Qué armas tiene China frente a una posible guerra comercial con EEUU
Luego de que el presidente Trump anunciara la aplicación de aranceles a paneles solares y lavadoras importadas
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aplicar aranceles a paneles solares y lavadoras importadas, anunciada la semana pasada, será un duro golpe para China y Corea del Sur.
Pero, sobre todo, abrirá la puerta a una posible retaliación de ambos países, especialmente una dirigida contra Washington desde Pekín.
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La publicación china de línea dura Global Times expresó esta semana que “nada bueno va a salir de una guerra económica con el presidente Trump” y advirtió que China puede devolver el golpe.
Y eso significa mucho. Entre ambos países, el comercio bilateral anual suma cerca de $578.000 millones, según datos de 2016.
Bajo las propias estimaciones del gobierno de EE.UU., ese comercio sostiene cerca de un millón de empleos en ese país.
Entonces, ¿qué puede hacer China? Aquí te presentamos algunas opciones:
1. Presentar una queja formal ante Organización Mundial de Comercio
China dice que los aranceles que aplica EE.UU. son perjudiciales para el comercio global y por eso va a trabajar con otros miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para defenderse.
Por supuesto, muchos en Washington se darán cuenta de la ironía, dado que China es un país bastante cuestionado por sus propias prácticas comerciales.
Así que quejarse va a ser un ejercicio duro de aplicar.
2. Limitar las importaciones desde Estados Unidos
El pasado mes de mayo, EE.UU. y China firmaron un acuerdo para permitir, entre otras cosas, la reanudación de las exportaciones de carne estadounidense a China después de 14 años de suspensión.
Pero hay una serie de requerimientos del gobierno chino que las compañías estadounidenses deben cumplir.
Aunque el comercio en este rubro apenas comienza, China puede aumentar los estándares en salubridad y seguridad, y hacer la vida más dura a los exportadores de carne de EE.UU., que tienen desde hace años el deseo de capitalizar ese enorme mercado que es la clase media china.
3. Decirles a los chinos que no compren carros de EE.UU.
China es el mercado más grande para carros sedan. Para el año 2022, va a contribuir con la mitad del crecimiento de este segmento automotriz a nivel mundial.
Así que si Pekín pidiera a los ciudadanos que dejaran de comprar carros estadounidenses, sería un duro golpe para esas marcas.
Y no sería la primera vez que el gobierno chino instruye a sus ciudadanos sobre cómo gastar su dinero.
4. Frenar el turismo hacia EE.UU.
China es el mayor mercado de nuevos turistas, con cerca de 130 millones de ciudadanos con deseos y posibilidades de viajar al exterior cada año.
Según las estadísticas, los turistas chinos gastan cerca de US$260.000 millones en sus viajes. Y aunque los principales destinos que visitan están ubicados en Asia, EE.UU. es uno de los que más está creciendo.
Como se espera que los chinos gasten cerca de US$450.000 millones en sus viajes de aquí a 2025, que el gobierno de Pekín imponga restricciones para que sus ciudadanos no viajen a EE.UU. podría ser una pérdida enorme para ese país.
5. Vender algunos bonos estadounidenses
China es propietaria de cerca de US$1 billón de la deuda de EE.UU.
Y ya ha amenazado con vender bonos del tesoro estadounidense.
Muchos se preocupan de que, con ese nivel de deuda, Pekín tenga demasiada influencia sobre la economía estadounidense.
Pero la verdad es que, incluso si China decide vender esos bonos, esa deuda deberá ser retomada por otros países.
Pero, ¿qué más podría pasar?
La realidad es que China no quiere una confrontación comercial que escale a un lugar que le pueda hacer daño.
Porque si se desata una guerra de este tipo entre ambos países, no sólo EE.UU. y China resultarían perdedores.
Todo Asia se vería afectado, simplemente por la forma en que están integradas las cadenas de suministro en esta zona del planeta.
Pero podríamos estar a pocos días de más aranceles, con el presidente Trump a punto de decidir si aplica tarifas a las importaciones de acero y aluminio, de los cuales China es el principal exportador.
Y por el otro lado, está la investigación estadounidense sobre el supuesto robo de propiedad intelectual por parte de China, cuyos resultados serán entregados dentro de poco.
La realidad es que hasta el momento el presidente Trump no ha sido tan duro con China como dijo que sería durante su campaña, en parte porque necesita a Pekín para presionar al gobierno de Corea del Norte y frenar su programa nuclear.
Sin embargo, con las elecciones legislativas encima, tal vez el presidente de EE.UU., finalmente cambie de idea y ponga su política de “Estados Unidos primero” delante de todo.