Tres colombianas “berracas” en la lucha por llegar a Albany
Catalina Cruz, Jessica Ramos y Julia Salazar esperan ganar curules demócratas en la Asamblea y el Senado estatal, para dar representatividad a sus paisanos y defender a sus distritos enteros
El diccionario de colombianismos define la palabra “berraca” como una mujer fuerte, echada pa’lante, que no le tiene miedo a los retos y que se le mide a lo que sea. Y ese adjetivo, en opinión de muchos, cae como anillo al dedo a tres jóvenes colombianas que decidieron lanzarse al ruedo político este 2018, de cara a las elecciones primarias del partido Demócrata, en septiembre. En Queens, Jessica Ramos le está dando la pelea al actual senador estatal José Peralta, por la curul del Distrito 13 y Catalina Cruz está haciendo lo propio para ganar la silla del Distrito 39 en la Asamblea, que tras las elecciones especiales de abril ostenta la dominicana Ary Espinal. La tripleta de candidatas, que de llegar alguna a la Legislatura, marcaría la primera vez que un colombiano es elegido a un alto cargo político en el Estado de Nueva York, la cierra Julia Salazar, quien busca mandar a casa al senador Martin Dilan, tras 16 años en el cargo representando al Distrito 18 de Brooklyn.
¿Pero qué tienen estas tres mujeres que tras anteriores intentos fallidos de otros paisanos por ganarse posiciones en las urnas, esta vez sí las pudiera llevar al triunfo en Albany, sede del Gobierno estatal?
Según el analista político Carlos Vargas, además de estar preparadas y ser una voz de protesta, Jessica, Catalina y Julia, han sabido cosechar su capacidad organizativa, en momentos en que, entre otras cosas, las mujeres se han visto inspiradas y motivadas por triunfos recientes, como el de Alexandría Ocasio- Cortez, quien le quitó la silla al congresista federal Joe Crowley, de Queens, uno de los peso pesados del partido Demócrata.
“Después de ver ganar a Alexandría, estamos viendo que el electorado está inquieto y quiere alternativas que luchen contra el estatu quo, y es obvio que estas mujeres tienen un plan completo para llegar arriba, pues nadie se postula en un vacío. No me cabe la menor duda de que estamos viviendo un momento de inspiración para que más mujeres compitan”, aseguró el experto, quien considera que las contiendas de estas mujeres muestran que está gestándose un cambio entre sus paisanos.
“No sé si ellas sean el reflejo de la madurez política de toda una comunidad colombiana, pero definitivamente los colombianos han hecho varios intentos de penetrar el campo electoral sin éxito, y que ellas se estén postulando, demuestra que ahora hay capacidad institucional de la comunidad”, dijo Vargas, agregando que es muy positivo que los colombianos por fin puedan tener a un representante en Albany. “Es muy importante que se vean representados en sus líderes electos y el hecho de que alguna o todas salgan electas, será un aliciente para la comunidad colombiana de Nueva York para participar cada vez más en el proceso político”.
La analista Lucía Gómez tiene otra visión. Considera que aunque muchos colombianos festejen y sientan con orgullo que el eventual triunfo de una de las tres contendoras sería la representatividad cafetera en Nueva York, en su opinión, ellas no son líderes marginalizadas, ni el fruto político del trabajo de sus comunidades.
“Hemos visto que las comunidades concentradas de ciertos países ven una representación a través de un oficial electo, pero no creo que este sea el caso, pues podríamos usar el nacionalismo para darle un nombre al fenómeno, pero es peligroso simplificarlo”, destacó la analista latina. “Estas mujeres vienen de trabajar de cerca con el Gobierno y cuentan con el apoyo de grandes grupos y políticos. No son candidatas que vienen de la comunidad básica o de la nada, como sí era el caso de Alexandría. Ellas son mujeres que han aprendido a usar hábilmente el sistema estructural del mismo partido que están criticando, y eso para ellas es positivo, pues conocen bien a los jugadores del juego y están jugando dentro de ese mismo panorama”.
