Médico forense lidera esfuerzos por identificar restos de migrantes muertos en frontera

WASHINGTON – La médico forense Corinne Stern le huye a la política pero su trabajo se cruza a diario con la política migratoria de EEUU, porque se gana la vida identificando a muertos en la frontera sur, por donde continúa el flujo de inmigrantes indocumentados.

En los congeladores de su morgue en el Condado Webb, en Texas, ya se han apilado 109 cadáveres de inmigrantes indocumentados en lo que va de este año.

En entrevista telefónica con este diario, Stern, la única médico forense en el Condado, explicó que su labor no sólo le permite poner nombre y apellido a sus “pacientes” sino que da “cierre” emocional a sus familiares, para que puedan repatriar y enterrarlos.

“Es difícil hacer un diagnóstico porque (los muertos) no me pueden hablar, no me pueden decir lo que sentían o lo que comieron, pero son mis pacientes y merecen el respeto y dignidad que los vivientes”, dijo.

Llamar a la familia con malas noticias siempre es la parte más difícil de su trabajo, pero la compasión es una parte fundamental en este campo.

“Siento una extrema compasión por mis pacientes y sus familias… es algo muy duro, especialmente cuando hablas con alguien a miles de millas de distancia en un poblado remoto, y a veces lloro con estas familias”, señaló.

La doctora Stern asegura que se requiere mucha compasión para lidiar con los familiares de los migrantes fallecidos. Foto: suministrada

Activistas pro-inmigrantes señalan que la militarización de la frontera empuja a los migrantes a cruzar por sitios inhóspitos, exponiéndose al riesgo de morir por deshidratación, insolación, ahogamientos, o ataques de animales.

Stern señaló que este “ha sido un año malo, porque la cifra ha subido en comparación con el año pasado para estas fechas”.

Preguntada sobre qué debe hacer el gobierno al respecto, Stern replica: “yo no me meto en política, yo sólo practico medicina”.

Sin embargo, matizó que, para prevenir más muertes, “los contrabandistas deben dejar de poner a la gente en situaciones precarias que los conducen a la muerte”.

Stern dijo que tiene “excelentes relaciones de trabajo” con los consulados de México y Centroamérica en la zona para gestionar la repatriación de restos y ayudar a las familias.

Su labor forma parte del reportaje especial, “Los muertos hablan” (“The Talking Dead”), que difundirá esta noche el programa “Inside with Chris Cuomo” de la cadena por cable HLN.

Las historias de los muertos

Aproximadamente el 25% de los restos que examina proviene de inmigrantes indocumentados, y cada cadáver en los congeladores tiene una historia, como la de una joven dominicana embarazada que murió ahogada junto con su bebé en un río. Stern trata de determinar si el bebé, aún pegado a la placenta, nació antes o durante el cruce ilegal.

También tiene a un joven hondureño, identificado desde hace más de un año, que su madre rechaza porque, tras consultar a una psíquica, está convencida de que su hijo sigue vivo y trabaja en un rancho.

Los restos que no son reclamados terminan en un cementerio del condado,  pero Stern quiere que las familias al menos puedan recibir y enterrar a sus seres queridos.

Un sendero sembrado de muertes

Con sus botas impermeables, gorra azul y cabello pelirrojo recogido en un moño, Stern revisa los restos abandonados en el Río Grande o en zonas remotas de la frontera sur de Texas, algunos en estado avanzado de descomposición y otros con el esqueleto prácticamente pulverizado.

Stern es considerada una experta en las investigaciones forenses, y  en el pasado ha trabajado en la identificación de restos tras los atentados del 9/11, o tras el huracán “Katrina” en Louisiana en 2005.

A su oficina llegan funcionarios de México en busca de capacitación en las técnicas de identificación de restos humanos y causa de muerte.

Esas técnicas incluyen el análisis de archivos dentales, huellas digitales, rayos X, cicatrices, lunares, tatuajes y demás señales que ayuden a identificar el cadáver porque, en el caso de los inmigrantes indocumentados, con frecuencia cargan documentos “chuecos” o de otra persona.

Las pruebas de ADN cotejadas contra una base de datos del gobierno federal suelen ser un último recurso porque pueden tomar al menos cinco meses, y eso retrasa los trámites de repatriación.

Imparable flujo migratorio

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha registrado un leve aumento en los cruces ilegales, una tendencia común con la llegada del invierno, pese a la campaña de disuasión del gobierno. Entre enero y julio pasado, hubo 232 muertes, en comparación con 204 para el mismo periodo en 2016.

Al respecto, el sociólogo Daniel Martínez, de la Universidad de Arizona, vaticinó que con la “criminalización” de los inmigrantes indocumentados y la militarización de la frontera, es casi seguro que habrá un aumento de cruces ilegales y muertes en zonas peligrosas.

“Las muertes en la frontera con México son una crisis humanitaria y un desastre masivo que se desarrollaron lentamente desde la década de 1990… han recibido atención mediática pero se han vuelto un fenómeno normal y esperado cada verano. La escasa cobertura mediática y la incapacidad de los legisladores de aprobar una reforma migratoria integral son verdaderas tragedias”, afirmó Martínez.

A juicio del experto, las campañas de EEUU para disuadir la emigración ilegal desde Centroamérica no funcionan, “simplemente porque la gente teme por sus vidas” ante la violencia y corrupción, y eso puede más que el riesgo de morir en la frontera sur.

Según  la Patrulla Fronteriza, entre octubre de 2000 y septiembre de 2016, hubo 6,023 muertes en Arizona, California, Nuevo México y Texas. Es una cifra superior a los 4,800 muertos de los atentados del 9/11 (3,000) y el huracán “Katrina” en Louisiana y Mississippi (1,836).

Tan solo en el Condado Webb, la oficina de Stern procesó 124 cadáveres en 2016, 105 en 2015, y 131 en 2014. Entre 2007 y 2011, la cifra totalizó 294.

La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) ha institucionalizado el “Programa de Migrantes Desaparecidos” (MMP), que se apoya en expertos como Stern, organizaciones no gubernamentales y consulados para ayudar en las tareas de búsqueda de migrantes desaparecidos, y la identificación y repatriación de migrantes muertos en la frontera.

Daniel Hernández, un portavoz de la CBP en Tucson (Arizona), explicó hoy que además de “MMP”, la agencia también cuenta con la Iniciativa de Seguridad Fronteriza (BSI), mediante la cual despliega personal y recursos para el rescate de migrantes en zonas remotas y peligrosas de la frontera.

El reportaje de HLN, cadena hermana de CNN, muestra la fachada de la morgue del Condado Webb, con una frase en latín, “Mortui Vivis Praecipant” –“Que los muertos enseñen a los vivos”- y que, para Stern, sirve de recordatorio de la fragilidad de la vida.

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