Editorial: Razones para dar gracias
Este año damos gracias a esas personas que muestran a diario la fortaleza del espíritu humano, de la generosidad de quien combate batallas para ayudar al prójimo
El relato del Día de Acción de Gracias es una historia de gratitud ante la adversidad de un grupo de colonos que celebra la primera cosecha en la nueva tierra después de una época difícil. También es una historia de inmigración en donde nativo y recién llegado comparten la mesa, que merece recordada como tal.
Esto llama la reflexión en un año difícil como el 2017, en que los acontecimientos nacionales distan mucho de lo que se pueden llamar buenos o positivos.
Ya sea ante los desarrollos políticos que tienen un profundo impacto en todos, como la presidencia de Trump, o el tremendo golpe de la naturaleza como el huracán María en Puerto Rico, se ve una reacción estoica, desafiante de quien no se rinde frente a las adversidades.
Este año damos gracias a esas personas que muestran a diario la fortaleza del espíritu humano, de la generosidad de quien combate batallas para ayudar al prójimo.
Están los que participan en demostraciones y actos de resistencia ante una administración, electa por una minoría de votantes, y un Congreso que quiere destruir la red social construida durante décadas. Esas personas que pacíficamente ayudan a la toma de conciencia constructiva de que hoy más que nunca tenemos un papel en nuestra democracia.
A los jueces que desde los tribunales cumplen la labor constitucional de hacer cumplir la ley. Los magistrados que frenan las acciones autoritarias de un Poder Ejecutivo que quiere castigar a los inmigrantes, a la gente transgénero y a todo aquel que no cabe en una ideología egoísta.
A los activistas y abogados que incansablemente defienden los derechos y las protecciones civiles ante los esfuerzos para rechazar la visión de una sociedad diversa y respetuosa del individuo.
A los republicanos que anteponen los principios por sobre el nacionalismo nativista que hoy domina su partido. Aquellos que no se dejan llevar por la turba política del momento, que actúan pensando en el impacto de sus acciones, como los que evitaron la destrucción de la Ley de Acceso Médico.
A los medios que buscan informar de una manera veraz en una era en que la confusión es una estrategia, la distorsión de la verdad un evento diario, el insulto una forma de comunicación y la mentira, expresión presidencial.
Un agradecimiento especial a las mujeres que decidieron no callar más ante las agresiones sexuales. Están rompiendo los miedos y los tabús para cambiar una sociedad machista que no las respeta como pares del hombre.
Por supuesto, corresponde agradecer las bendiciones de salud, familia y trabajo que se tienen. Pero muy especialmente a aquellos que ante los desafíos personales, como ante las malas noticias, confían en el futuro y rechazan ver el vaso medio vacío por uno medio lleno.