“María se llevó todo, menos nuestra esperanza”
Más de 300 familias puertorriqueñas desplazadas por el huracán María han acudido hasta ahora al Centro Cultural Julia de Burgos, en donde la ciudad estableció un centro de ayuda
El fulgor de esperanza se reavivó en el corazón de Cristopher Quiñones cuando piso suelo neoyorquino la noche del pasado miércoles, después de vivir en Puerto Rico el infierno del huracán María, como lo describe el padre de dos niños de 5 años y 14 meses.
Quiñones, de 29 años, es uno de cientos de sobrevivientes que han llegado en las últimas semanas a la ciudad de Nueva York para comenzar una nueva vida, después de perderlo todo en la isla. Con su hijo en brazos, el puertorriqueño recordó el tormento de buscar alimentos y agua para su familia.
“Eso era caminar hasta que los pies dolieran para ver si uno podía conseguir un pedazo de pan y un poco de leche. Los niños pasaron hambre, frío, mucho miedo. Toda esa destrucción, árboles caídos, caminos destruidos”, expresó Cristopher, quien acudió la mañana de este jueves al Centro Cultural Julia de Burgos, en Manhattan, en busca de ayuda. “María se llevó todo, menos nuestra esperanza. Mi familia está de pie aquí en Nueva York”.
La Oficina de Manejo de Emergenciasde la Ciudad (OEM), abrió la semana pasa un centro de operaciones de ayuda en el Julia de Burgos, ubicado en la calle 106 y la Avenida Lexington, en respuesta a la llegada masiva de sobrevivientes de Puerto Rico y las Islas Vírgenes, tras el paso devastador del huracán.
Cristopher relató que salir de Puerto Rico fue toda una odisea, pues su padre, Raúl Quiñonez, un residente de El Bronx, logró conseguir boletos aéreos casi un mes después de que María tocara tierra en la isla, el 20 de septiembre.
La familia pasó varios días en su casa destruida en el municipio de Juncos, sin acceso a agua potable y otros servicios básicos.
“Un árbol de mango cayó sobre nuestra casa, el techo se arruinó. El concreto de la cancha de basquetbol cerca de la casa mía acabó en medio del camino. Ahora mismo hay pilas de carros que el agua arrastró por los caminos”, narró Rosa Basora, madre de Cristopher. “Yo sentí tanto alivió cuando llegué a Nueva York”.
Ayuda de emergencia
En el Centro Cultural Julia de Burgos la familia Quiñones no solo recibió asesoría de las agencias de la Ciudad, sino también ayuda de emergencia, como ropa, zapatos y artículos para bebé.
“Llegamos anoche a Nueva York con las manos vacías, únicamente con lo que teníamos puesto”, dijo Cristopher.
La hermana de Cristopher llegaría a la Gran Manzana la noche de este jueves con su hijo de 8 años.
“Mis dos hijos y mis nietos se quedarán conmigo en casa en lo que consiguen vivienda permanente y empleo. Están sanos y a salvo y eso, gracias a Dios, es lo que importa”, dijo Raúl Quiñones.
Yokarina Duarte, vocera del OEM, explicó que 11 agencias de la Ciudad y una decena de organizaciones civiles están ofreciendo recursos y servicios a las familias desplazadas, incluyendo el Departamento de Educación (DOE), la Administración de Servicios Infantiles (ACS), la Corporación de Salud y Hospitales (HHC) y la Oficina de la Alcaldía para Asuntos Migratorios (MOIA).
El centro atendió 75 familias en su primer día de operaciones, aunque, en promedio, el lugar recibe 65 personas por día.
“Hemos atendido familias de las Islas Vírgenes y Florida, pero el mayor porcentaje proviene de Puerto Rico (…) el servicio de mayor demanda es el de educación, los padres requieren información de dónde y cómo inscribir a los niños. También hay una gran demanda de servicios de la oficina de Seguro Social, ya que muchos perdieron sus documentos”, añadió Duarte.
La vocera de OEM explicó que la mayoría de recién llegados están hospedándose con sus familiares, pero algunos sí necesitan vivienda de emergencia.
Un lugar para dormir
Es el caso de Marina Ramírez, de 80 años, que busca desesperadamente un lugar donde dormir. La mujer contó que su casa en la isla sufrió daños severos, por lo que buscó refugio en el apartamento de su hija, en Manhattan. Sin embargo, no fue bien recibida cuando llegó a la ciudad la semana pasada, aseguró.
“No tengo dónde dormir esta noche, ni siquiera he desayunado. El Seguro Social me ayuda con $500 al mes. No es suficiente para alquilar una habitación, estoy desesperada”, dijo Marina. “Aquí en el centro me han ayudado, al menos sentí un poco de consuelo”, expresó la anciana.
La presidenta del Concejo Municipal, Melissa Mark-Viverito, dijo que acude al centro de operaciones todos los días para asegurarse de que las familias reciban los recursos que necesitan.
“Estamos recibiendo mucho apoyo de la comunidad, gente que quiere contribuir, que quieren ser voluntarios (…) estamos viendo pequeños comerciante que quieren emplear a personas desplazadas”, dijo Mark-Viverito. “Estamos aquí para darles la bienvenida, hablando con familias que empiezan a llorar, un trauma. Reconocemos que la vida que ellos tuvieron (en la isla) ya no será la misma, y es muy difícil para mí también”.
Mark-Viverito dijo que “el gobierno federal le ha dado la espalda a Puerto Rico”, pero en la ciudad de Nueva York la realidad es de ayuda y solidaridad.
“Tenemos limitaciones, porque necesitamos la ayuda del gobierno federal, necesitamos los subsidios de vivienda, cualquier apoyo”, sostuvo la líder político.
Pequeños comerciantes se solidarizan
Los comerciantes de El Barrio, un vecindario de tradición puertorriqueña, se han unido a los esfuerzos de la ciudad para asistir a los sobrevivientes de María. Uno de esos dueños de negocios es Jorge Ayala, propietario de la Fonda Boricua, con más de 20 años en el sector.
El lugar colabora con la oficina de Mark-Viverito para proveer alimentos calientes a las familias recién llegadas.
“En mi restaurante no les servimos a los sobrevivientes en platos de papel. Los atendemos con dignidad, les damos un servicio que los haga sentir bienvenidos y apoyados, que sepan que sus hermanos boricuas en Nueva York están con ellos, hombro con hombro”, comentó Ayala.
La ciudad de Nueva York tiene una de las poblaciones boricuas más grandes del país, estimada en alrededor de un millón de residentes de ascendencia puertorriqueña, según cifras del Censo.
Obtenga servicios y ayuda
Es necesario hacer una cita llamado al 311 para antes de acudir al centro de servicios, en 1680 Lexington Ave, en East Harlem. El horario de servicio es de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. los días de la semana, de 10:00 a.m. a 4:00 p.m. los sábados y de 1:00 p.m. a 5:00 p.m. los domingos.
También puede hacer una cita en internet visitandola página: www1.nyc.gov.