Editorial: Puros prejuicios
Los comentarios del jefe de gabinete de la Casa Blanca reflejan su ignorancia sobre inmigración
La idea de que los inmigrantes indocumentados son gente de poca educación que le cuesta la asimilación a una sociedad moderna es una mentira. Es una generalización inapropiada y una afirmación que ignora la historia de EEUU.
El comentario del jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, refleja los prejuicios existentes hacia los latinos, que tienen connotaciones racistas. Además, es una visión que coloca a todos los indocumentados en una misma bolsa.
Los indocumentados que cruzan la frontera sur representan la mitad de las personas sin papeles que viven en EEUU. La otra son gente que entra con una visa y se queda después de que ésta expira.
Para Kelly parece que todos son iguales. No hay diferencias entre los que llegan por avión o los que cruzan la frontera. Y la manera de insultar a todos es denigrando a los que vienen del Sur.
El jefe de gabinete dijo que los indocumentados tienen dificultades para asimilarse a la vida moderna en Estados Unidos, que vienen del campo con poca educación formal, que no hablan inglés, que no se integran bien y que no tienen habilidades.
La historia de nuestro país muestra que los inmigrantes europeos, incluso los descendientes de Kelly, llegaron sin saber inglés. Muchos de ellos, como los de ahora, vinieron del campo sin un alto nivel de educación para asentarse en las ciudades. Estos inmigrantes escucharon en su época la queja de los nativos, idéntica al del militar retirado.
Kelly no reconoce que muchos inmigrantes son necesarios. El campesino como el profesional suelen poseer habilidades y disciplina de trabajo que no tienen otros estadounidenses. Ese es un motivo por el cual son buscados.
La mención de dificultad de la asimilarse trae el recuerdo del investigador conservador, Jason Richwine. En 2009 bajo los auspicios de la Fundación Heritage, emitió un reporte diciendo que el bajo coeficiente intelectual de la inmigración latina perjudicaba la integración.
Un argumento racista para una política antiinmigrante.
Kelly no dijo nada de esto. Pero él debería saber que la historia de la integración se escribe a través de varias generaciones. Los hijos de los inmigrantes son los que tienen una mejor educación, dominan el idioma, acceden a empleos mejores, viven una superación económica y se casan fuera de su grupo étnico. Esas fueron, son y serán las señales de la integración.
La integración es el reconocimiento legal para millones de personas que fueron traídos como menores por sus padres indocumentados.
Los beneficiarios de DACA, con su educación y su interés por aportar lo mejor de sí mismo para este país liquidan el estereotipo de la falta de asimilación. Ellos repiten el camino de los hijos de los inmigrantes europeos.
El comentario de Kelly es una calumnia que esconde la verdad. La administración Trump impide que varias generaciones de latinos sigan exitosamente su asimilación para luego quejarse de que son incapaces de hacerlo. ¡Qué hipocresía!