Toribio, un santo “antimigra’’ en tiempos de Trump

San Toribio Romo González fue un sacerdote mexicano, Originario de Santa Ana de Guadalupe, Jalisco

MEXICO.- Los migrantes que conocen a Santo Toribio, un sacerdote mártir de la Guerra Cristera en los Altos de Jalisco, tiene muy poco que temer. No importa que se levanten muros en la frontera, que la lengua y los dedos impíos del presidente Donald Trump apunten a las políticas antimexicanas, que las deportaciones sean el pan de cada día  o se triplique el número de agentes del ICE.

Los indocumentados creyentes en el beato canonizado en el año 2000 por Juan Pablo II saben que él estará ahí para intervenir, para ayudarlos como lo hizo con un hombre de nombre Juan a quien se le apareció en el desierto, alto, blanco, ojiazul, para ofrecerle agua, orientación y un poco de dinero en dólares.

La leyenda que ha pasado de boca en boca agrega que en la conversación entre Juan y Toribio, asesinado en 1928 por militares que defendían la laicidad del Estado, éste le pidió que, si algún día regresaba a México, lo buscara en el poblado jalisciense  de Santa Ana de Guadalupe y cuando esto ocurrió, el migrante descubrió que se trataba de un milagro.

El prodigio corrió de boca en boca y con el número de admiradores -que hoy sobrepasa los 600,000 sólo si se toma en cuenta el número de visitas, amén de la fe a distancia- también incrementó la variedad de peticiones.

Una mano para sortear redadas, otra para evitar la separación familiar, ya para que los demócratas empujen DACA ya para la green card, según se documenta en el templo en el poblado de Santa Ana.

De apenas 390 habitantes, Santa Ana es actualmente un festín de agradecimientos y visitas entre los que la televisión local documentó la presencia de  José Carillas y José Luis Martínez, quienes tomaron el riesgo de regresar a su natal Jalisco, desde California, aunque no tienen documentos, sólo por la convicción de que Santo Toribio los ayudará a cruzar el desierto nuevamente.

“Mi mamá que vive en Las Vegas me contó de los milagros y desde entonces ya no tengo miedo’’, dijo Martín. “Los mexicanos vamos a seguir cruzando porque somos bien cabrones’’, advirtió Martínez.

A analistas religiosos como Angela de la Torre del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Occidente les llama la atención  que Santo Toribio se haya vuelto un nuevo ícono de la migración. “Fue canonizado más bien por haber sanado a una persona con cáncer’’, explicó.

Por ello considera que la importancia el papel del cura de Santa Ana para la difusión del milagro de San Toribio al migrante Juan, ha sido clave para el crecimiento de la devoción con la fabricación de miles de objetos con la imagen del nuevo santo después de la canonización, desde rosarios, estampas, afiches y adornos colgantes hasta tenis con pequeños focos para alumbrar en la oscuridad fronteriza.

El párroco Gabriel González considera que no ha sido él solo el autor de la propaganda. “La iglesia católica en Jalisco se encarga de difundirlo en sus publicaciones oficiales y, sobre todo, los migrantes’’.

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