El ácido que disolvió a miles de víctimas mexicanas, aún sin regulación
Las sustancias químicas pueden ser adquiridas con facilidad por los grupos criminales
MEXICO – “Nos esmeramos en productos de calidad inigualable y le ofrecemos un precio que nadie nos podrá hacer competencia, por lo que estamos seguros que, al hacerse cliente nuestro, formaremos una alianza en la que tanto usted como nosotros saldremos beneficiados”.
El anuncio publicitario que se promueve en un sitio web al alcance de todos los cibernautas no es para un negocio de dulces, cosméticos, alimentos o vestidos, sino para la venta de algunas de las mercancías más polémicas en los últimos años en México: los ácidos.
Relacionados a la desaparición de algunas de las 35,000 personas en los últimos ocho años en el país, estas sustancias químicas carecen de una regulación fuerte, principalmente para la compra y venta al por menor, por lo que cualquiera puede hacer uso y abuso de ellos como bien han demostrado las bandas criminales.
El caso más sonado sobre el tema se dio a conocer en 2012, cuando las autoridades federales detuvieron a Santiago Meza López, “El Pozolero”, un albañil que se especializó en la disolución de restos para una organización criminal (en tres años deshizo a 300), pero la nota roja nacional diaria ha dado cuenta de otros casos hasta la fecha.
En abril pasado, un escándalo por la desaparición de tres estudiantes de cine en el estado de Jalisco obligaron a las autoridades a dar detalles de su muerte. Así se supo que además de ellos fueron disueltos en ácido otras 300 personas en la misma entidad.
Organizaciones de la sociedad civil y académicos advierten que la facilidad para conseguir los ácidos ha sido una de las causas por la cual los asesinos han apostado a esta técnica para no dejar pruebas que pudieran inculparlos posteriormente.
“El problema no está en los vendedores, pues ellos solamente hacen su trabajo, sino en las leyes que no están acordes con la realidad”, advierte el abogado Brian Rojas del despacho privado Soluciones Jurídicas.
Según la Ley General para el control de Precursores Químicos emitida por la Secretaría de Salud desde 1997, las empresas importadoras de los químicos presentar su documentación y justificación de importación ante la Secretaría de Salud y los transportistas tienen que justificar la posesión del químico una sola vez por año, pero los compradores no tienen que hacer nada más que pagar por el producto.
Este diario llamó a la empresa “Químicos Joga” (la que promete ganar-ganar a sus clientes) para preguntar los requisitos para comprar el ácido y la vendedora dijo que “no hay una cantidad límite de compra”, ni se necesita identificación del comprador y que entre mayor cantidad el precio por kilo puede bajar hasta 25 centavos de dólar.
Según estudios químicos divulgados por el gobierno mexicano en 2012 para deshacer un cuerpo se necesitan alrededor de 20 kilos de ácido. Esto significa que con una inversión de cinco dólares (en su equivalente en pesos) para comprar el químico en cualquier tlapalería o por internet, los delincuentes se quitan de arriba a las víctimas.
“Hasta ahora ningún legislador se ha preocupado por el tema que tanto ha afectado a las víctimas de las organizaciones criminales”, observó Daniel Ramírez, analista de seguridad de la Universidad Autónoma Metropolitana. “En su momento se ocuparon de prohibir la importación de pseudoefedrina porque se utilizaba para la elaboración de metanfetaminas (en lugar de antigripales) y ahora deberían de hacer lo mismo porque su importación se justifica para la limpieza profunda”.