Esas temidas cicatrices queloides

Te decimos por qué se dan y un dermatólogo experto ofrece algunos consejos para tener en cuenta al momento de tratarlas

Se estima que aproximadamente el 10% de la población es propensa a desarrollar cicatrices de tipo queloides, que de acuerdo con su naturaleza se pueden o no remover.

Se estima que aproximadamente el 10% de la población es propensa a desarrollar cicatrices de tipo queloides, que de acuerdo con su naturaleza se pueden o no remover. Crédito: Shutterstock

La coagulación de la sangre, el colágeno y otros factores biólogos se encargan de sanar las heridas con el tiempo sin dejar cicatrices estéticas. Sin embargo, en algunas personas éstas no desvanecen. Al contrario, se aferran a la piel y florecen con fuerza.

Este problema lo conoce muy bien Cristina, quien prefirió revelar solo su nombre.

“Desde los 15 años, edad cuando sufrí una herida en la mano que tomó tiempo para sanarse y cicatrizó con un horrible nudo de piel roja, procuro cuidarme lo máximo para evitar sufrir alguna lesión y rezo a Dios para que nunca tengan que cogerme puntos u operarme”, dice la natural de Colombia, que es comunicadora social de profesión.

Y es que como explica el Dr. Joshua Fox, especializado en dermatología y fundador de Advanced Dermatology PC, las temidas cicatrices queloides consisten en un crecimiento adicional del tejido cicatricial, que se da en el lugar donde la piel ha sanado después de una lesión.

“Estas cicatrices se expanden más allá del sitio inicial de la herida”, ahonda el experto. “Su apariencia puede ser de gran problema ante la deformación que a veces presentan.  Y fuera de ello, dependiendo de su tamaño y ubicación, pueden causar dolor, comezón, incomodidad y limitación del movimiento”.

Quiénes las sufren

Los queloides son más comunes durante la pubertad, adolescencia y el embarazo, y poco habituales en pacientes de edad avanzada o en la etapa de la menopausia.

Se estima que aproximadamente el 10% de la población es propensa a desarrollar cicatrices queloides, pero los de piel más oscura son más susceptibles a éstas. Es así que los afroamericanos, asiáticos e hispanos son más propensos a desarrollarlos que los de tez blanca. Y aunque hay evidencia de que tienen un marcador hereditario, se desconoce por qué algunas personas —sin un historial familiar— los desarrollan.

“Normalmente, nuestro cuerpo crea una cicatriz para sanar una herida. Pero en el caso de cicatrices queloides, nuestro cuerpo no puede apagar sus procesos celulares de reparación de la piel. Y como resultado se da un crecimiento excesivo que puede lucir como un nudo saliente de carne rosada o púrpura que va más allá del límite de la herida”, detalla el Dr. Fox. “Y todavía estamos aprendiendo sobre el fallo biológico que causa este crecimiento incontrolado”.

Qué los produce

Los queloides pueden desencadenarse por una lesión mínima en la piel, una inyección cutánea, la incrustación de un piercing o un tatuaje.

“El crecimiento excesivo de cicatriz puede producirse mucho después de que la herida inicial haya cicatrizado y puede continuar creciendo durante un período de tiempo”, resalta el galeno.

Los queloides pueden desencadenarse por una lesión mínima en la piel, una inyección cutánea, un ‘piercing’ o un tatuaje. /Shutterstock

Cómo tratarlos

Debido a que las cicatrices queloides son propensas a reaparecer si se cortan, el Dr. Fox asegura que ante ello “presentan un desafío dermatológico bastante complejo al momento de tratarlas”.

Así que, para tomar la mejor decisión de acuerdo con el caso personal, el dermatólogo certificado ofrece las siguientes recomendaciones:

1. Educarse sobre cómo se forman

“La mayoría de las cicatrices queloides se desencadenan por algún tipo de lesión en la piel”, enfatiza el Dr. Fox. “El instruirse sobre esto es importante para comprender los planes del tratamiento a seguir, así como el estar más consciente de las decisiones de vida que se toman, como el incrustarse un piercing o mandarse a hacer un tatuaje, cuando se es propenso(a) a su desarrollo”.

2.  Tómarse el tiempo para considerar las opciones que se tienen

Como se cuentan con varias opciones para su tratamiento —láser, inyecciones de esteroides y químicos, procedimientos de congelación y técnicas de radiación—, el experto dice que “es vital que los pacientes trabajen con sus médicos para entender cuál método es el más efectivo para su caso particular”.

3.  Entender el papel de los tratamientos combinados

“Una combinación de tratamientos puede minimizar la cicatriz existente y también limitar el crecimiento posterior de esta”, afirma el Dr. Fox. “Las inyecciones de esteroides, por ejemplo, a menudo se combinan con crioterapia, que aplica temperaturas de congelación para minimizar la cicatriz. También podemos agregar a las inyecciones un cóctel que incluya varios tipos de esteroides, anestésicos e inmunosupresores para mejorar los resultados”.

Y cuando el procedimiento de una cirugía está bien justificado, el dermatólogo dice que se requerirá de  un tratamiento adicional para prevenir el nuevo crecimiento, que consiste en la radioterapia superficial.

4. Estar al tanto de los avances en los tratamientos

“El nuevo procedimiento ‘Cryoshape’ implica la congelación de una cicatriz queloide desde el interior”, explica el Dr. Fox. “Esto hace que el tejido cicatricial muera y eventualmente se caiga… Estamos viendo resultados realmente buenos con esto”.

Hoy también se tienen nuevos tratamientos tópicos, muchos de los cuales incluyen silicona en forma líquida o de parche. La presión y el masaje también pueden tener un importante papel en el tratamiento.

5.  Elegir con cuidado al médico

La selección del especialista que se escoja para el tratamiento se debe hacer con cautela, resalta el especialista, ya que, de no tratarse de forma adecuada, “los pacientes pueden terminar con cicatrices adicionales o una serie de resultados frustrantes”.

6. Tomar medidas preventivas para evitar esta clase de cicatrices

“Los pacientes propensos a queloides deben evitar daños innecesarios en la piel, como piercings y tatuajes”, recalca el Dr. Fox. “Si se necesita cirugía, los pacientes deben trabajar con su médico en un plan postoperatorio para minimizar la cicatrización”.

En el caso de lesiones en la piel, el sitio web de la Academia Estadounidense de Dermatología incluye una lista de medidas de autocuidado que pueden limitar los queloides.

Y la buena noticia, es que “los avances obtenidos sobre la comprensión de los queloides nos están brindando técnicas mejoradas para ayudar con efectividad a los pacientes”, concluye el Dr. Fox.

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