Samsung Galaxy S9 vs. iPhone X, ¿cuál es mejor?

Si aún estás indeciso de qué teléfono adquirir, quizá esto te ayudará a aclarar dudas

El Galaxy S9 frente al iPhone X; ambos llevan una pantalla de 5,8 pulgadas.

El Galaxy S9 frente al iPhone X; ambos llevan una pantalla de 5,8 pulgadas. Crédito: Especial

Es una consulta inevitable, en una sociedad (y una industria) que ama la polarización y las elecciones terminantes. En este caso, no obstante, es una discusión estéril: comparar el iPhone X con el flamante Galaxy S9buscando un ganador indiscutible llevará a un diálogo de sordos. Sí, en algunas cosas el iPhone X es mejor. Sí, en otras el Galaxy S9 lo supera. En su conjunto, ambos son dos dispositivos formidables (y vale incluir aquí al Google Pixel 2, al Mate 10 de Huawei y otros) y los mejores de su clase. Vale decir: es poco probable (aunque no imposible) que un usuario satisfecho del iPhone X vea el anuncio del Galaxy S9 y piense que equivocó su elección; no son muchas las probabilidades de que alguien con un Galaxy S9 en la mano piense que la pasaría mejor con un iPhone X. Son dos ecosistemas tan avanzados (y tan parecidos, en muchas cosas), que la discusión sobre cuál hace mejor tal tarea es casi académica.

Aun así, puede resultar instructivo, tanto para algún indeciso como para los convencidos, ver cómo ambas familias de dispositivos se parecen, cómo ambos fabricantes tomaron decisiones similares o distintas para lograr sus objetivos.

Diseño y tamaño

En lo que refiere al diseño, no hay mucho que agregar a lo conocido: el Galaxy S9 es casi idéntico al S8 (es apenas más grueso y el sensor de huellas digitales tiene una nueva ubicación), con posiciones estéticas bien diferenciadas: Apple eligió poner todos los componentes del frente en la famosa y discutida pestaña superior; Samsung prefirió buscar el balance entre el marco superior y el inferior. En lo que refiere a los tamaños, la comparación no tiene sentido; con sus 5,8 y 6,2 pulgadas, los Galaxy S9 y S9+ son, eso sí, apenas más grandes que el iPhone 8 y 8 Plus; si este año Apple lleva el diseño del iPhone X a los demás modelos y ofrece más de un tamaño, entonces sí valdrá más la comparativa de tamaños. Así y todo, el Galaxy S9 es apenas más grande que el iPhone X (147,7 x 68,7 mm, contra 143,6 x 70,9 mm).

La pantalla

Los tres modelos usan paneles AMOLED provistos por Samsung; así que hay, en un punto, una coincidencia. Junto con el panel llegan los sensores frontales; el iPhone X innovó al traer Face ID, que usa un láser y cámaras infrarrojas para crear un modelo 3D del rostro del usuario, como forma de identificación biométrica, que no requiere más que el usuario mire el teléfono. Samsung sigue con las mismas opciones de siempre: sensor de huellas digitales (ahora ubicado en un lugar más cómodo, sobre todo en el S9+), sensor de iris y reconocimiento facial (este último, el más inseguro de los tres). Lo que hace ahora es combinar iris y reconocimiento facial, y ofrece las huellas como alternativa. A la vez, permite usar una huella diferente para activar una carpeta con contenidos privados, y desbloquear el teléfono sin tener el rostro visible.

Esta es la razón, además, por la que Apple puede ofrecer animojis que reflejan el rostro del dueño con mayor precisión que los registros del My Emoji de Samsung (una función que no depende de la presencia de un hardware nuevo). A la vez, los emojis creados por Samsung pueden ser compartidos en cualquier plataforma, y los de Apple son exclusivos del iPhone X.

Los parlantes

El Galaxy S9 ahora ofrece parlantes estéreo, en el borde superior y en el inferior; los dos miran para “afuera”, mientras que en el iPhone X uno mira para afuera (el inferior) y otro para adelante (en el borde superior). Ambas compañías dicen que son los mejores que hicieron para sus líneas de producto. Samsung agrega conector de audio analógico, lo que evita tener que usar adaptadores para auriculares viejos, como en el iPhone X.

