De competidores a socios luchando por un ron

Havana Club, es una marca que tienen dos empresas y es el centro de una disputa de varias décadas

Roberto Ramírez, director de mercadeo de rones, Bacardi. Paola Arechabala Consuegra, hija de Ramon y Amparo Arechabala y  Vanessa García, escritora de la obra Amparo.(vestido amarillo)

Roberto Ramírez, director de mercadeo de rones, Bacardi. Paola Arechabala Consuegra, hija de Ramon y Amparo Arechabala y Vanessa García, escritora de la obra Amparo.(vestido amarillo) Crédito: Mariela Lombard | El Diario NY

Cuando Ramón Arechabala llegó a EE UU se puso a trabajar arreglando carros, posteriormente vendiéndolos. Su esposa, Amparo, que también llegó al país en los sesenta se empleó como secretaria. A diferencia de muchos latinos llegados a EE UU cuya experiencia empresarial ha sido narrada en estas páginas, los Arechabala no pusieron en marcha un negocio, más bien, lo dejaron atrás.

Ellos no emigraron sino que salieron exiliados de Cuba poco después de la revolución liderada por Fidel Castro en los años cincuenta y en ese país dejaron una empresa centenaria cuyos primeros pasos se dieron en 1878 por un emigrante español, José Arechabala.

La familia fue convirtiendo  a esta empresa azucarera y productora de alcohol, entre otras cosas, en una de las más importantes de la isla y en los años 30, empezó a producir uno de los rones más famosos del mundo, el Havana Club.

Pero todo ello fue confiscado por el nuevo gobierno cubano y la mayor parte de la familia optó por el exilio, tras pasar por la cárcel, en EEU UU o España, dejando casi todo atrás.

Casi porque Ramón Arechabala se trajo con él la receta del ron.

Ellos no podían hacer mucho con ella porque lo perdieron todo y en su nuevo hogar carecían de la capacidad para poner todo en marcha de nuevo. Quienes si podían hacerlo eran los dueños de otra empresa cubana que corrieron la misma suerte en la isla, sus bienes fueron confiscados, pero tenían activos en el exterior y producción sus licores en otros países de la región, Bacardí.

En la segunda mitad de los noventa, Bacardí compró los derechos de esa receta que ahora se produce en Puerto Rico para su venta en EEUU.  Solo en EE UU. 

Paola Arechabala, bisnieta de quien creó este ron explica a este diario que la marca Havana Club siempre fue de ellos y que cerraron el acuerdo con Bacardí porque en Cuba aunque eran competidores también eran amigos “nos conocíamos”, explica.

Roberto Ramirez, director de mercadeo de rones Bacardí y supervisior de Havana Club, explica que el hecho de que se tenga la misma herencia y que las familias de ambas empresas acabaran en el exilio les llevó “a un completo entendimiento. Había confianza por parte de la familia Arechabala de que cuidaríamos el legado de la marca y la receta”.

Havana Club, producido por Bacardí en Puerto Rico./

Pero el Gobierno cubano, que confiscó  las destilerías de la familia, decidió seguir produciendo el ron Havana Club y se alió con la licorera francesa Pernod Ricard para hacerlo en la isla y con materia prima local. Cuba Export, la empresa que une al gobierno cubano y a la empresa francesa, tiene los derechos para vender esta marca en todo el mundo salvo en EE UU.

“Se están lucrando con propiedad robada”, explica Arechabala. Para esta mujer no hay duda, “no es la misma marca, están haciendo el ron en Cuba pero no es el original porque ese se hace con la receta que trajo papi, el gobierno cubano no sabía hacer ron. El original lo está haciendo Bacardí”.

Ni Ramirez ni Arechabala dan detalles de la transacción con la receta y si la familia se reservó algún tipo de derecho con ella o una participación. “Hay una relación pero en este momento no la vamos a revelar”, explica Arechabala.

Buena parte de lo que rodea a este ron ha pasado por oficinas administrativas y tribunales para asegurar el derecho de la marca por parte de Bacardí en EE UU.

La Oficina del Tesoro de Control de Activos en el Extranjero (OFAC) negó a al gobierno cubano la renovación de la propiedad de la marca en EE UU en 2006 pero en 2016, cuando empezó el deshielo de las relaciones entre ambos países, se comenzó a revisar el caso de la marca de nuevo.

De hecho, y según publicaba The Miami Herald en 2016, políticos tanto republicanos como demócratas pidieron hace un año al Gobierno de Donald Trump que revocara la licencia a la empresa cubana (con participación francesa) de registrar la marca en EE UU ya que esta está ligada a propiedad robada y no se ha obtenido permiso de los dueños originales de esta.

Ahora Bacardí está en tribunales de nuevo “para pedir la reconfirmación de nuestros derechos y estamos optimistas y confiados de que así será en la resolución”, explica Ramirez. Con respecto al futuro, ya no quieren especular más. 

De momento, en EEUU se sigue vendiendo el Havana Club de los Arechabala hecho por Bacardí en Puerto Rico pero en el resto del mundo la botella tiene el licor local de Cuba Export, “una propiedad robada”, repite Paola.

¿Origen o receta?

En tribunales internacionales hay continuamente casos de propiedad intelectual y denominación de origen sobre distintos productos. Uno muy llamativo enfrenta a México y a España, por ejemplo, por un queso. El queso Manchego, uno de los más famosos de España se elabora en la zona de La Mancha (de ahí su nombre) con recetas locales. En México, otro queso, distinto tiene este mismo nombre.

Por lo que se refiere al ron, Bacardí y Arechabala dicen que el ron no es una denominación de origen y se hace en todo el mundo, no obstante Cuba Export aduce que su ron, con nombre e imagen de Cuba, se elabora en la isla y con ingredientes locales. ¿Origen y receta? Es algo que seguirá manteniendo ocupados a los abogados y tribunales.

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