ACS cambia su imagen gracias a los Especialistas en Protección Infantil
Los CPS investigan alrededor de 60,000 casos de posible negligencia o abuso al año con el fin de evitar más muertes de pequeños
Cuando Leonella Grullón, hija de padres dominicanos y Especialista en Protección Infantil (CPS) de la Administración para Servicios Infantiles (ACS), tocó la puerta del hogar de una familia hispana en El Bronx, la zona donde ejerce su trabajo, nunca imaginó el impacto que tendría poder hablar español para salvar sus vidas.
Al comunicarse en el idioma natal de la familia, conformada por una madre guatemalteca y un padre mexicano, Leonella notó que eso jugó un rol gigantesco. Había sido asignada a este caso, pero no sabía lo que encontraría.
“Dígame qué está sucediendo”, le preguntó Leonella a la familia, mientras hacía una observación a profundidad de la vivienda. “El idioma fue clave para saber qué pasaba detrás de lo que me estaban contestando”, apuntó la especialista.
Para ella hablar español es una ventaja en su acercamiento a la comunidad hispana. Su trabajo es también el de conectar con personas de distintos países, por lo que se dedica a encontrar formas de crear confianza con estas familias.
“No es solo el idioma, es también la forma de ser, nuestra idiosincrasia”, dijo Leonella, quien habla inglés y español y quien recuerda que desde el primer momento en el que llegó a la casa, fue por medio de un comentario sobre un producto de aseo que logró el acceso de manera más sencilla.
“Creo que la señora había terminado de trapear y le dije: ¿qué es eso?, huele muy rico, señora. Huele a Fabuloso. Ella enseguida respondió: sí, es Fabuloso. Pasa mija”, relató Leonella.
Sin embargo, al poco tiempo se percató que este caso iba más allá. Habían señales de que se estaban presentado ataques de violencia doméstica y que además, había abuso de alcohol en presencia de niños. El padre era alcohólico.
Al principio la madre estaba en contra de recibir ayuda psicológica para ella y sus niños, lo que impulsó a Leonella a usar las técnicas que aprendió en el entretaniento intensivo de seis semanas que reciben los CPS en la Academia de Capacitación James Satterwhite.
“Pero luego, cuando le hablé un poco sobre el impacto de la violencia doméstica y cómo el comportamiento de los niños podría verse afectado al ver que el padre volvía a casa borracho y le tiraba del pelo, esto a la larga, aunque no lo vean de inmediato, puede afectarles en las relaciones con amigos en la escuela y en su rendimiento escolar”, explicó Leonella.
El esfuerzo comenzó a dar frutos cuando la madre, inmersa en sufrimiento e incertidumbre, le contó que ella, junto a su hija de 12 años, que estaban considerando recibir terapia psicológica y aprender más sobre violencia doméstica.
“Fue un gran avance porque inicialmente ella se resistía, decía que lo principal era conseguir un empleo para ayudar a su familia”, relató Leonella.
Cada caso es distinto pero para todos debes siempre usarse un “sexto sentido” en medio de las conversaciones, comentó.
“Cuando tienes que ir a ver a una familia, tienes un informe de un incidente, pero no sabes a quién o a qué te enfrentarás cuando llegues”, dijo Leonella. “El prejuicio sigue. A veces la gente piensa que nuestra agencia simplemente quiere llevarse a los niños”, agregó.
Borrando la polémica
Leonella hace parte de los 2,000 CPS que tienen a cargo 60,000 casos de posible negligencia o abuso infantil al año, como respuesta a quejas y denuncias recibididas en las líneas de emergencia.
Dentro de un esfuerzo por cambiar la imagen negativa de la agencia y ayudar a más familias en necesidad, funcionarios de prensa de la ACS aseguraron que se han contratado a 600 nuevos CPS en el último año, y que están en camino de contratar 400 más.
El creciente grupo es responsable de atender a más de 20,000 familias – con 40,000 niños – principalmente recibiendo servicios de apoyo.
El esfuerzo llega luego de la imagen negativa que la agencia ha recibido en los últimos años, principalmente tras la muerte de dos niños en Brooklyn y Harlem en el 2016, que fueron víctimas de abuso infantil, y cuya situación ya había sido alertada a los trabajadores sociales de ACS, pero no evitaron sus muertes.
Ambos casos crearon el rechazo de la opinión pública hacía la agencia, debido a que, en el primero, Jaden Jordan, un niño de 3 años, murió poco después de ser hallado cubierto de heces y con el cráneo roto.
En el segundo, Zymere Perkins, de 6 años, murió luego de ser golpeado a muerte con un palo de escoba por en novio de su mamá, y no fue rescatado a tiempo por la ACS, pese a que su caso había sido foco de cinco investigaciones.
