Frases que sí y que no debes decirle a tu pareja
Expertos comparten algunas de las más frecuentes e impactantes frases y el efecto que pueden producir
Existen palabras que una mujer o un hombre pueden regalar a su pareja, que resultarán seductoras, agradables e interesantes para su destinatario y tendrán un impacto positivo en la relación, pero también existen algunas perjudiciales para el amor, que es preferible que ninguno de los dos pronuncie, ya que pueden provocar malestar o rechazo.
Dos psicólogos del grupo de psicología clínica y de la salud Isep Clínic, en Barcelona (España), explican algunas de las más frecuentes e impactantes frases y el efecto que pueden producir en quien las recibe cuando quien las pronuncia es la propia pareja.
Ellos a ellas
“Más que frases específicas, a las personas en general les afecta todo aquello que ponga en entredicho su dignidad y valía personal, porque se pueda interpretar como un insulto o una ofensa”, señala María Beatriz Pereira Reis, psicóloga de adultos.
Ese tipo de expresiones, actitudes o conductas negativas tienen un grave impacto en quien las recibe porque manifiestan una desigualdad de la persona en relación con su entorno, porque implican la ruptura de un pacto o compromiso o porque evidencian falta de empatía por parte de los demás, explica la psicóloga.
Algunas frases que podrían incomodar y generar rechazo en una mujer, según Pereira son: “¿Por qué estás de mal humor?, ¿tienes la menstruación?”, “¡mira cómo vas vestida, provocando a medio mundo y buscando lo que no se te ha perdido!” o “tienes complicado que te renueven el contrato en el trabajo ahora que estás embarazada”.
“Esas son algunas de las muchas frases machistas que pueden hacer sentir irrespetada y poco valorada a una mujer”, apunta.
“Esas expresiones producen un duro impacto en una mujer porque reflejan actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias distorsionadas sobre el colectivo femenino, donde queda infravalorado en relación con el hombre”, dice Pereira.
Algunas son expresiones que resaltan la visión de mujer como objeto más que como sujeto activo y libre, con capacidad de decisión y autonomía, y otras establecen roles rígidos y diferenciados entre ambos sexos, lo que potencia la desigualdad y promueve que se mantengan creencias y comportamientos que afectan las relaciones de pareja, comenta la especialista.
Por otra parte, hay actitudes, creencias y comportamientos que hacen sentir a gusto no solo a una mujer, sino a cualquier persona en general. Aquellas expresiones que resalten las cualidades del otro, que refuercen una conducta positiva, que promuevan la comunicación asertiva y el manejo del conflicto como una oportunidad para el crecimiento y mejora de las relaciones son aspectos que generan bienestar y apertura en cualquier individuo.
Algunas frases que resultarían positivas para el otro miembro de una pareja, del sexo que sea, son, según Pereira: “Me ha gustado mucho este gesto/detalle que has tenido conmigo”, “te agradezco que me hayas apoyado en esta situación tan complicada” o “aunque tengo mi punto de vista, entiendo lo que me planteas y valoro tu opinión, por lo que la tomaré en cuenta la próxima vez que estemos en una situación similar”.
“Estas frases tienen un impacto efectivo en una mujer porque evidencian la valoración de los aspectos positivos que posee como persona, así como una conducta de agradecimiento y valoración de la pareja y el empleo de una comunicación basada en el respeto y la consideración”, explica Pereira.
Ellas a ellos
“Cada persona tiene su historia de aprendizaje y experiencias vitales, lo que, sumado a su temperamento y características de personalidad, puede determinar las preferencias respecto a aquello que percibe como agradable o desagradable, pertinente o inoportuno, en las relaciones interpersonales”, señala Óscar Asorey Martínez, psicólogo de adultos de Isep Clínic Reus.
En tal sentido, “en las relaciones de pareja podemos encontrarnos con interlocuciones que puedan resultar ofensivas o agradables, según el modo de percibir el mundo de la pareja que tenga cada persona”, afirma Asorey.
Y pone como ejemplo, a una persona que ha vivido en su infancia una experiencia de infidelidad entre sus padres por lo que puede ser sensible a ciertos comentarios de su pareja como “ese hombre es especialmente atractivo”, despertando miedo a que esté sintiendo algo por otra persona.
“Si se ha vivido una primera experiencia amorosa saludable, estable y constructiva, escuchar una frase del tipo ‘me alegro de que disfrutes de tu tiempo libre’ puede reforzar la idea de respeto y valor al espacio personal”, declara el psicólogo.
Para Asorey, algunas frases que no ayudan a que la comunicación mejore la relación amorosa son “¡nunca vas a cambiar!”, la cual es una crítica genérica que entorpece cualquier posibilidad de cambio, y “mi expareja…”, que puede poner en entredicho el valor que damos a nuestra pareja actual y hacer que se sienta inseguro respecto a sus competencias”.
“Tú debes saber lo que yo necesito” es otra frase de ella que puede tener un impacto negativo en él, porque puede generar inseguridad, al obligarlo a hacer suposiciones, a intentar acertar o prever qué es lo que puede satisfacer a la mujer, generando en el hombre preocupación por demostrar que tiene un conocimiento exacto sobre las preferencias de la pareja, de acuerdo con Asorey.
Entre las frases que ayudan a mantener y alimentar una relación amorosa, Asorey cita “gracias por…”, ya que agradecer permite valorar lo que nos ofrece el otro y ayuda a que conozca aquello que nos hace sentir bien, y “me encanta que podamos divertirnos juntos”, que refuerza la idea de que aquello que él comparte con ella produce experiencias emocionales agradables.
“Me gusta de ti…” es otra expresión con un impacto positivo, pues pone de relieve aquellos aspectos por los que ella se siente atraída, aquello que valora y que él puede potenciar para mantener viva la relación”, dice Asorey.