A pesar de ello, Lucía Gómez asegura que el que los colombianos vean a uno de los suyos elegido “es motivador y fascinante”, pero advierte que de ganar alguna de las tres candidatas, algo probable, debe representar el interés no solo de un grupo sino de todo el distrito. “Las posibilidades de triunfar son reales, pues después de la elección de Alexandría, los titulares de las curules aprendieron que si no hacen bien su trabajo electoral y una campaña adecuada, cualquier cosa puede pasar”, advierte la líder comunitaria.
Y ese triunfo es lo que precisamente Catalina Cruz, quien llegó a Nueva York desde Medellín, con apenas 9 años, y quien fue indocumentada más de una década, espera conquistar en septiembre próximo. Más allá de ser colombiana, asegura que la clave del éxito está en crear puentes.
“Todas nosotras tenemos vivencias inmigrantes y tras años de haber sido blanco de ataques políticos, vemos la necesidad de apoyar y defender a nuestras comunidades, y en mi caso, he encontrado aliados en lugares inesperados. En la comunidad dominicana, con la ex concejal Julissa Ferreras, en la comunidad LGBT con el concejal Danny Dromm y en la puertorriqueña, con el apoyo de Melissa Mark-Viverito (expresidenta del Concejo)”, dijo la candidata, quien es abogada y quien será honrada en el desfile colombiano de Queens. “Creo también que ahora nos hemos empujado de una forma muy diferente a la de antes, porque somos colombianas, pero estamos creando hermandades y representando a todas las comunidades”.
Catalina asegura que le encantaría celebrar con sus paisanas un eventual triunfo de las tres en sus contiendas electorales, pero advirtió que si los votantes no se vinculan a los comicios, todo puede quedarse solo en buenas intenciones.
“Podemos tener muy buena plataforma, fomentar mucho la integración, pero la gente tiene que salir a votar, porque eso es lo único que no podemos hacer por ellos”, dijo la residente de Corona, quien incluso ya ha pensado en una manera muy colombiana de festejar: “Me gustaría que hiciéramos una rumba bien buena y para que nos unamos las tres, nos podemos ir en una ‘chiva bus’ desde Queens hasta Brooklyn para celebrar”.
Y al preguntarle a Jessica Ramos qué tienen las colombianas como ese sello que las define para llegar al éxito, la exasesora del Alcalde Bill De Blasio no duda en su respuesta.
“Las colombianas somos unas berracas. Siempre lo hemos sido, pero también entendemos la problemática de las familias trabajadoras, de lo que es vivir en las sombras como inmigrantes y lo importante que es ser mujeres empoderadas que le demos voz a los que no tienen o que creen que no la tienen”, comentó la madre de familia, quien considera que el capítulo político que ella y sus paisanas están viviendo es el resultado de años de trabajo que empezaron otros líderes colombianos.
“Se le agradece a generaciones previas lo que hicieron para comenzar a unir a la comunidad colombiana y de ahí partimos, ya no solo como líderes de nuestra gente sino de la comunidad inmigrante entera, porque de lo que se trata es de poder organizar a la comunidad completa, más allá de la propia”, agregó Ramos.
Y Julia, la más joven de las candidatas, (27 años), quien llegó a la Gran Manzana cuando tenía apenas 2 años de edad y su papá piloto y su mamá azafata se separaron, asegura que su gran inspiración, al igual que ocurre con Jessica y Catalina, fue la mujer que le dio la vida.
“Mi madre hizo de mí lo que soy hoy. Ella ha sido mi mayor modelo y me enseñó con su ejemplo que si trabajo duro puedo lograr lo que sea, y a no someterme al machismo ni en Colombia ni en ningún lado”, comenta la política de Brooklyn, a quien saber que tiene a dos paisanas con la misma meta de llegar a Albany le da fuerza adicional.
“Para mí eso es muy inspirador. Creo que las colombianas y los colombianos americanos y los latinos, en general, tenemos hoy más oportunidades y aunque todavía hay mucho trabajo por hacer para llegar y romper las barreras del sistema, vamos por buen camino y sé que con trabajo duro vamos a llegar a Albany”, concluyó la organizadora comunitaria.