DHS estudia instituir política para separar a niños de sus padres en la frontera

La medida, filtrada a la prensa, respondería al súbito incremento de cruces ilegales en la frontera sur

Desde 2014 aumentó la llegada de niños migrantes no acompañados y madres con menores.

Desde 2014 aumentó la llegada de niños migrantes no acompañados y madres con menores. Crédito: John Moore | Getty Images

WASHINGTON— Ante el súbito aumento de inmigrantes indocumentados desde Centroamérica, la Administración estudia formalizar su política de separar a niños de sus padres en la frontera sur, confirmó este jueves una fuente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Aunque los agentes de Inmigración ya han venido separando a los niños de sus padres –como han documentado grupos pro-inmigrantes-, los cambios que sopesa el presidente Donald Trump para fortalecer la seguridad fronteriza establecerían esa práctica como política formal.

Este diario obtuvo confirmación hoy del DHS de la noticia publicada por el diario “The Washington Post”, que básicamente resume varias de las medidas que ha comenzado a adoptar la agencia.

Entre esas medidas se incluye la separación de niños de sus padres –los padres quedarían en centros de detención, y los niños serían trasladados a albergues-, y  la represión de padres indocumentados que pagan a contrabandistas para traer a sus niños a EEUU.

El  DHS buscará agilizar la deportación de los padres cuando intenten recuperar a los niños de albergues del gobierno, cuando comprueben que están en el país de forma ilegal.

En la actualidad, los padres o adultos que solicitan la custodia de un menor de edad en un albergue del Departamento de Salud  y Recursos Humanos (HHS) se someten a una extensa revisión de antecedentes que incluye datos sobre su estatus migratorio.

Esa información presuntamente no es cotejada con datos del DHS ni es compartida con la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), pero el gobierno quiere cambiar esa práctica, según el diario.

“La inmigración ilegal ha bajado drásticamente en el último año bajo el presidente Trump. Para lograr esos objetivos, el DHS, en cooperación con otras agencias, revisó cambios legislativos, de procedimiento, políticas, y reglamentos… DHS aprobó algunos y está trabajando con otras agencias para implementarlos en el futuro”, dijo a este diario Tyler Houlton, portavoz de prensa interino del DHS.

“La Administración está comprometida con el uso de todas las herramientas legales a su alcance para resguardar las fronteras de nuestra nación, y como resultado, seguimos revisando opciones políticas adicionales”, aseguró Houlton.

Houlton no quiso precisar cuándo es que la nueva secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, hará un anuncio con las nuevas políticas.

Pero estas medidas, filtradas a la prensa en vísperas de la Navidad, no se producen en el vacío, sino que responden a un cambio súbito en las cifras de detenciones en la frontera sur.

Después de varios meses de continuo descenso en los cruces ilegales, el mes pasado las autoridades registraron un incremento del 45% respecto a octubre. Así, en noviembre, las autoridades detuvieron a 7,018 familias en la frontera sur, y a 4,000 niños indocumentados no acompañados,  o un incremento del 26%, según las cifras más recientes.

En total, la Patrulla Fronteriza arrestó a 29,086 niños y familias en la frontera sur el mes pasado, en comparación con 25,492 en octubre.

Tan grande y sorpresivo ha sido el incremento que los albergues para niños no acompañados que opera el HHS están funcionando a máxima capacidad, o muy cerca de estarlo.

Aunque la Administración se congratula del declive en los cruces ilegales en la frontera sur desde que el presidente Donald Trump llegó al poder, también pide más fondos al Congreso para recrudecer la vigilancia en la frontera sur y mantener esa tendencia.

La queja del DHS siempre ha sido que los contrabandistas y organizaciones transnacionales del crimen organizado “tienen el tiempo y los recursos” para aprovecharse de los resquicios del sistema migratorio.

En los últimos días, la Administración ha insistido en que cualquier paquete migratorio tiene que incluir un muro fronterizo, más agentes, más vigilancia al interior del país, y la eliminación de la “lotería de visas” y las visas para la reunificación familiar, que los grupos anti-inmigrantes denominan “inmigración en cadena”.

Al presentar sus prioridades migratorias el pasado 8 de octubre, la Administración Trump destacó la urgencia de contrarrestar los factores que, a su juicio,  incentivan la inmigración ilegal en EEUU.

Por ello, también quiere cerrar los resquicios actuales y restringir el proceso de asilo, que considera que contribuyen a la montaña de casos pendientes en los tribunales de inmigración.

Además, quiere agilizar la deportación de niños indocumentados no acompañados y unidades familiares, asi como la “deportación expedita” de inmigrantes indocumentados.

En marzo pasado, el entonces secretario de Seguridad Nacional y ahora jefe de Gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, ya había sugerido que el DHS comenzaría a separar a niños de sus padres, pero no autorizó formalmente esa política debido a la ola de protestas que generó.

Ahora, este nuevo intento apunta a un mayor recrudecimiento del combate contra la población indocumentada, lo que, según activistas, no toma en cuenta que la mayoría de estos inmigrantes huyen de la violencia en Centroamérica, y tienen derecho a solicitar refugio en EEUU y defender sus casos en los tribunales.

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