El destino de este condenado a muerte depende de una llamada telefónica

Marcellus Williams es acusado del asesinato de Lisha Gayle en 1998, pero recientes pruebas de ADN lo desvinculan del arma del crimen

La suerte de Marcellus Williams depende de una llamada de teléfono.

Su ejecución por inyección letal está prevista para este martes 22 de agosto a las 18:00 hora local   en la prisión Bonne Terre, situada a una hora de San Luis (Misuri, Estados Unidos).

Sólo el gobernador del estado, el republicano Eric Greitens, puede salvarle la vida, o al menos prolongársela.

Pero no le quedan muchas horas de margen.

Para Greg Hampikian, uno de los expertos que realizó pruebas de ADN para el caso, es inaudito que la Corte Suprema de Misuri no haya accedido a aplazar la ejecución.

“No hay nada de la escena del crimen, nada del cuerpo o nada del arma que comprometa a Marcellus Williams” , le dice Hampikian a BBC Mundo.

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El gobernador de Misuri, el republicano Eric Greitens, tiene la potestad de detener la ejecución de Marcellus Williams.

El crimen

En 1998, Lisha Gayle, una reportera de 42 años, murió acuchillada en su casa en una urbanización de San Luis.

Al salir de la ducha se encontró con un ladrón que le asestó múltiples puñaladas.

Marcellus Williams fue detenido como principal sospechoso.

La defensa alegó que ninguna de las pruebas halladas en la escena del crimen (sangre, cabello, huellas dactilares, pisadas del zapato) encajaban con él.

Sin embargo, los testimonios de dos personas, una mujer que fue novia de Williams y un hombre que compartió celda con el acusado, lo vincularon con el crimen.

Con el tiempo se supo que estos dos testigos recibieron US$10.000 cada uno: era la recompensa que fijó la familia de la víctima para quien aportara datos que condujeran a la resolución del caso.

Williams fue hallado culpable y sentenciado a muerte en 2001.

SPL

“Los datos de las pruebas de ADN son absolutamente concluyentes”, resalta el biólogo Greg Hampikian.

Nuevas pruebas

El hombre siempre mantuvo su inocencia.

La defensa siguió trabajando para sacar a su cliente del corredor de la muerte.

En diciembre de 2014, los abogados presentaron una solicitud para hacer pruebas de ADN, una tecnología que no estaba disponible en 2001.

La Corte Suprema de Misuri suspendió temporalmente la ejecución prevista para el 22 de enero de 2015 y ordenó que se realizaran dichas pruebas.

Tres expertos analizaron las muestras de la sangre hallada en el mango del cuchillo: Nora Rudin, de la empresa Forensic DNA Consulting en California; Carll Ladd, del laboratorio forense de la policía del estado de Connecticut; y Greg Hampikian, de la Universidad Bosie Sate en Idaho.

Los tres excluyeron a Williams.

El pasado 14 de agosto, el equipo legal presentó ante el tribunal los resultados de su investigación, pero en menos de 24 horas la corte desestimó el informe y confirmó la ejecución para este martes.

Sin precedentes

“No entiendo por qué la Corte Suprema de Misuri no aceptó revisar el caso, nunca he visto algo así “, le dice a BBC Mundo Greg Hampikian.

“Dicen que tienen muchas otras pruebas no relacionadas con el ADN, pero lo cierto es que la orden de la corte en 2015 fue específica para hacer pruebas de ADN y en eso es en lo que nos centramos.

“Si lo que temen es que seamos parciales, entonces celebremos una audiencia, es lo que se hace normalmente. Pero lo rechazaron sin razones”, afirma.

BBC Mundo pidió entrevista con el fiscal general de Misuri, Josh Hawley, pero por el momento no obtuvo respuesta.

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Según el abogado de Marcellus Williams, su representado está en paz y cree que su destino está en manos de Alá.

La clave, en el cuchillo

Lisha Gayle fue apuñalada con su propio cuchillo de cocina. El asesino dejó el arma insertada en el cuerpo de la mujer,

“En este ataque brutal, con 27 heridas por cortes y 16 puñaladas (7 de las cuales pudieron ser fatales) , es muy probable que la fuerza y fricción repetidas causaran la transferencia de ADN de la mano del perpetrador al mango del cuchillo, especialmente sabiendo que hubo resistencia”, indica Hampikian.

“Es razonable pensar que el ADN que aparece en un cuchillo de cocina, algo que normalmente está limpio, corresponde a la última persona que lo tocó”, subraya el experto, que además plantea varias preguntas.

“¿Es Marcellus Williams inocente? No tengo idea. ¿Hay ADN de otra persona en un cuchillo insertado en el cuerpo de una mujer? Sí.

“¿Hay algún rastro de ADN que vincule a Marcellus Williams con la escena del crimen, el cuerpo o el arma? No. ¿Hay cabellos? El cabello en la escena del crimen que fue analizado para extraer ADN no era de Marcellus Williams.

“Hay una pisada que no encaja con el pie de Williams”, agrega.

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Según la organización Ciudadanos de Misuri por las Alternativas a la Pena de Muerte, si la víctima de un homicidio en Misuri es una mujer blanca, es 14 veces más probable que haya pena de muerte que si la víctima es un hombre negro.

Revisión del proceso

Para algunos activistas de derechos humanos, este caso es un ejemplo más del sesgo racial del sistema judicial en EEUU.

El jurado que condenó a Williams estaba compuesto por una persona negra y 11 blancas.

Hampikian insiste en que no pretende declarar la inocencia de Williams, sólo quiere que exista la posibilidad de revisar el caso.

Es lo mismo que pide la defensa y organismos que se oponen a la pena de muerte y que han anunciado movilizaciones para protestar contra la ejecución.

Una petición en Change.org tiene al cierre de esta nota más de 170000 firmas que se le enviarán al gobernador Greitens.

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Como suele ocurrir cuando hay una ejecución prevista, grupos de personas se congregarán en torno a la prisión de Bonne Terre para hacer vigilia.

El diario local The Kansas City Star publicó este domingo un editorial en el que pide que no se ejecute a Williams, apelando a la memoria de Lisha Gayle.

“Instamos a la corte a que designe un magistrado especial para escuchar el reclamo de inocencia de Williams. Los ciudadanos de Misuri merecemos saber con seguridad si realmente es culpable antes de que lo maten en nuestro nombre “.

Williams, por su parte, se ha vuelto muy religioso e intenta mantener a su familia alejada, según su abogado.

“No los quiere allí cuando sea ejecutado. Marcellus es un musulmán devoto y está en paz con todo esto. Cree que su destino está en manos de Alá”.

Para sus defensores, está en manos del gobernador Eric Greitens.

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Missouri Pena de Muerte

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