Hispanas dan la pelea para aumentar poder femenino en Albany
Catalina Cruz, Ary Espinal y Jessica Ramos, están compitiendo por una posición en el Senado y la Asamblea estatal, en duras contiendas, donde la maquinaria política y el poder comunitario medirán fuerzas
Catalina Cruz y Jessica Ramos, de origen colombiano, y Ari Espinal, de padres dominicanos, hace muchos años se dejaron tentar por el mundo político, pero hasta ahora habían preferido mirar los toros desde la barrera. Con currículos que muestran amplia experiencia en trabajo comunitario, elaboración de legislaciones, ayuda a los indocumentados y hasta labores en comunicaciones, estas tres hispanas decidieron empezar el 2018 lanzándose al ruedo.
Las tres candidatas, quienes están en sus 30 años y han vivido en carne propia la experiencia de ser hijas de inmigrantes, tienen metido entre ceja y ceja llegar al Senado y a la Asamblea estatal en Albany para aumentar el poder femenino e hispano en la Legislatura. Actualmente, de las 150 curules en la Asamblea, 45 son ocupadas por mujeres, solo tres de ellas por hispanas. Y de las 63 sillas del Senado estatal, apenas 14 son mujeres, siendo solo una latina, la dominicana Marisol Alcántara.
“Creo que es importante que las mujeres tengamos más voz en Albany e históricamente no se ha dado espacio a la mujer en el Senado. Son muy pocas, y la idea es tener más mujeres electas en esas oficinas, que contribuyan con sus comunidades”, comentó Ramos, exasesora del alcalde Bill de Blasio, quien espera desbancar de la curul por el Distrito 13 de East Elmhurst, Jackson Heights y Corona, al actual senador José Peralta. “Me parece importante, no solo que haya representación de género, porque no podemos limitarnos solamente a hombres y mujeres o a asuntos étnicos, sino que nuestros oficiales electos sean una representación de nuestras comunidades”, agregó la colombiana.
La madre de familia, hija de una inmigrante que cruzó la frontera y que estuvo muchos años indocumentada, destacó que Albany sigue plagada de “machismo”. “Si no existiera machismo allá, no estaríamos hablando hoy de uno de los grandes problemas que vemos con políticas como la del acoso sexual, que fue escrita por los hombres en control, entre ellos uno acusado de violencia sexual (…) espero que los votantes puedan reconocer que yo puedo hacer un mejor trabajo en el Senado estatal y que me den su voto en septiembre”, dijo Ramos.
Primera colombiana en la Asamblea
Y la meta de llevar mayor poder femenino a Albany también está presente en el Distrito 39 de Corona, Queens. Allí, la inmigrante Catalina Cruz, quien llegó a Nueva York en 1992 desde Medellín, cuando apenas tenía 9 años, está decidida a convertirse en la primera colombiana en alcanzar una alta posición política en la Asamblea. La exasesora de la exconcejal Julissa Ferreras, quien participó en la elaboración de leyes que ayudaron a penalizar a los falsos notarios, implementar el ID municipal y sacar a ‘La Migra’ de las cárceles, entre otras, insiste en que este es el momento para que a Albany lleguen más voces femeninas.
“Hay muy poquitas mujeres latinas en puestos políticos y el cuerpo legislativo no es representativo del número de mujeres que hay en los distritos, pero estamos viendo un cambio positivo que está llevando a mujeres que tenemos años luchando por nuestra comunidad a buscar cambios a nivel político, y tengo la esperanza de que vamos a ver más mujeres y que yo pueda estar allá. Si no, no me lanzaría”, advirtió la abogada, destacando que tras vivir 12 años como indocumentada, su elección sería un gancho certero contra el discurso de odio del presidente Donald Trump.
“Esta no es mi campaña, esta es la campaña de mi comunidad y en septiembre va a ser el votante el que va a poder mirar mi trabajo, mi historia, mi amor por mi comunidad y mi lucha por todos, porque no me estoy lanzando solamente para representar a los latinos, o a las mujeres, sino a todos los representantes de mi comunidad. A los votantes y a los no votantes; en mi distrito hay muchos que son indocumentados y hay gente que no puede votar”, afirmó Cruz sobre la contienda por la curul que dejó vacante el ecuatoriano Francisco Moya para sumarse al Concejo Municipal.
Pase lo que pase, esa silla significará una nueva voz femenina en la Asamblea, pues en la batalla por esa curul, Catalina Cruz enfrenta a otra mujer, Ary Espinal, quien fue asesora del antiguo ocupante de esa posición , y quien anunció hace unos días que recibió el respaldo oficial del Partido Demócrata para las elecciones especiales convocadas para el próximo 24 de abril, es decir que ella será la única candidata de ese partido que aparecerá en el tarjetón y luego de ese formalismo ocupará la silla en Albany.
Cambio de fecha por el 9/11
En esas elecciones especiales se elegirán a aquellos que ocuparán las vacantes dejadas en Albany, y los ganadores asumirán esos cargos hasta que termine la actual sesión legislativa el 20 de junio. Pero luego, en las elecciones primarias del 13 de septiembre, deberán volver a defender su silla, como es el caso de Espinal. Las primarias habían sido pautadas originalmente para el 11 de septiembre, día del aniversario del atentado a las Torres Gemelas y la fiesta judía Rosh Hashanah, por lo que fueron cambiadas.