Mientras que el iPhone X usa un conector Lightning, los Galaxy S9 usan uno USB-C; no hay sorpresa aquí, como tampoco llama la atención que ambos ofrezcan protección contra polvo y agua: IP67 en el caso del iPhone X (debe soportar estar sumergido bajo un metro de agua durante media hora), IP68 en los Galaxy S9/S9+ (un metro y medio por 30 minutos).

El conector Lightning habilita el uso de auriculares con mayor potencia y controles, algo que también sucede con los provistos por USB-C; pero aunque es relativamente sencillo encontrar auriculares con Lightning, los que usan USB-C son muy pocos.

El procesador y la memoria

El iPhone X usa el chip más avanzado de Apple, un A11; el Galaxy S9, el más poderoso de Samsung (un Exynos 9810, equivalente a un Snapdragon 845). Algunos testeos dan como ganador al de Apple; otros, al de Samsung. De todas las comparaciones, es la menos útil: lo que importa, en ambos casos, es la agilidad con la que se comporta el sistema operativo, y lo que le permite hacer, influido por múltiples factores, lo que vale. Junto con el procesador está la memoria: 4 o 6 GB, respectivamente, para el Galaxy S9/S9 plus; el iPhone X es más frugal, gracias a iOS11: 3 GB, junto con 64 o 256 GB de almacenamiento. En el caso de los Galaxy S9/S9+ las opciones son 64, 128 o 256 GB de almacenamiento, expandible vía microSD de hasta 400 GB.

La batería

En lo que refiere a la batería, está dictada por su tamaño (2716 mAh la del iPhone X, 3000 mAh la del Galaxy S9, 3500 mAh la del Galaxy S9+); esto tiene un impacto directo en la autonomía, que se desconoce para los teléfonos de Samsung. Ambos dispositivos ofrecen carga rápida (con el cargador adecuado, que Samsung incluye con la compra de sus equipos, y que en el caso del iPhone X requiere un pago adicional) y ambos, también, permiten la carga inalámbrica.

La cámara

En lo que refiere a la cámara, el Galaxy S9 (con una sola cámara) queda en desventaja frente, pero el Galaxy S9+ nivela las cosas: como el iPhone X tiene dos cámaras traseras, una lente normal y otra con zoom óptico 2x, aunque el modelo de Samsung mejora la apertura de diafragma con su nueva configuración variable: salta entre f/1.5 (la mayor apertura disponible hoy en un teléfono) y f/2.4 para mejorar la toma de imágenes con poca o mucha luz; el iPhone X tiene un sensor con una apertura f/1.8. Ambos equipos usan un sensor secundario de dos aumentos con una apertura fija de f/2.4 con estabilización óptica. En teoría, las dos posiciones de diafragma disponibles para el Galaxy S9/S9+ deberían ofrecer una mejor calidad de imagen, pero eso se verá cuando el teléfono esté a la venta, a mediados de marzo.

El iPhone X, dicho sea de paso, tiene una mejor cámara que el iPhone 8 Plus, que en su cámara secundaria ofrece una apertura de diafragma de f/2.8 (es decir, deja pasar menos luz que la lente del iPhone X).

Pero los Galaxy S9/S9+ agrega la posibilidad de grabar video en cámara ultra lenta, de 960 cuadros por segundo en resolución 720p; a la vez, ya ha sido superado por el Sony Xperia XZ2, que graba con cámara ultra lenta de 960 cuadros pero en resolución FullHD. La calidad de la fotografía del iPhone X y del Galaxy Note8 ya era estupenda, por lo que el Galaxy S9 debería superarlos, aunque habrá que esperar a ver si va más allá del Pixel 2 de Google.

El precio

En lo que refiere al precio no hay dudas: con un precio base de $720 dólares para el Galaxy S9, está lejos del iPhone X ($1,000 dólares más impuestos), aunque con razón: los Galaxy S9 compiten en precio (y concepto) con el iPhone 8/8 Plus; el próximo Galaxy Note9, si sigue el régimen de precios del Note8 ($1,000 dólares como el iPhone X) equilibrará la balanza.

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