Federer y Del Potro reeditan en el US Open la final de 2009

QUEENS, NY – Fue uno de los mejores partidos de la pasada década. En septiembre de 2009 el suizo Roger Federer alcanzó la final del US Open y buscaba convertirse en el primer hombre en la era Open en alzarse con el título seis veces consecutivas.

En frente tenía a Juan Martín del Potro, un joven argentino de 20 años que venía de aplastar en su semifinal a Rafael Nadal en tres sets. Aún así, nadie tenía dudas de que Federer, casi imbatible entonces, se llevaría el trofeo. Menos aún cuando arrancó ganando el primer set con facilidad.

Pero el partido se fue a cinco sets con tie-breaks en el segundo y cuarto. Se convirtió inmediatamente en un clásico del tenis.

Hoy ambos jugadores, con ocho años y muchos kilómetros en sus piernas más, se enfrentan de nuevo en el estadio Arthur Ashe en busca de una plaza en las semifinales del US Open.

“La final de 2009 fue épica. Espero que podamos producir otro buen partido”, comentó Federer en rueda de prensa tras su victoria del lunes. “Aquél fue uno de los partidos de mi carrera que me gustaría volver a jugar. Creo que lo ganaría. Siento que el único momento en que él fue mejor fue el quinto set”.

“No, no, déjalo así. Está bien como salió”, bromeaba Del Potro minutos después.

“Volver a jugar contra Roger en este estadio trae recuerdos del pasado. Para mí siempre es un privilegio jugar contra el mejor tenista de la historia, y más en el torneo que más me gusta”, añadió el de Tandil, que aquel año jugó y ganó su única final de un Grand Slam hasta ahora.

“Jugadores diferentes”

Este miércoles será un partido muy diferente, como apuntó Federer, que vive una segunda juventud a sus 36 años y ha ganado Australia y Wimbledon en lo que va de año.

“Somos jugadores diferentes ahora. Él utiliza más el revés cortado por su lesión en la muñeca. Yo ahora soy más agresivo al resto”, analizó el suizo. “Pero su servicio y su derecha son idénticos, quizá más potentes ahora por los avances técnicos”.

Del Potro tiene 28 años, pero sufrió un calvario con sus dos muñecas en dos etapas, entre 2010 y 2011, y de nuevo entre 2014 y 2016. Llegó a pensar que nunca más jugaría a un nivel competitivo, pero el gigante argentino nunca se rinde –como demostró en su épico partido el lunes ante Dominic Thiem–.

“No sé bien por lo que pasó, porque no estaba con él y estuvo fuera tanto tiempo…”, dijo Federer sobre las lesiones de su próxima rival. “Pero es fantástico tenerlo de vuelta en el tour”.

Con muchos argentinos en las gradas, como siempre que juega Del Potro en Nueva York, y ante el favorito de la mayor parte del público -Federer-, estos cuartos de final huelen a partido grande.

“Después de ocho años, otra vez en la pista central de este torneo. Yo sé cómo jugar para ganar, pero habrá que ver cómo me encuentro físicamente después”, comentó Del Potro.

Aunque Federer le resta presión cuando lo compara con aquella final perdida en 2009.

“Estaremos más relajados. Son unos cuartos de final, no una final”.