Así reaccionó la hermana de Sharon Tate a la muerte de Charles Manson
¿Perdonó al asesino?
Debra Tate fue una de las primeras personas en enterarse de la muerte de Charles Manson este domingo por la noche a los 83 años debido a causas naturales. El líder de la secta satánica que asesinó a su hermana, la actriz Sharon Tate -esposa del cineasta Roman Polanski-, y a otras seis personas en agosto de 1969 había sido recluido en el hospital Bakersfield de California hace semanas debido a un deterioro progresivo de su salud desde que el pasado enero fuera ingresado por una hemorragia intestinal de la que no se le pudo intervenir.
La hermana de la fallecida Sharon Tate, que estaba embarazada de ocho meses en el momento en que fue apuñalada hasta la muerte en su casa de Los Ángeles, se enteró de la noticia mediante una llamada telefónica de la administración penitenciaria realizada quince minutos después de que se confirmara el fallecimiento de Manson.
“Recé una oración, derramé una lágrima y coloqué una flor debajo del crucifijo de mi habitación; después le mandé un correo electrónico a Roman”, explicó al periódico Daily News. “Ya he procesado todo el odio que sentía hacia él. El odio no es sano, y tampoco traerá de vuelta a mi hermana. Se podría decir que le he perdonado, pero hay una diferencia entre perdonar y olvidar”, ha declarado sobre los sentimientos encontrados que le genera la desaparición del hombre que ordenó, a través de su secta de fanáticos y seguidores, el asesinato de su hermana y sus acompañantes y, una noche más tarde, el de la pareja formada por Leno y Rosemary LaBianca.
A lo largo de las últimas décadas, Debra ha participado en varios procesos de revisión de las condenas perpetuas que se impusieron a los seguidores de Manson -Tex Watson, Bobby Beausoleil, Leslie Van Houten, Patricia Krenwinkel y Bruce Davis-, oponiéndose radicalmente a su puesta en libertad alegando que nunca han llegado a rehabilitarse.
“Me siento frente a esos monstruos varias veces cada año, y veo claramente que aún serían muy capaces de cometer esos actos atroces. Por esa razón, me he consagrado a garantizar que permanezcan exactamente donde están hasta su último aliento, para que no puedan herir a nadie más”, ha añadido.
El pasado septiembre, Debra volvió a encontrarse cara a cara con Leslie Van Houten, quien en el momento de la masacre llevada a cabo junto a sus compañeros tenía tan solo 19 años. En contra de los deseos de Debra, a la mujer se le concedió la libertad condicional después de alegar que sus actos fueron consecuencia de una enfermedad mental agravada por el consumo de LSD que promovía Charles Manson, aunque la fecha de su salida de prisión aún está pendiente de revisión.
“No hay nada que vaya a traer a mi hermana a la vida”, ha insistido Debra. “Para mí, su sufrimiento ya ha acabado; lo que me importa es el mundo que dejó tras de sí. Siento que soy la guardiana de ese mundo, que es mi responsabilidad proteger a otros del dolor y la pena que esos criminales nos causaron a nosotros”.