“Creo que estamos en un buen momento en el que Albany necesita cambios y necesita más mujeres, y siento que después de haber sido líder en mi comunidad por casi una década, soy la mejor preparada para asumir ese cargo”, aseguró Espinal, graduada en ciencia política, y la menor de tres hermanos, quien comparte con su rival el mismo estilo de no agresión al hacer campaña.
“Creo que no hay razón para hacer ataques contra nadie, y es la madurez la que me hace pensar así. Sé que Catalina también es una mujer muy talentosa y las dos queremos lo mejor para nuestra comunidad”, comenta la joven de 30 años, agregando que su mayor herramienta en Albany serán las “fuertes conexiones” que ha hecho.
La dominicana aseguró que como asambleísta, además de seguir luchando por leyes como el “Dream Act” y protección a la vivienda asequible, y plantarse contra la Administración Trump, promoverá relaciones para traducirlas en fortaleza política. De paso manifiesta que es importante que las mujeres se unan para llegar con más poder a Albany, ideal que también comparte su contrincante.
“Me parecería una idea fenomenal, porque pienso que en el grupo está la fuerza ya que todas tenemos un mismo fin de llegar a un mismo puesto en el gobierno. Podemos ser hermanas latinas buscando puestos. No soy de las que cree que para ser candidatas necesariamente tenemos que ser rivales”, afirmó la colombiana, quien recalca que sus prioridades en Albany serán las licencias de conducción para todos, la reducción de la sobrepoblación en las escuelas con la construcción de más y meterle mano al arreglo del sistema de transporte.
Y aunque la actual senadora Marisol Alcántara defiende y promueve la llegada de más mujeres al Senado y la Asamblea, confiesa que en una de las contiendas apoya a un hombre.
“Aunque es importante que más latinas sean elegidas a la legislatura estatal, yo tengo un grandísimo aliado en el senador José Peralta, cuya experiencia y lucha ha convertido en realidad, por ejemplo, la licencia familiar pagada, y el aumento del salario mínimo”, comentó la dominicana, quien como Peralta es miembro de la controvertida Conferencia Independiente Demócrata (IDC), que es un grupo de legisladores demócratas que trabaja junto a los republicanos para aprobar ciertas leyes, y que la oponente del dominicano, Jessica Ramos, critica ferozmente. “Estamos en un momento clave en nuestra historia, con retos vitales, y la experiencia y el trabajo realizado, no las palabras, son lo que verdaderamente cuenta”.
Se hace camino al andar
Jon Greenfield, analista político y experto en campañas, quien en las elecciones del año pasado trabajó con más de 15 candidatos, insistió en que aún falta mucho camino por recorrer para que la mujer tenga en Albany el espacio que se merece, pero advirtió que las candidatas en estos comicios están abriendo camino a nuevas voces diversas.
“La decepcionante falta de representación de mujeres en Albany es igual que la que vemos a nivel federal y en los otros estados. Pero lo cierto es que cada vez hay más presión por acabar con el fenómeno de los ‘tres hombres en la sala’, que es propio de nuestro gobierno estatal”, mencionó el experto.
Lucía Gómez, activista y líder comunitaria de la Local 78, manifestó que las mujeres han ido abriéndose camino político con mucha garra, y dijo que aunque el número sigue siendo bajo, van por el camino correcto.
“Después de ver perder a varias mujeres en el Concejo Municipal es muy interesante ver que al menos tendremos fijo a una mujer más en Albany, y es importante que más mujeres estén lanzándose, así vean obstáculos, aunque no estamos viendo que esta vez haya el mismo fenónemo que pasó cuando la asambleísta Carmen de la Rosa y la senadora Alcántara corrieron, apoyándose la una con la otra, lo que hace más fuerte el camino”, comentó Gómez, quien insistió en que la unión hace la fuerza. “Sería sumamente increíble que Catalina y Jessica corrieran juntas y ver a dos mujeres jóvenes lanzarse en contra de la maquinaria del partido, que apoya a los otros candidatos. Si ellas no se unen, va a ser muy difícil que en septiembre logren algo favorable, y como dinámica política, también sería fascinante ver unirse a Peralta con Ary”.
Por su parte, la asambleísta Carmen de la Rosa, una de las únicas tres mujeres latinas en esa cámara, aplaudió que nuevas voces femeninas e hispanas den pasos hacia adelante.
“En política es importante tener más mujeres latinas en un momento crítico como este para que sean voz de diversidad en el gobierno y por eso las valoro e insto a más mujeres a que busquen posiciones de liderazgo”, dijo la dominicana.
El camino que les queda a estas tres hispanas para llegar a Albany es largo, y aunque cada una tiene en mente su norte, las tres coinciden en que son lo que son, gracias a sus madres, a quienes describen como las verdaderas guerreras por perseguir el sueño americano, con todo y sus espinas. En septiembre los votantes hablarán en las urnas y como aseguró Jessica Ramos: “cuando alguien ha trabajado y vivido en una comunidad por mucho tiempo, no tiene nada que temer, porque la gente reconoce el buen trabajo”… allí se sabrá si Albany le correrá la silla a más mujeres para que se sienten a trabajar y desde sus curules aumenten el poder femenino.