Qué debes hacer si sientes que te vas a desmayar
Cuáles son las causas posibles de esa sensación de desmayo, y cómo prevenirlas
A lo largo de los años, he visto y evaluado muchos casos de episodios sincopales, o más comúnmente conocidos como desmayos.
Uno de ellos es de un profesor universitario de 62 años que sufrió un colapso repentino mientras dictaba una conferencia. Muchos estudiantes corrieron a ayudarle, para cuando llegaron él ya había reaccionado. Llamaron una ambulancia y lo llevaron al hospital.
Otro caso es el de una mujer de 48 años que olvidó tomar la pastilla para la presión arterial y olvidó almorzar por hacer sus compras de Navidad. Finalmente tomó su medicamento en la noche antes de salir a un cóctel y allí se tomó un martini.
Lo siguiente que recuerda es estar tirada boca arriba, y a pesar de sus protestas, la llevaron a un hospital.
Y a una estudiante de 23 años del primer año de medicina, la visión se le puso borrosa cuando comenzó a diseccionar un cadáver en su clase de anatomía en el primer año de la carrera. De repente se sintió mareada, aturdida, con malestar estomacal y empezó a sudar frío.
Unos segundos después, se desmayó. En cuestión de segundos despertó, la ayudaron a ponerse de pie después de unos minutos y descansó el resto del día.
La clase básica sobre los desmayos
Las tres personas tuvieron un episodio sincopal, cada una por una razón diferente, pero con el mismo común denominador: pérdida temporal de la consciencia debido a una disminución del flujo sanguíneo al cerebro. Al caer al suelo, asumiendo que quedaron tendidos donde se desmayaron, este flujo se restauró.
Un verdadero desmayo, contrario a otras causas de pérdida repentina de conciencia, como traumatismo craneal, convulsiones y ataques cerebrales, suele durar solo de unos segundos a pocos minutos. En los casos poco frecuentes en los cuales es imposible alcanzar esa posición horizontal, un desmayo puede durar más tiempo y puede producirse daño cerebral permanente.
Por otra parte, el principal inconveniente de desmayarse es una posible lesión debido a la caída.
Desmayarse es bastante común, con una tasa de prevalencia que puede ser de hasta un 40%. En un estudio con alrededor de 2,000 personas, uno de cada 5 sufrió un episodio de desmayo en algún momento. Se ha estimado que los desmayos constituyen hasta el 3% de las admisiones a la sala de emergencias.
Determinar la causa
Indicar con precisión la razón de un desmayo no es tan sencillo. Cerca de un tercio de los episodios sincopales se etiquetan como “por causa desconocida”.
A pesar de los intentos de establecer una “puntuación de riesgo de desmayo” (para diferenciar las causas más graves de las menos peligrosas o de fácil explicación), esa distinción puede no ser evidente en el momento de una evaluación en la sala de emergencias.
Sabemos que con la edad aumenta la probabilidad de una causa subyacente grave, siendo la enfermedad cardiovascular la que predomina. También hemos encontrado que es posible reducir la necesidad de exámenes extensos y costosos, además de la admisión a un hospital si se cuenta con un historial cuidadosamente enfocado y un examen físico, además de un electrocardiograma (EKG).
Volviendo a mis pacientes. . .
Mientras el profesor estaba en la ambulancia, un EKG mostró un bloqueo cardíaco total, las cámaras superiores de su corazón no se estaban “comunicando” con las cámaras inferiores y su pulso era de tan solo 28 latidos por minuto.
En cuestión de 2 horas después del desmayo, se le implantó un marcapasos en el pecho, y él se reincorporó a sus actividades unos cuantos días más tarde.
El EKG que se hizo a nuestra bebedora del martini en la sala de emergencias fue normal, pero su presión arterial era de 80/50. Su presión arterial normal tomando su medicamento para la presión, era de 140/80. La combinación de alcohol y medicamento (dilatadores potentes de los vasos sanguíneos) hizo que su presión arterial cayera en picada y terminara en un desmayo.
En la sala de emergencia le administraron fluidos intravenosos y se le monitoreó durante unas horas. Ella aprendió de la forma más difícil que los medicamentos para la presión arterial y el alcohol no se mezclan.
La estudiante de medicina fue víctima de su propio nervio vago hiperactivo, que cuando se ve estimulado por un detonante, baja el ritmo del corazón y la presión arterial, causando un desmayo.
Presentó los síntomas presincopales típicos: visión borrosa, náuseas, palpitaciones y sudores fríos. Decidió que ser cirujana no estaba en sus planes futuros.
¿Sientes que te vas a desmayar?
Si eres una de esas personas que al desmayarse tienen síntomas previos, trata de evitar desencadenantes como: dolor intenso, ver la sangre o la aguja que se usa para sacar sangre, habitaciones congestionadas donde hace mucho calor, estar de pie durante largos períodos, películas de miedo y las alturas.
Y si sientes que esos síntomas reveladores aparecen de repente, inmediatamente busca en dónde recostarte para evitar lastimarte si sufres un colapso. No trates de levantarte demasiado pronto, podrías volverte a desmayar, algo que es común.
Nota del editor: Este artículo también apareció en la edición de agosto de 2017 de Consumer Reports on Health.