y Canadá ponen la misma exigencia.

Trump además pide una revisión respecto a posibles impuestos a ciertas importaciones –que encarecerían los productos para los consumidores en este país-, y una reforma de las leyes de propiedad intelectual para que se adapten a la nueva economía digital, y un mayor combate a la piratería de bienes estadounidenses.

La Administración prefiere que las disputas comerciales que surjan entre los tres países se resuelvan en tribunales de EEUU, no mediante un panel independiente como lo estipula NAFTA. También quiere que México y Canadá eliminen sus subsidios de exportación agrícolas, un asunto que ha levantado ampollas en esos países.

Lo que se trae México.-  México es el tercer socio comercial de EEUU y el segundo mercado para sus exportaciones. En 2016, el intercambio comercial de bienes y servicios entre EEUU y México totalizó casi $580,000 millones, aunque EEUU tuvo un déficit con su vecino al sur de $55,600 millones.

Es una espina en la relación bilateral, ya tensa también por la idea de Trump de construir un muro fronterizo.

México traerá en su portafolio asuntos relacionados con la liberalización de su sector energético, la protección de su industria automovilística, el continuo acceso de su industria azucarera al mercado estadounidense, y la posible modernización del llamado “Capítulo 19”.

En su lista de prioridades , el gobierno mexicano ha trazado además otra “línea roja” al oponerse a la reimposición de “aranceles, cuotas, u otros mecanismos” a sus exportaciones, aunque apoya incorporar “otras disciplinas” ausentes cuando se negoció el primer TLCAN.

Lo que interesa a Canadá.- Entre los asuntos más espinosos para Canadá figura la exigencia de EEUU de eliminar  los paneles independientes dentro del “Capítulo 19” para la resolución de disputas, que el gobierno de Ottawa ha usado para impugnar los aranceles a sus exportaciones de madera blanda. Canadá ha amenazado con abandonar el TLCAN si se elimina ese capítulo.

Canadá también protege ferozmente a sus industrias láctea y avícola de la competencia exterior, mediante un complejo sistema de subsidios, control de precios, aranceles y límites de producción. Trump cree que las tarifas a productos lácteos de EEUU son “injustas” para los negocios en este país.

Canadá tampoco quiere abandonar los subsidios para su industria de madera blanda, que además tiene acceso a bajo costo a terrenos públicos. El asunto ha causado fuertes tensiones y represalias por parte de EEUU desde antes de la puesta en marcha de NAFTA.

(con datos de USTR,  y de los gobiernos de México y Canadá)

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