La polémica se avivó cuando la oficina del contralor municipal Scott Stringer comenzó a buscar respuestas para una ciudadanía que estaba desesperada por saber qué pasaba dentro de la ACS, así como urgida por cambios en la manera cómo la agencia hacía el seguimiento de sus casos.
El impacto mayor se sintió cuando la Contraloría publicó un reporte sobre la revisión de casi 3,700 investigaciones de “alta prioridad” que la ACS realizó sobre denuncias recibidas durante un período de tres meses entre julio y septiembre de 2016.
Esta investigación descubrió que otros diez niños habían muerto, a pesar de que cada uno había sido objeto de al menos cuatro denuncias de abuso en las semanas previas al asesinato del pequeño Zymere Perkins.
La Contraloría encontró también que 2,360 casos, de las investigaciones de la ACS cerradas, carecían del número mínimo requerido de revisiones, y que en el 68% de las investigaciones abiertas y cerradas de ACS de alta prioridad, no se había completado un “Perfil de evaluación de riesgos” dentro de los 40 días.
Además, se habían cerrado 53 investigaciones sin que los investigadores de la ACS se hubieran reunido alguna vez con el niño al que presuntamente se había abusado.
El intenso escrutinio llevó a la renuncia de la excomisionada Gladys Carrión en diciembre de 2016, quien recibió una carta del Contralor en la que le decía: “Sin una reforma, la torpeza continuará siendo fatal para un número desconocido de niños que previsiblemente necesitarán confiar en ACS para protegerse de personas abusivas en sus propios hogares”.
Pasión por la familia
Con la llegada del nuevo comisionado de la ACS, David Hensell, en febrero de 2017, la agencia pretende devolver el sentido de estabilidad a las familias, un concepto que va más allá de solo la protección de los menores.
Leonella, por ejemplo, resaltó que su trabajo es clave para ayudar a las familias a retomar el rumbo y evitar caer en problemas con la ley.
“La oficina central responde directamente a informes de abuso y negligencia infantil y luego los casos son asignados a los especialistas en cada unidad”, apuntó Leonela. Sin embargo, no en todos los casos se requiere la creación de un expediente directo con la agencia. “Tenemos casos donde vinculamos a las familias con organizaciones comunitarias que pueden hacer un seguimiento”, recalcó.
Y, como asegura Leonella, aunque el trabajo de CPS requiere una preparación, “nace con la necesidad de querer ayudar a los niños y a las familias”.
Utilizando habilidades de investigación y trabajo social, estos miles de “primeros defensores”, se involucran y se asocian con las familias y la comunidad con la finalidad de garantizar la seguridad y el bienestar de los niños en toda la ciudad.
“He sido especialista en protección infantil en el Bronx durante seis años”, dijo Leonella, quien comenzó su trabajo en la división de protección, manejando investigaciones de abuso y negligencia, y luego pasó a la Unidad de Servicios a la Familia (FSU), que supervisa los casos que están activos en la Corte de Familia. “Trabajamos para alcanzar la meta de mantener unidas a las familias mientras brindamos apoyo continuo a aquellas que necesitan supervision”, destacó.
El camino para convertirse en CPS comienza en la Academia de Capacitación James Satterwhite, un proceso que se realiza durante seis semanas y que pretender brindar al especialista las información en trabajo social y ayudarle a mejorar sus habilidades de investigación.
Compromiso destacado
ACS destacó el trabajo de los CPS como parte de la Semana de Apreciación de la Ciudad para los Especialistas en Protección Infantil celebrada a comienzos de mes, y que tuvo como objetivo mostrar la importancia de la labor que realizan.
Durante ese esa semana, tanto el comisionado Hansell como el alcalde Bill de Blasio, agradecieron el compromiso de estos trabajadores con los neoyorquinos.
“Me enorgullece unirme a todos los que se reunieron para aplaudir a los sobresalientes Especialistas en Protección Infantil de nuestra ciudad, quienes están ayudando a que nuestra ciudad avance de muchas maneras”, afirmó De Blasio.
Como parte de la celebración, se dieron a conocer un conjunto de anuncios que presentan a los CPS, y otros que incluyen a familias que ayudaron, y serán instalados en el Subway, autobuses, y mostrados en los medios de comunicación.
“Los especialistas en protección infantil se preocupan profundamente por los niños y trabajan día y noche para asegurarse de que los niños estén a salvo y las familias tengan el apoyo que necesitan”, dijo Hansell.
Impacto de CPS:
- 2,000 Especialistas en Protección Infantil.
- 60,000 casos de posible negligencia o abuso.
- 20,000 familias reciben ayuda de CPS.
- 40,000 niños están bajo seguimiento de CPS.
Casos de ACS en 2017:
- 16,854 estaban en hogares de acogida.
- 2,000 niños fueron regresados a sus familias
- 899 niños fueron adoptados.