Empeora salud emocional de madre refugiada en iglesia del Alto Manhattan
Al cumplirse tres meses de su encierro, prominentes políticos hispanos volvieron a solicitado a ICE que reconsidere su posición y reabra el caso de la guatemalteca Amanda Morales
La iglesia santuario Holy Rood Church, en el Alto Manhattan, es el refugio de Amanda Morales Guerra contra la deportación, pero al mismo tiempo es una prisión que ha mermado la salud mental y emocional de la madre guatemalteca, considera “fugitiva” por las autoridades de inmigración.
Al cumplirse este viernes tres meses desde que ingresó al santuario con sus tres hijos pequeños, y por la condición de ansiedad y depresión que presenta la inmigrante, la presidenta del Concejo Municipal Melissa Mark-Viverito, los concejales Ydanis Rodríguez y Carlos Menchaca, la asambleísta estatal Carmen de la Rosa y el congresista federal Adriano Espaillat, acudieron a la iglesia para unir sus voces y solicitar nuevamente al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que reabra el caso de la madre y le permita a permanecer en este país.
Los funcionarios expresaron su preocupación por la salud mental y emocional de la madre, quien declinó hablar con la prensa, debido a la profunda angustia e incertidumbre acerca del futuro de sus hijos Dulce, de 10 años, Daniela, de 7, y David, de 2.
El concejal Rodríguez dijo que los muros de la iglesia Holy Rood Church, situada en su distrito, simbolizan la protección de una mujer perseguida por su anhelo de una vida digna para sus tres hijos nacidos y criados en Estados Unidos, pero al mismo tiempo se han convertido en una prisión.
“La amenaza de deportación le impide recoger a sus hijos de la escuela o llevarlos al parque, ella no tiene la seguridad ni la libertad de disfrutar de las actividades que realizan otras madres. Estamos muy agradecidos con la iglesia por darle acogida estos tres meses, que han sido muy duros y desgastantes para Amanda y sus tres hijos”, dijo Rodríguez. “Han sido tres meses devastadores”.
Morales Guerra, de 33 años, emigró en 2004 de su natal Peten, Guatemala debido a amenazas de secuestro de grupos paramilitares. El pasado 3 de agosto la inmigrante tuvo una cita en el 26 de Federal Plaza, como había venido ocurriendo periódicamente desde el 2012, cuando se enteró que tenía una orden de deportación pendiente, pero a diferencia de otras ocasiones, esta vez le dijeron que tenía que abandonar el país.
Desde el 17 de agosto, Amanda y sus hijos han estado refugiados en la iglesia Holy Rood Church, situada en la esquina de la calle 179 y Fort Washington, ganándose el respaldo de prominentes líderes políticos hispanos y de toda la comunidad.
“Ella simboliza a los cientos de miles de inmigrantes indocumentados que viven día a día con la amenaza de deportación y en las sobras, perseguidos por un sistema de inmigración inhumano y fallido”, dijo Rodríguez.
“Amanda está cansada”
“Ellos (las autoridades de inmigración) nos están cazando como animales y eso me da una furia increíble, porque no es humano”, dijo Mark Viverito, quien visitó a la madre minutos antes de que realizaron una conferencia de prensa.
“Emocionalmente esto es difícil, porque ella (Morales Guerra) está escondiéndose. El mensaje que está recibiendo es que ella no pertenece aquí y que hizo algo mal, cuando ella solo se está protegiéndose (…) Ella no hizo nada mal, está contribuyendo positivamente, ¿Por qué hay que categorizarla como a una criminal?”, expresó la presidenta del Concejo.
Mark-Viverito dijo estar verdaderamente preocupada por la salud mental y emocional de la madre, por lo que reafirmó su compromiso de seguir apoyándola y protegiéndola.
Continúa batalla legal
El abogado de Morales Guerra, Geoff Kagan Trenchard, explicó a la prensa que está a la espera de que la corte de Texas, que emitió la orden de deportación original de Morales, responda por escrito a su petición de reabrir el caso. El abogado dijo que parte de la solicitud implica una petición de “entrevista de miedo razonable” al ICE.
Amanda fue arrestada por agentes fronterizos en 2004 al cruzar la frontera por el inhóspito desierto de Texas. Más tarde fue liberada, pero no se presentó en la corte de inmigración por temor a la deportación inminente. El ICE la reubicó en octubre de 2012 tras un accidente de tránsito.
El ICE mantiene su posición de que Amanda “se ha convertido en fugitiva tras incumplir con la orden de un juez de abandonar los Estados Unidos”, por lo que, de ser arrestada, “la agencia concretará su deportación según la orden del tribunal”.
Sin embargo, los líderes religiosos confían en que el ICE no irrumpa en las iglesias santuario y otros sitios sensibles de la ciudad. A