La buena energía fue la protagonista de la maratón de Nueva York

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El argentino Alberto Agostini y su esposa Elena, protagonizan una breve historia de amor en medio del maratón más grande del mundo.  Crédito: Sindy Nanclares | EDNY

Al ver la bandera de Argentina, Alberto Agostini, 58, disminuyo la velocidad y se apoyo en el brandal que lo separaba de la acera. Allí, cerca a la milla 24, Alberto se acercó a su esposa y dejó salir una bocanada de aire. En el medio de su respiración agitada dijo “no doy mas”.

Su esposa, Elena Agostoni, lo esperaba con su hija María de 13 años. Después de un beso, Elena le rozó el rostro con sus manos. Lo miro en silencio por unos segundos, mientras Alberto recuperaba el aliento. Al escuchar por segunda vez a su esposo decir “no doy mas”, Elena le dijo, en una mezcla de firmeza y ternura, “mirate. Tú puedes”.

Con 50,643 competidores cruzando la meta de llegada culminó la edición número 47 de la maratón de Nueva York. Se estima que alrededor de 2.5 millones de personas presenciaron en el recorrido que visitó los cinco condados, alentandolos a terminar.

En el caso de Pablo Moreno, de 37 años, de Medellín, Colombia, los gritos de aliento fueron los que impulsaron a completar su primera maratón en la Gran Manzana.

“Yo sentí una energía que me daban ganas de llorar”, dijo Pablo mientras abrazaba a su prometida. “La energía de la gente… Ningún kilometro sin personas… Me encantó”.

Esos mismos cánticos de motivación son los que llevaron a Jorge Tinco, de 24 años, un atleta con baja visión por enfermedad congénita hereditaria, a convertir la carrera en un sueño hecho realidad.

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Germán Carrera, Jorge Tinco, Rosbil Guillén, Domingo Elías, Diana Flores y Andrea Racchi

Desde su natal Lima, Perú, Jorge viajó para representar a la organización “Yo Soy Sus Ojos”, incluso ante la oposición de su entrenador físico que le pidió enfocarse en aumentar su velocidad, no su resistencia.

“Me emocionó mucho cuando escucho a la gente gritar ‘vamos chicos, vamos’, y empiezo a correr más rápido, pero mi estrategia es sostener mi energía”, dijo Jorge.

El estudiante de educación básica dijo rehusarse a usar su condición como derrota y cruzó la línea final en cuatro horas y cinco segundos.

Cada uno de los pasos de Jorge y los demás corredores estuvo documentado por la tecnología que trajo consigo el auspicio de Tata Consultancy Services desde 2013. El conglomerado empresarial de India también incluyó este año avances biométricos en un grupo selecto de atletas profesionales, incluyendo aquellos que compiten en silla de ruedas, para ofrecer datos avanzados la cadencia de sus cuerpos ante el desafío de las 26.2 millas.

La aplicación virtual de TCS permitió que las familias siguieran el recorrido de hasta 20 participantes de la maratón. Así, los espectadores tuvieron una vista única minuto a minuto de sus seres queridos y de los ganadores; el keniano, Geoffrey Kamworor, con dos horas 10 minutos, y la atleta Shalane Flanagan, quien fuese la primer mujer estadounidense en conquistar el título en 40 años, con dos horas 26 minutos en el cronómetro.

Diana Ellinghaus animaba a los maratonistas en Bedfort Avenue, Brooklyn. (Foto: Isvett Verde)

Y aunque en términos técnicos, el evento se trataba de una carrera que otorgaría un premio de $100,000, la ciudad respiraba un aire de hermandad.

“Ojalá inspire a otros a correr y que entiendan que a pesar de nuestras diferencias podemos unirnos para completar algo juntos”, dijo la residente de Manhattan Dorothy Carlow, de 39 años.

Se reforzó la seguridad policial durante todo el trayecto. Sindy Nanclares

La llovizna, que se mezclaba con los cuerpos sudados de los corredores, no logro ahuyentar a quienes buscaban la línea de meta. Tampoco los espantó el recuerdo de los atentados terroristas del martes en el Bajo Manhattan.

“Hemos reforzado la seguridad”, había afirmado el jefe del departamento de policía Carlos Gómez un día después del siniestro. “Va a ser un evento muy seguro”.

Con los esfuerzos antiterrorista multiplicados en todo el recorrido; incluyendo el doble de equipos de observación, y el número de camiones de bloqueo más alto utilizado para un evento en la ciudad, el departamento de policía envió un mensaje de seguridad a la ciudad.

El acto brutal que había presenciado la Gran Manzana unos días atrás fue opacado por la confianza en el departamento de policía que los participantes, junto con sus familiares, amigos y centenares de neoyorquinos, mostraron milla a milla.

Maria Agostini vio correr a su padre con la tranquilidad que le brindó el mensaje de la policía en los medios desde antes de viajar a Nueva York desde su hogar en Houston.

“Cuando veía las noticias, ya no me dio miedo porque sabía que [mi papá] iba a estar muy bien protegido”, dijo Maria, mientras Elena afirmaba con su sonrisa instantes después de despedir a su Alberto.

Los gritos de ánimo del público que rodeaba la escena familiar, pidiéndole a Alberto a punta de gritos y campanadas continuar, no tenían lugar en la intimidad entre ellos. Con un beso en la frente a su hija y un nuevo beso en la boca a su esposa, Alberto retomó energías para terminar su ruta.

34 minutos más tarde, el argentino cruzó su sexta línea de llegada en la maratón de Nueva York.

Vanessa Colon Almenas, Claudia Irizarry Aponte, Sofia Cerda Campero, Itzel Castro, Hernan Goicochea, Maite H. Mateo, Estephani Cano Martinez, Caroline Mercado, Isvett Verde, Piter Ortega, Eliana Perez, Juan Garcia Silva, y Vanessa Swales contribuyeron con el reporteo.

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