Trump arremete contra Harley Davidson y Europa por el comercio
El presidente recuerda que estudia aranceles a los carros europeos
Donald Trump no usó inmediatamente, Twitter, su medio de comunicación favorito para reaccionar al anuncio del lunes de que la icónicamente americana Harley Davidson ampliaría su producción fuera de EEUU para evitar la subida de tarifas con las que la UE responde a la guerra comercial abierta por EE UU. Pese a que se tomó horas para hacerlo el mensaje fue algo confuso aunque decididamente enfadado.
Surprised that Harley-Davidson, of all companies, would be the first to wave the White Flag. I fought hard for them and ultimately they will not pay tariffs selling into the E.U., which has hurt us badly on trade, down $151 Billion. Taxes just a Harley excuse – be patient! #MAGA
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 25, 2018
“Sorprendido de que, de todas las empresas, Harley Davidson, sea la primera en ondear la bandera blanca” (en rendirse). Escribía en la noche del lunes. El martes, no obstante siguió arremetiendo contra la compañía y en uno de sus varios tuits al respecto dijo que Harley “debe saber que no podrán vender de nuevo en EE UU sin pagar un impuesto alto!”.
El fabricante de motos anunció planes de cierre de su planta en Kansas en enero y con los ahorros fiscales con los que cuenta gracias a la reforma tributaria de Trump ha hecho lo que otras muchas compañías que cotizan en Bolsa, recomprar acciones para animar el valor que tienen los accionistas. Es decir, ni más inversión ni más creación de empleo, ni mejores salarios que es lo que afirmó el Gobierno que harían las empresas a las que la reforma tributaria ha reducido el tipo impositivo.
Pero Harley Davidson tiene un mercado a la baja en EEUU y Europa es el segundo lugar donde más vende y donde no se puede permitir que se le encarezca el producto. Pero desde el 22 de junio sus motos tienen tarifas del 31% en la UE como represalia a los aranceles impuestos por Trump para el acero y aluminio de exportación europea.
A Harley-Davidson should never be built in another country-never! Their employees and customers are already very angry at them. If they move, watch, it will be the beginning of the end – they surrendered, they quit! The Aura will be gone and they will be taxed like never before!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 26, 2018
Trump siguió insistiendo ayer, sin concretar cómo, que el fabricante “pagará impuestos como nunca lo hizo antes”. Además mandó un aviso a la UE advirtiendo de que su Gobierno está finalizando un estudio sobre la imposición de tarifas a carros de la UE. Trump reiteró que este socio comercial se aprovecha del país que él preside.
….We are finishing our study of Tariffs on cars from the E.U. in that they have long taken advantage of the U.S. in the form of Trade Barriers and Tariffs. In the end it will all even out – and it won’t take very long!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 26, 2018
El viernes, el presidente amenazó con tarifas del 20% a los carros ensamblados en automotrices europeas y la Administración está estudiando si la importación de autos de marcas como BMW, Audi o Alfa Romeo suponen una amenaza a la seguridad nacional.
Es el mismo motivo que adujo para decretar los aranceles al acero y aluminio que han dado comienzo a esta guerra comercial. El departamento de Comercio tiene hasta febrero para exponer si los carros fabricados en países aliados de la OTAN suponen un problema de seguridad para EEUU.
Harley Davidson no es la única empresa en aprietos por la guerra comercial. El fabricante de clavos Mid-Continent Nail ha sido duramente golpeado por las tarifas sobre el acero mexicano y ha tenido que subir sus precios. Sus clientes le han dejado y ahora desde la empresa se ha advertido a varios medios que para finales de verano la plantilla de 500 personas puede ser despedida.
Además de los impuestos a las importaciones a través de aranceles, el Gobierno de Trump está renegociando el TLCAN y se ha retirado del TPP. Su ausencia de la mesa en la que se discute y pacta, por lo que percibe como un trato injusto comercial ya que EE UU tiene déficit, está permitiendo que las normas comerciales de más amplia aplicación global las establezcan otros países.