Otra madre guatemalteca se refugia en iglesia de NYC para evitar deportación
Deborah Barrios Vásquez le pide a las autoridades de Inmigración que permitan que un juez evalúe su caso y que no la separen de sus dos hijos ciudadanos
El pasado 22 febrero la guatemalteca Deborah Barrios Vásquez se presentó a las oficinas de ICE en Nueva York, como lo venía haciendo sagradamente desde el 2011, pero esta vez las noticias no eran buenas. El oficial que la atendió le entregó una carta, en la que le advertían que el 14 de mayo debía abandonar el país, pues ya no frenarían más su caso pendiente de deportación.
La mujer de 32 años, quien llegó a Estados Unidos en el 2007 de la localidad de San Antonio, Guatemala, y quien es madre de dos niños nacidos en Nueva York, decidió pasar por alto el aviso de ‘La Migra’ y el mismo día que tenía que irse del país, agarró poca ropa y se refugió con sus pequeños en la Iglesia Metodista Saint Paul and Saint Andrew, en Manhattan.
“Lo único que yo le pido a las autoridades es una oportunidad para seguir aquí con mis hijos. Una oportunidad de ir a un juicio y poder ver a un juez que analice mi caso y poder vivir con dignidad y sentirme segura”, comentó la joven madre, desde el púlpito de la iglesia, donde anunció su decisión de tomar santuario, acompañada de casi 200 personas. “Quiero enseñarle a mis hijos que sus sueños todavía pueden hacerse realidad, que no están todavía terminados, porque estamos en este, que también es mi país y nos pueden proteger y dar seguridad”.
La inmigrante, residente de Westchester, irónicamente atravesaba por un momento muy bueno en su vida profesional, pues acababa de ser promovida de asistente administrativa a ayudante de maestro, prueba que según ella deja ver que es una persona útil a la sociedad.
La guatemalteca mencionó que sus problemas empezaron en 2011, mientras conducía un automóvil sin licencia y fue detenida por la policía, no por haber cometido ninguna infracción sino por lucir como hispana, en un acto que ella define como de clara discriminación.
“Yo no hice nada malo, solo que cuando vieron mi cara pensaron que no tenía licencia y desde ahí tuve que empezar a presentarme ante Inmigración”, dijo la madre indocumentada, quien tiene pleno manejo del idioma inglés y estaba asistiendo a la escuela.
Visiblemente afectado, pero con una fortaleza impresionante, Kener Maldonado, de apenas 10 años, le envió un mensaje a las autoridades de ICE que emocionó a los asistentes.
“Yo sé que el director de ICE tiene el poder de deportar a mi mamá, pero yo también tengo el poder de mantenerla aquí a mi lado y al de mi familia. Yo necesito a mi madre aquí y vamos a luchar”, dijo el pequeño.
Durante la muestra de apoyo hacia la mujer, asistieron varios líderes religiosos y políticos de Nueva York, como la candidata a la Gobernación Cynthia Nixon, quien describió a Deborah como una guerrera y exigió al Gobierno Federal que cese con el ataque a familias y hasta aseguró que luchará para que ICE se acabe como agencia.
“La presidencia de Trump ha sido un horror desde el principio de su candidatura y se ha ido poniendo peor en las últimas semanas, cometiendo atrocidades y separando hijos de sus padres, y como madre de tres niños quiero decir que no vamos a quedarnos callados y vamos a defender a Deborah”, dijo la demócrata.
El padre Juan Carlos Ruiz, de la Coalición Nuevo Santuario que ayuda a inmigrantes, no reveló detalles de las movidas legales que intentarán para que ICE reabra el caso de la nueva refugiada, pero dijo que ya se encuentran revisando las opciones.
“Estamos viendo la mejor manera de proceder a nivel legal, y por eso preferimos no decir nada en este momento hasta que analicemos bien la manera de actuar para no perjudicar a Deborah y su caso”, dijo el religioso.
Contactamos a la Oficina de ICE Nueva York para obtener un comentario de ellos sobre el caso de Deborah, pero asegurarnos que por cuestiones de tiempo solo podrán pronunciarse este viernes.
Deborah se convierte en la tercera madre guatemalteca en buscar la protección de santuario en una iglesia de Nueva York, sumándose así a Aura Hernández, quien está refugiada desde octubre pasado en el templo Fourth Universalist Society y Amanda Morales, quien en agosto cumplirá un año protegiéndose en la iglesia Holyrood de Washington Heights, contra la deportación.
El padre Luis Barrios, de la iglesia Holyrood aseguró que el de Deborah es un caso más de tantas madres que día a día sufren los atropellos del Gobierno Federal y pidió a Washington que cambie su postura inhumana.
“El mensaje a la Administración Trump y al resto del país, es que si volvemos a los fundamentos bíblicos, que a ellos les encanta hablar de eso, ahí dice que debemos ser solidarios y amistosos. Hay que humanizar las leyes, porque esto de estar separando familias está muy mal y hay que condenarlo”, dijo el padre Barrios, quien aclaró que este tipo de medidas no empezaron bajo la era Trump sino que incluso en la administración Obama ya era un patrón.
El religioso también dijo que a nivel legal los casos de las otras mujeres refugiadas en iglesias siguen iguales y ellas han tratado de mantenerse firmes en medio de las dificultades que implica el encierro.
“Ahí van, con altibajos normales pero con ganas de seguir luchando, porque a la gente de ICE no le da gana de cambiar las cosas, que pueden hacerlo en cinco minutos, porque parte de la política de ellos es hostigar y fastidiar y crear trauma, pero nosotros también tenemos tiempo para responderles igual y por eso no nos vamos a doblegar”, concluyó el líder religioso.