¿Qué tienen que ver el desayuno y los infartos?

Sí se relacionan, y te decimos cómo evitar... los infartos

No te saltes la comida más importante del día. Según varios estudios médicos realizados durante los últimos años está demostrado que no desayunar aumenta las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio en un 30%.

Así lo advierte hoy el estudio “Progression and Early Detection of Atherosclerosis” realizado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III de España (CNIC) y publicado en The Journal of American College of Cardiology.

En la investigación se demuestra que desayunar unas cien calorías, es decir, menos del 5% de las 2,000 calorías diarias recomendadas para una dieta completa, duplica el riesgo de lesiones ateroscleróticas.

Las frutas de cada estación pueden ayudar a preparar un buen desayuno. Archivo

Los investigadores estudiaron la asociación de dichas lesiones con los hábitos alimentarios, la actividad física, los biorritmos, las características psicosociales y la exposición a contaminantes ambientales.

Y es que edades tempranas, las placas ateroscleróticas (acumulación de grasas en las paredes de las arterias dentro del proceso llamado aterosclerosis) ya empiezan a desarrollarse, aunque no haya síntomas (aterosclerosis subclínica).

En este estudio, el 20 % de los participantes tomaba un desayuno con alto valor energético (20 % de las calorías diarias), el 70 % un desayuno de bajo valor energético (entre 5 y 20 % de las calorías diarias), y el 3 % desayunaba muy poco o nada (5 % de las calorías diarias) y apenas invertía 5 minutos en desayunar: tan solo tomaban un café o zumo de naranja o incluso nada.

Además, apuntan los investigadores del CNIC, este último grupo se caracterizada por seguir una dieta menos saludable y mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular.

Con estudios de tecnología de ultrasonido (ecografía) vascular, los investigadores observaron que los que se saltaban el desayuno tenían 1,5 veces más placas ateroscleróticas que los del grupo que tomaba un desayuno energético.

Y todo ello, independientemente de la presencia de factores de riesgo y hábitos de vida poco saludables, explica la doctora Irina Uzhova, investigadora del CNIC y primera autora del trabajo.

Saltarse el desayuno, concluye José Luis Peñalvo (coautor del estudio), es un comportamiento alimenticio global poco saludable, asociado a una mayor prevalencia de aterosclerosis generalizada.

Con información de EFE

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