Repatriados quieren sus propios negocios y firman convenio con la CDMX

Repatriados a México se apoyan en el gobierno de la CDMX para avanzar en sus negocios

MEXICO.- No encuentran trabajo porque tienen tatuajes, pasan de los 40 años, hablan mal el español o carecen de constancia de estudios y,  cuando encuentran alguna oferta, está mal pagada, sobre todo cuando son trabajos de oficios, una situación muy común entre los repatriados que crecen en número en la capital mexicana, donde buscan una oportunidad.

Hartos de estas limitaciones, buscan hacer sus propios negocios y para ello, un centenar de migrantes de retorno acudieron a través de la organización civil New Comienzos a pedir ayuda a la Secretaría del Trabajo local, con la que firmaron un convenio este jueves en las oficinas de la ONG .

Ahí estaba Ranulfo Avendaño, de 58 años, deportado de Santa Bárbara, donde vivió dos décadas, donde dejó a su esposa, sus hijos y un trabajo en la construcción por el que ganaba 20 dólares la hora y  que intentó replicar aquí con sus acabados finos, pulidos de mármol, pisos laminados y losetas, pero la remuneración es 10 veces abajo.

Ranulfo Rendaño, repatriado tras 20 años de vida en California.
Ranulfo Avendaño, repatriado tras 20 años de vida en California.

“Ya me cansé y por eso ahora quiero poner una clínica y estética veterinaria’’, comenta Avendaño, quien tenía un negocio similar antes de emigrar, cuando no había la fiebre de mascotas que actualmente tiene la CDMX.

Del otro lado del evento, Amalia García, secretaria del Trabajo y exgobernadora de Zacatecas, se solidariza con quien tiene al frente. “Soy de un estado que depende de gente como ustedes y sé lo que significa empezar de cero otra vez aquí’’.

Tras decir estas palabras, toma la pluma y firma el Convenio de Autoempleo para que los repatriados tengan acceso a créditos para equipamiento de negocios hasta  por US$1,400 dólares por socio. Si después de un año el negocio no quiebra, el gobierno local libera el crédito y ya no tienen que pagarlo. “Se trata de que tengan éxito’’, agrega García.

Por planes no van a parar. Quieren poner restaurantes, cafeterías, tiendas de ropa, serigrafía, salones de belleza, tecnología y software… 

Por la cabeza de Isaac Elías, quien arribó a México hace unas semanas deportado de California, donde vivió desde los ocho meses de edad hasta los 30 años que tiene ahora, pasan mil ideas. Suelta: “Quiero poner una tortillería, una fonda o una tienda de electrónicos y ya estoy vendiendo una propiedad que tengo en Puebla’’, dice. “Yo estoy aprendiendo a ser mexicano aquí’’.

Incluso José Galindo, de 36 años y repatriado de Bradenton Florida, cuya pizzería está al borde de la quiebra por las bajas ventas, ve renovado hoy sus ánimos. “Si la ponemos en un mejor lugar nos va a ir mejor porque ahora donde tenemos el negocio — junto con su esposa Jessica Nalbach— es muy inseguro y la gente no se detiene a comprar’’.

José Galindo, repatriado de Florida.
José Galindo, repatriado de Florida.

Galindo vivió en Bradenton, Florida, hasta que lo echaron por ser indocumentado y con sus ahorros montó su propio negocio.

“Tenemos la promesa, un convenio oficial  y muchas esperanzas: esperemos que no nos fallen en la CDMX’’, advierte Israel Concha, fundador de New Comienzos. 

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