Restricciones de Estados Unidos para alistamiento de extranjeros son “golpe” para sus Fuerzas Armadas
Una serie de medidas tomadas en meses y semanas recientes, representan la exclusión de miles de potenciales reclutas, por el solo hecho de haber nacido en otro país, señala experta y veterana, que creó programa de alistamiento de inmigrantes.
Si Estados Unidos hubiera impuesto barreras y limitaciones exageradas al alistamiento militar de extranjeros “hubiéramos perdido muchas guerras en la historia”, señala una veterana y experta en leyes migratorias para las Fuerzas Armadas, Margaret Stock.
La abogada deploró en una entrevista con La Opinión que el gobierno de Estados Unidos esté imponiendo condiciones más estrictas para inmigrantes que para nativos que quieren entrar a las Fuerzas Armadas, así como la exclusión de residentes legales de las reservas del ejército y la guardia nacional.
“En la guerra civil, el ejército de la unión estaba repleto de inmigrantes irlandeses”, dijo Stock. “En la primera guerra mundial, uno de cada cinco soldados no eran ciudadanos y en la segunda guerra, la presencia de inmigrantes en las unidades de inteligencia fue indispensable para derrotar a los nazis”.
En las últimas semanas, trascendieron varias decisiones que afectan el futuro de los reclutas no ciudadanos en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Una de estas decisiones fue la de imponer medidas de seguridad adicionales a ciertos alistados por medio de un programa creado por Stock, que reclutaba a extranjeros con capacidades especiales para entrar a las fuerzas armadas y expeditaba su camino a la ciudadanía.
El secretario de Defensa Jim Mattis dijo recientemente que se tomó esta decisión porque hay que “proteger a las fuerzas armadas del potencial de espionaje” entre los inmigrantes.
Posteriormente, se anunció que los residentes legales tendrían que esperar meses y hasta años para unirse al entrenamiento básico militar, aún después de firmar sus contratos, porque no se les permitiría hacerlo sin haber terminado su “background check”.
Pero estos chequeos de antecedentes son tan extensos que se han creado severos retrasos, y el Departamento de Defensa ahora está cancelando algunos de esos contratos.
Además, se anunció la pasada semana que los portadores de tarjetas de residencia o “green cards”, no podrán seguir alistándose a las reservas del ejército o a la guardia nacional, al menos por el momento.
Todo esto equivale a sospechar de los extranjeros e imponer medidas y condiciones mucho más estrictas que las que el gobierno pone a los ciudadanos nacidos aquí, dijo la abogada.
Stock dijo que no hay ninguna objeción a que se investiguen los antecedentes de los reclutas, pero que aumentar los requerimientos o retrasos para los extranjeros no responde a “ninguna amenaza específica”.
“No estoy en contra de estos exámenes”, dijo. “Pero creo que lo lógico sería responder a amenazas específicas e investigarlas, y no hacer una declaración genérica de que todos los reclutas extranjeros representan un peligro más elevado que otros reclutas. Eso ni siquiera es cierto”.
Como resultado de todas estas complicaciones, reclutas que esperaban para unirse a las fuerzas armadas han pedido ser liberados del mismo y el mismo gobierno ha cancelado “cientos” de contratos.
Cerca de mil inmigrantes con estatus temporales que esperaban la aprobación del Departamento de Defensa, han quedado sin estatus legal mientras esperaban y unos 10,000, reclutados bajo MAVNI, quedarían en el limbo.
Otros 4,100 soldados, en su mayoría ciudadanos naturalizados, tendrían que pasar por un nivel adicional de chequeos, según memos del gobierno publicados por el Washington Post.
Entretanto, el Pentágono no ha dado a conocer ningún ejemplo de amenazas legítimas generadas por los reclutas inmigrantes.
“Lo que están haciendo es muy complicado de entender”, dijo la abogada. “Parece algo bueno aumentar los chequeos de seguridad, pero cuando hicieron algo similar con los reclutas ciudadanos de la Patrulla Fronteriza, las dos terceras partes de los candidatos no pasaron los exámenes”.
Stock dijo que están pidiendo el tipo de exámenes que equivalen a un nivel máximo de seguridad para los reclutas inmigrantes, sin justificar las razones.
Varios analistas y ex militares han expresado sus objeciones a estos cambios en los últimos días, indicando que puede traer numerosas consecuencias para la capacidad de Estados Unidos de atraer suficientes reclutas para las diferentes instituciones militares.
En principio, elimina o reduce el acceso de las fuerzas armadas al 13.6% de la población residente en Estados Unidos que no es ciudadana, en momentos en que muchos ciudadanos tampoco tienen las calificaciones para servir.
Además, al eliminar a los residentes con green card de las reservas del ejército y guardias nacionales, señalan, afectarán principalmente a estados como Florida y California, donde estos ayudan a mitigar incendios y en labores de rescate después de desastres.
La presencia de diversas culturas y orígenes en las Fuerzas Armadas estadounidenses han resultado ser críticamente importantes a la hora de pelear guerras en todo el mundo, agregaron expertos.